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A través de una lente LGBTQ le toma fotografías a imitadores Latinx

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Para su nueva serie fotográfica “Caricias”, Arlene Mejorado se ve a sí misma no sólo como artista, sino como colaboradora, administradora y amiga de las personas que fotografía: personas LGBTQ, principalmente mujeres trans, que actúan como Selena Quintanilla, Jenni Rivera, Juan Gabriel y otros en clubes nocturnos, restaurantes y fiestas en patios traseros en todo Los Ángeles.

Mejorado evita momentos decisivos para el contexto empático, entretejiendo entrevistas, retratos y autobiografías en una serie multimedia que da testimonio del poder catártico de estas actuaciones drag LGBTQ.

“Me interesa la historia de fondo en lugar de ser la narradora que ofrece el relato de una foto”, dijo.

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Para los documentalistas estrictos que se sienten atraídos por momentos más grandes que la vida y que hablan sin contexto, el trabajo como el de Mejorado puede ser fácil de descartar. Y para la propia artista, la aceptación no siempre ha sido fácil. Cuando Mejorado, de 31 años, estuvo en Nueva York el verano pasado para una beca de la Fundación Magnum, organizó un taller para su proyecto en la casa del fotógrafo Joseph Rodríguez. Mejorado, que es autodidacta, se sentía abrumada. Las críticas y clases en grupo las 24 horas del día pueden atormentar a cualquier artista con dudas sobre sí mismo. Para Mejorado, las cuestiones de pertenencia iban acompañadas de preguntas de habilidad y de si su enfoque era lo suficientemente bueno.

Rodríguez la sentó junto a sus libros de grandes fotógrafos latinoamericanos: Manuel Álvarez Bravo, Graciela Iturbide. Lo que Mejorado necesitaba, le dijo Rodríguez, era aceptar que ella veía el mundo como ellos. No era una extraña a la fotografía. Tenía un hogar.

Photographer Arlene Mejorado
Fotógrafa Arlene Mejorado.
(Dania Maxwell / Los Angeles Times)

Al tratar de imaginar una vida en las artes, Mejorado no tenía ningún ejemplo en su familia: zapateros que abandonaron México en la década de 1980. Cuando era niña en Panorama City, buscó la aprobación de sus primos varones mayores, haciendo lo que sea que ellos hicieran, pero aún así nunca fue completamente aceptada. “Eres una niña”, recorda Mejorado diciéndole sus primos.

A principios de sus 20 años, Mejorado, que se identifica como lesbiana, casi se dio por vencida en las artes por completo. Pero luego conoció a Margaret García, una retratista de Highland Park que abrió su estudio al vecindario los jueves por la noche. Mejorado fue desafiada a retratar rápido. Los modelos de García tenían familias que alimentar, trabajos. Mejorado reunió lo que era conspicuo, encontrando belleza en los rasgos fuertes.

Luego, en 2008, García llevó a Mejorado a una charla en el Getty, donde conocieron a Iturbide. Conocer a Iturbide, como ver sus libros en la casa de Rodríguez, revitalizó a Mejorado con confianza. Para 2016, ganó reconocimiento nacional: Un retrato de Mejorado fue hecho en un gráfico por Shepard Fairey titulado “Defend Dignity” y visto prominentemente en la Marcha de las Mujeres de 2017.

Mejorado cree que olvidar puede ser un bálsamo para el trauma. Con “Caricias” pide a sus colaboradores que recuerden, que compartan historias de su pasado, que resurjan, digamos, una fotografía escondida en una caja de zapatos. Mejorado combina estas fotografías encontradas con fondos de lentejuelas y seda, telas utilizadas por los artistas para sus vestidos y chaquetas. Una duplicación del tiempo, una instantánea de una Navidad de hace mucho tiempo, colocada sobre el contexto actual, se convierte en evidencia de entonces y ahora, dando a los artistas aliento para dar forma a su propia narrativa.

Mejorado hace retratos de los artistas mientras están en el escenario. Los retratos son posados, quietos, ofreciendo otro hilo en la vida de un intérprete.

La fotógrafa también se siente atraída por las rupturas de etiqueta. En sus fotos de quinceañeras, bautizos y celebraciones de Primera Comunión, unos cuantos hombres tocan a los artistas por detrás o meten billetes de un dólar en las costuras de los vestuarios mientras los miembros de la familia de todas las edades están grabando con sus teléfonos.

“No creo en ser una mosca en la pared”, dijo Mejorado sobre su inmersión en una escena. “Tengo mi espacio”.

Y mejor así. Ella les da a los artistas la posibilidad de opinar sobre cómo se muestran, y ellos a su vez dan a Mejorado consejos sobre la puesta en escena y el tono.

Últimamente, el Dios precolonial Tezcatlipoca, traducido como el espejo humeante del nahuatl, ha estado en la mente de Mejorado. Ella ha pensado en cómo somos reflejos unos de otros, viéndonos a nosotros mismos, buenos o malos, en alguien más.

“Quiero crear reflexiones, no representaciones”, dijo. “Deseo que te veas a tí mismo en alguien, aunque ese alguien no se parezca en nada a ti”.

En “Caricias”, el objetivo es reflejar la labor emocional de los intérpretes.

Muchos de ellos emigraron de América Central o México para escapar del abuso o la pobreza. Llevan un linaje de dolor y angustia. En Estados Unidos, donde algunos encuentran una familia escogida y ganan buen dinero, el abuso y la alienación todavía pueden seguir. Sin embargo, mientras están en el escenario, algunos de los artistas pueden bromear indiferentemente sobre la violación, los coyotes o el racismo. Luego, como una flor de primavera, una canción: “Como la Flor”, “Hasta que te conozca”, “Paloma Negra”.

En algunas fotografías, la multitud es trascendente: aplaudiendo o llorando, como si hubieran visto resucitar a Selena.

La serie de fotos es incisiva a la hora de criticar a las familias que pagan por el entretenimiento. Mejorado sigue esperando un momento en el que el artista no sea tratado como una curiosidad ni como un salvador, sino como un amigo o un ser humano ordinario. ¿Sucederá alguna vez? En varias fotografías, los hombres retroceden ante la caricia del intérprete.

Para los artistas, el escenario ofrece un breve período en el que el trauma desaparece. En el canto, son encarnaciones de la alegría y del desamor, canalizando la gracia. “Pero aún existe la sensación de que son extraños”, dijo Mejorado. “Nunca están en casa”.

Arlene Mejorado in the L.A. neighborhood where she grew up.
Arlene Mejorado en el vecindario de Los Ángeles donde creció.
(Dania Maxwell / Los Angeles Times)
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