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Envuelto en dudas sobre la cuestión de Rusia, Trump afirmó que el comportamiento de Pelosi es ‘irracional’ en pleno cierre de gobierno

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Mientras que el cierre parcial del gobierno alcanzó la marca de los 30 días el pasado 20 de enero, el presidente Trump intentó aliviar las críticas de algunos conservadores —que temen que el mandatario esté suavizando su postura inmigratoria—, mientras desató nuevos ataques estridentes contra la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.

En una serie de tuits, Trump criticó a la demócrata de San Francisco —que se convirtió en su principal antagonista en el enfrentamiento—, por haberse comportado “irracionalmente” al rechazar su oferta, el sábado 19, de una protección legal temporal para algunos inmigrantes y refugiados a cambio de la financiación que desea para una barrera a lo largo de la frontera con México.

Sin embargo, el compromiso sugerido por el presidente también fue rechazado por sus aliados habituales contra la inmigración, muchos de los cuales en enero lo alentaron a provocar el cierre, al negarse a aprobar los fondos para un trimestre del gobierno a menos que obtuviera la cuota de $5,700 millones para el muro.

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El estancamiento del cierre desde entonces se produce en medio de dudas cada vez más intensas sobre los intentos de Trump de construir una torre que lleva su nombre en Moscú mientras se postulaba para presidente, otro elemento en las investigaciones más amplias sobre el mandatario y la relación de su campaña con el Kremlin.

El abogado del presidente, Rudolph W. Giuliani, confirmó el domingo 20 que las conversaciones sobre el posible proyecto en Moscú se prolongaron hasta las elecciones de 2016, meses más de lo que se había reconocido. También afirmó que tiene certeza de que Trump no instó a su exasistente Michael Cohen a mentirle al Congreso sobre la línea de tiempo, aunque admitió que no está seguro de si Trump y Cohen hablaron al respecto.

Pero Giuliani, cuyos pronunciamientos sobre los problemas legales del presidente tienden a plantear más preguntas que a responderlas, aseveró en el programa “State of the Union”, de CNN, que si el mandatario se comunicó en efecto con Cohen de antemano acerca de su testimonio, ello habría sido “perfectamente normal”. “¿Y qué importa si le habló de ello?”, cuestionó Giuliani.

Los demócratas de alto nivel que participaron en los programas noticiosos dominicales se comprometieron a analizar tanto el momento de las conversaciones sobre la Trump Tower con los funcionarios rusos, como las preguntas que rodean el testimonio de Cohen en el Congreso —incluso cuando un reporte de BuzzFeed de la semana pasada, que indicaba que Trump había ordenado a Cohen mentir, fue disputado por la oficina de Robert S. Mueller III, el fiscal especial en la investigación de Rusia—.

El senador Mark R. Warner, de Virginia, principal demócrata en el Comité de Inteligencia del Senado que lleva a cabo su propia investigación sobre Rusia, afirmó que es una “gran noticia” que Trump estuviera “tratando activamente de hacer negocios en Moscú” mientras la campaña estaba en su recta final.

“Si esas negociaciones continuaron hasta las elecciones, creo que es un hecho relevante para el conocimiento de los votantes, y creo que es sorprendente que hayan pasado dos años del hecho y que lo descubramos hoy”, consideró Warner en “Meet the Press”, de NBC.

Cohen, quien se declaró culpable de mentir al Congreso, debe comparecer ante el Comité de Supervisión y Reforma de la Cámara en febrero, antes de presentarse en la cárcel.

Giuliani, quien también apareció en “Meet the Press”, aseveró que las conversaciones sobre el proyecto de la Trump Tower “continuaron a lo largo de 2016”, y agregó que “probablemente podrían haber llegado hasta octubre o noviembre”.

En diciembre pasado había brindado una fecha similar en CNN, lo cual contradijo afirmaciones públicas anteriores de que el proyecto se había desvanecido mucho antes.

Inicialmente, Cohen había declarado bajo juramento que las conversaciones habían terminado en enero de 2016; luego reconoció en su declaración de culpabilidad que habían caducado en junio, justo antes de que Trump aceptara la nominación republicana. Si las negociaciones con Moscú continuaron durante el año, ocurrieron mientras Trump, como candidato presidencial, tenía derecho a ver información clasificada de inteligencia.

El representante Adam B. Schiff, de Burbank, quien encabeza el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes ahora que los demócratas son mayoría en la Cámara Baja, reafirmó que su panel analizará de cerca los vínculos del mandatario en Rusia, incluidas las conversaciones sobre la Trump Tower y el testimonio anterior de Cohen. “Tenemos que llegar al fondo de esto”, aseguró.

Por otra parte, Schiff se unió a otros demócratas de alto nivel para acusar a Trump de no hacer ningún esfuerzo serio para poner fin al cierre parcial del gobierno, que ha dejado a unos 800,000 trabajadores federales sin paga y restringido una amplia gama de servicios públicos, incluida la seguridad de aeropuertos y el pago de subsidios agrícolas.

Por Twitter, Pelosi nuevamente instó al presidente a “reabrir el gobierno y permitir que los empleados reciban sus salarios; luego podemos discutir cómo nos unimos para proteger la frontera”.

El primer mandatario y sus aliados contraatacaron, criticando a los demócratas por negarse a aceptar la propuesta de Trump, de conceder tres años de protección contra la deportación de aproximadamente un millón de inmigrantes, incluidos algunos de los llamados Dreamers, que fueron traídos al país sin autorización en la niñez, así como de refugiados que han sido elegibles durante mucho tiempo para la residencia en EE.UU. debido a desastres o conflictos en sus propios países.

En efecto, Trump se ofreció a brindar alivio a esos grupos después de haber actuado para poner fin a los programas que los protegían; los tribunales federales intervinieron entonces para limitar su accionar.

El presidente concentró la mayor parte de su ira en Pelosi al tuitear que “está tan atemorizada de los ‘zurdos’ en su partido que ha perdido el control”. También atacó a su distrito: “Y, por cierto, limpien las calles de San Francisco, ¡son asquerosas!”, agregó Trump.

Trump, quien demostró ser muy sensible a las críticas de los medios de comunicación de derecha acerca de cualquier reblandecimiento de su postura migratoria, insistió en que su oferta del sábado no equivale a una “amnistía”, una noción que resulta censurable para su base de seguidores conservadora.

Ese distanciamiento fue subrayado por el vicepresidente Mike Pence, que apareció en “Fox News Sunday” y afirmó que la propuesta no es sinónimo de una amnistía porque “no hay una vía hacia la ciudadanía”.

Sin embargo, en sus tuits, Trump dio a entender una estrategia a largo plazo de la administración para obtener concesiones de los demócratas, algo que sin duda irritaría a sus partidarios más duros.

“La amnistía se usará solo en un acuerdo mucho más grande, ya sea sobre la inmigración o algo más”, escribió el presidente.

Trump incluyó una amenaza apenas disimulada sobre proceder con un arresto a gran escala de inmigrantes indocumentados, muchos de los cuales han estado en el país por muchos años: “No habrá un gran esfuerzo para eliminar a las más de 11,000,000 de personas que están aquí ilegalmente, ¡pero ten cuidado Nancy!”

En otra aparición en “Face the Nation”, de CBS, Pence sugirió que algunos demócratas de base estaban listos para romper con Pelosi y otros líderes de ese partido, y buscar un acuerdo para poner fin al cierre, aunque se negó a dar sus nombres.

En “Fox News Sunday”, el tercer demócrata de la Cámara de Representantes, James E. Clyburn, de Carolina del Sur, sugirió que el plan de Trump podría al menos servir de base para las conversaciones.

El legislador consideró que los demócratas buscaron una “solución permanente” tanto para los Dreamers (participantes en el Programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia, o DACA, de la era de Obama) como para los refugiados, muchos de ellos oriundos de América Central, cuyo estado de protección temporal se encuentra en peligro.

“Avancemos con esto y veamos dónde podemos encontrar puntos en común”, expuso Clyburn. “Todos queremos negociar”.

Pero, haciéndose eco de otros líderes demócratas, Clyburn remarcó que, antes de tales conversaciones, Trump debería primero acordar la financiación y reapertura del gobierno.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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