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OPINIÓN: Milicias preparan protestas armadas en todo el país del 17 al 20 de enero

Simpatizantes del presidente Donald Trump intentan pasar
Simpatizantes del presidente Donald Trump intentan pasar por una valla policial el miércoles 6 de enero de 2021 en el Capitolio, en Washington. (AP Foto/John Minchillo)
(ASSOCIATED PRESS)
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Ignorando el profundo dolor y desafío de una incontenible pandemia que trató de ocultar con mentiras, para asegurar su reelección y que ahora arrasa con más de 4.000 vidas al día, rebasa 22 millones de infecciones y satura hospitales, el presidente Donald Trump decidió cerrar su infame y devastadora gestión de solo 4 años, con traición, instigando una insurrección que asaltó con violencia el Capitolio, tratando de impedir la certificación de votos del Colegio Electoral, en favor del presidente electo Joe Biden.

Primero, motivó al asalto al Congreso, perpetrado por una irracional y ciega multitud de seguidores a los que imbuyó sus mentiras de “fraude electoral” y que -siguiendo sus órdenes, las de su hijo y de Rudy Giuliani- trataron de hacer “justicia en combate”, sumiendo a empleados, policías, senadores y congresistas, republicanos y demócratas y al mismo vicepresidente Mike Pence, en una pesadilla de terror, en la que desesperados, el líder Kevin Mc Carthy, de la minoría republicana en la Cámara Baja imploró el auxilio de Jared Kushner y el senador Lindsey Graham, llamó a Ivanka Trump, para que intercediera ante su padre.

Ahora, las salvajes y brutales hordas de milicianos, extremistas nacionalistas y supremacistas, amenazan con un “segundo capítulo” de esa pesadilla, del 16 al 20 de enero, con manifestaciones para ”pelear por Trump”, potencialmente más violentas.

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Los trumpistas respaldan las fantasías de “fraude electoral” de Trump, y durante las manifestaciones tienen la mira en legisladores y gobernadores, como ocurrió recientemente en Michigan, o Georgia, donde -actuando honestamente- no hicieron lo que Trump pedía: hacer a un lado el voto popular, para dar un golpe de estado técnico.

Despojado de sus cuentas de Twitter, Facebook y otras redes sociales y semiaislado en la Casa Blanca, Trump continúa su permanente ataque contra los medios, las instituciones electorales, las Cortes de Justicia y oficinas del gobierno.

Sin ocultar su disgusto por el resultado adverso de los planes que creyó, intimidarían a legisladores e inclinarían la balanza a su favor, Trump, renuentemente condenó los hechos, pero evitó hablar con los familiares de los policías abatidos, para externar condolencias o dar la orden de ondear las banderas a media asta, en memoria de las víctimas.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

180 legisladores demócratas presentaron dos artículos de impugnación a menos que presente su renuncia de inmediato, invocando el articulo 4 de la Enmienda 25, por incapacidad física o mental para gobernar, en cuyo caso Mike Pence se convertiría en presidente interino.

Lejos de atender la emergencia de Covid-19, impulsando la aplicación de la vacuna, Trump se dedica a “destacar los logros de su gobierno” con cifras falsas, mentiras y falsedades, intercalando menciones de un triunfo que no obtuvo y fraude que nunca comprobó, en lugar de tranquilizar a milicianos, sus seguidores que planean, el 20 de enero, “La marcha del millón de milicias” en la ciudad de Washington.

Mientras continuaron las renuncias en su gabinete, con la salida de Chad Wolf, secretario de Seguridad Interna en Funciones y otros, Trump se reunió por primera vez con el vicepresidente Mike Pence, en el marco de una de las últimas reuniones de la Comisión Presidencial para el “combate” contra COVID-19, en la que no se hizo mención del asalto al Capitolio y quizá para evitar el segundo Juicio político, con la posibilidad de ser “perdonado” por Pence, luego que el procurador William Bar y el asesor Jurídico de la Casa Blanca advirtieron a Trump que no puede “auto perdonarse”.

La criminal instigación del aún primer mandatario a la violencia, llevó a legisladores demócratas a presentar dos artículos de impugnación contra el presidente Trump con el respaldo de 180 legisladores, muy pocos republicanos, que enterrando cobardemente la cabeza en la arena, rechazan involucrarse y de los que algunos, inclusive, llegaron a diseminar la estupidez de que “se trató de un acto de vandalismo de Antifa para desprestigiar a Trump, sin abrir los ojos y ver los rostros, el color de los manifestantes y las banderas confederadas que llevaban, con las que golpearon a los policías del Capitolio.

La Inauguración presidencial se considera un evento especial de seguridad nacional, tradicionalmente de acceso restringido y fuertemente vigilado por tierra y aire, con millares de elementos de 12 agencias federales, policías estatales y un fuerte respaldo del Pentágono, al que se sumarán más de 15.000 tropas de la Guardia Nacional de 12 estados, docenas de agencias federales y respaldadas por policías de una docena de estados.

Trump vive días terribles de aislamiento, abandono, paranoia, furia, frustración que lo han confrontado con el vicepresidente Mike Pence, por negarse a alterar la votación del Colegio Electoral, con el líder republicano Mitch Mc Connell, con legisladores republicanos que le dieron la espalda, con la Suprema Corte de Justicia, además de más de media docena de renuncias, por lo que pide a sus pocos aliados luchar en redes sociales por impedir su segunda impugnación, en lo que lo apoya su yerno Jared Kushner.

Los dos artículos consignan al Congreso al presidente Trump por “altos crímenes y ofensas”, en referencia a la forma en que el mandatario incitó a la insurrección y el asalto al Capitolio, que dejó 5 muertos, docenas de heridos y graves daños materiales, mientras diferentes organizaciones advirtieron al FBI del incremento de la tensión, luego de detectar platicas que han sostenido organizaciones supremacistas y nacionalistas a través de “chats” privados como “Parler” ya cerrado por Amazon, Apple y Goggle, Gab y otros.

“Estamos viendo conversaciones de “supremacistas” blancos, terroristas domésticos de extrema derecha y otros radicales que se sienten con poder en este momento y que harán que la violencia sea peor, advierte Jonathan Greenblatt, CEO de la Liga Anti-Difamación, que ha publicado varias advertencias sobre esta amenaza.

Twitter explicó que basó su decisión en los dos últimos tuits de Trump en la cuenta de “POTUS45”, también suspendida, en que protesta por esa medida y anunciando que no asistirá a la toma de posesión de Biden, lo que se interpretó como que “no habría riesgo de que él resultara afectado en los actos de violencia”.

Una rápida y amplia investigación del FBI, logró identificar y capturar a más de 68 personas de todo el país que participaron en asalto al Congreso, de los que 13 enfrentan varios cargos federales por el papel que jugaron en el incidente.

El FBI investiga también si los líderes del asalto al Congreso, trataron de secuestrar o asesinar a legisladores, después de escuchar grabaciones del asalto.

“Trump o Guerra…” advierten los terroristas domésticos radicales.

“Si no sabes disparar, aprende ya, porque invadiremos oficinas de gobierno, mataremos policías, guardias de seguridad, empleados federales y demandaremos un reconteo de votos”, dicen milicias, supremacistas, nacionalistas blancos y radicales republicanos.

Al menos 180 milicias amenazan con una “marcha armada a todas las capitales” a partir del 17 de enero, realizando protestas en todo el país, junto con otros simpatizantes de Trump, en cada uno de los 50 estados de la unión americana.

La primera marcha se realizó el domingo en Louisville, Kentucky, con más de cien manifestantes armados y con atuendos tipo militar, en lo que esperaban, sería “el mayor rally patriota nunca visto” en el estado de Kentucky y que transcurrió pacíficamente, con la quema de una efigie del gobernador del estado.

Cindy Otis, ex analista de la CIA y vicepresidenta de análisis de la organización Alethea -dedicada a combatir la desinformación- advirtió que los extremistas pro-Trump “consideran más actos de violencia y operaciones de mayor impacto”, urgiendo a quienes planean participar en los eventos, a “traer sus armas” desafiando las nuevas regulaciones que lo prohíben.

La organización SITE alertó sobre otro plan que monitorearon, en el sentido de que los manifestantes tienen la instrucción de tender un círculo en torno al Capitolio, para “ir directamente contra los traidores”.

De acuerdo con el reporte, las milicias y trumpistas prometen actos de violencia e intentos de bloquear el Capitolio, para impedir ahora la inauguración de Biden, según comentaron en el sitio Parler, foro de comunicación de esos grupos, hasta que ayer fue cerrado por Amazon.

Aseguran que “vendrán en grandes números que ningún ejército o corporaciones policíacas podrán superar”.

Corporaciones de seguridad y policiacas analizan la veracidad y riesgos de las amenazas, para tomar medidas.

Antes de la certificación del día 6 de enero, que el presidente quiso impedir, Trump pidió a los manifestantes que “fueran salvajes”.

“Muchos regresaremos el 19 de enero trayendo nuestras armas, para apoyar a nuestra nación a resolver este problema, ¡¡de una forma que ni Washington ni el mundo olvidarán… !!” dice uno de los mensajes de texto monitoreados por Alethea.

Milicias radicales de ultra-derecha tratarán nuevamente de “hacer arrestos ciudadanos” de legisladores republicanos “débiles” que se opusieron al golpe de estado que Trump quiso diera el vicepresidente Mike Pence, alterando el resultado de la votación del Colegio Electoral e impidiendo la certificación del demócrata Joe Biden.

“Nuestra democracia estará bien, solo tenemos que defender la Constitución y nuestro país a cualquier costo” dicen los mensajes revelados por Alethea.

En el Congreso, existe preocupación de esa eventual ola de violencia, en momentos en que el país, diezmado por el incontenible efecto de COVID-19, enfrenta crecientes números de casos de infección, que se aproximan a 23 millones, con un promedio de 4.000 muertes al día e insuficiencia de capacidad hospitalaria.

El Congresista Demócrata Raja Krishnamoorti, del estado de Illinois, integrante del Comité de Inteligencia de la Cámara Baja dijo que el presidente Trump debe ser removido de su cargo a la brevedad, ya sea invocando la Enmienda 25 por razones de salud mental o con la impugnación para evitar más actos de violencia dentro y fuera del país.

El senador republicano Chuck Grassley, de Iowa, advirtió el sábado que “fue notificado de un preocupante reporte de amenaza de muerte” que recibió el Partido Demócrata de Iowa y tuiteo diciendo que “esas amenazas son inadmisibles”.

Los “Oath Keepers”, considerada la milicia más grande y fuerte de Estados Unidos, que participa en las protestas, advirtió que “no reconocerá al gobierno del presidente Joe Biden, sus órdenes o decisiones”, lo que no es raro porque tradicionalmente las milicias han declarado la guerra al gobierno federal, hasta la llegada de Trump, quien siente una gran identificación con los ‘supremacistas’ y nacionalistas blancos

Al grito de “Hell no, Never Joe…” dicen los milicianos, que ven en la salida de Donald Trump, “la última posibilidad de retener la hegemonía del gobierno bajo control de los blancos”.

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