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Con la universidad en ciernes, los expertos responden 6 de las preguntas más urgentes de los padres

College Packing Covid 19 2020
Nadie sabe cómo será el nuevo año académico en las universidades.
(Simone Noronha / For The Times)
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Cuando la estudiante de ingeniería civil Itzel Zapata regresó a Cal Poly el mes pasado, su madre, Rebecca, la envió a San Luis Obispo preparada para la pandemia de COVID-19.

“Empaqué máscaras faciales, guantes y toallitas desinfectantes”, dijo la gerente de servicios de alimentos de Palmdale. “Tenemos que estar preparadas. Me estoy asegurando de que mis dos hijas puedan identificar los signos y sepan ponerse en cuarentena. Les dije: ‘Mantengámonos seguras, saludables y asegurémonos de seguir con vida’”.

A medida que los casos de coronavirus se han disparado en California y en todo el país, Zapata dijo que se siente aliviada de que Itzel esté a sólo tres horas de distancia y de que su hija menor, Mariah, de 18 años, que se perdió muchos hitos que marcaron su último año de preparatoria, vivirá en su casa cuando comiencen sus clases de otoño en la escuela College of the Canyons en Valencia.

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“Mariah lloró por la graduación y el baile de graduados”, dijo Zapata. “Ahora no puede vivir en el campus”.

Rebecca Zapata, with her daughters Mariah and Itzel.
Rebecca Zapata con sus hijas Mariah, a la izquierda, e Itzel.
(Myung J. Chun/Los Angeles Times)

Pedimos a los lectores del L.A. Times que compartieran sus preguntas más urgentes sobre los problemas que nos preocupan hoy en día, incluyendo las luchas financieras y el manejo de la ansiedad, y las responderemos en estas páginas en las próximas semanas. Muchas preguntas se centran en los jóvenes que idealmente deberían ir a la universidad en otoño, y nos concentramos en esas preguntas esta semana.

Parte del desafío es que nadie sabe cómo será el nuevo año académico en las universidades, especialmente a medida que las pautas cambian a diario, los jóvenes representan la mayoría de los nuevos casos y una vacuna sigue siendo difícil de conseguir. Y con el semestre de otoño a un mes de distancia, muchos colegios y universidades están luchando para averiguar cómo abrir de forma segura y permanecer abiertos.

El sistema de la Universidad Estatal de California planea cancelar las clases presenciales en favor del aprendizaje en línea, y UCLA y USC se reanudarán con clases principalmente en línea.

Muchas universidades, como la Universidad de Colorado, Boulder y la Universidad de Michigan, terminarán la instrucción presencial para el Día de Acción de Gracias para reducir la exposición a COVID-19 a medida que los estudiantes viajan durante las vacaciones. Las clases y exámenes finales de diciembre se tomarán de forma remota.

Esto está claro: los estudiantes que elijan vivir en el campus pueden esperar controles de temperatura, dormitorios individuales, rastreo de contactos, incluso exenciones de responsabilidad. La Universidad Rice en Houston está construyendo aulas al aire libre para ayudar con el distanciamiento social. Los estudiantes de Harvey Mudd College y Purdue deberán cumplir con un código de honor de salud.

Bernard and Brianna Malcolm-James
Los gemelos Bernard y Brianna Malcolm-James comenzarán la universidad durante la pandemia.

(Brian van der Brug / Los Angeles Times)

Aunque a muchos estudiantes no se les exigirá que tomen clases en persona, a una gran cantidad de estudiantes de primer año que llegan de fuera, como Brianna Malcolm-James, de 18 años, se les garantizará alojamiento en el campus.

“Estoy emocionada porque puedo ir a la universidad en persona”, dijo Malcolm-James sobre su asistencia a la Universidad de Chatham en Pittsburgh, donde espera jugar al baloncesto. “Estoy nerviosa porque me voy de casa por primera vez y me iré a otro estado sola. Pero quiero ir a la escuela. No deseo que se cancele nada. Las clases serán más pequeñas, y habrá chequeos todos los días. El comedor ofrecerá comida para llevar. Estoy lista. Estoy deseando volver a jugar al baloncesto”.

Su hermano gemelo, Bernard, tomará clases en línea en Golden West College en Huntington Beach.

“Admito que me gusta la idea de las clases en línea”, dijo Bernard. “Puedo concentrarme en la escuela y transferirme a una universidad en dos años”.

Olivia Campbell, de 21 años, estudiante de ciencias ambientales en UC Berkeley, consideró la posibilidad de tomar un año sabático después de terminar su tercer año en línea.

“Pero ¿dónde voy a encontrar un trabajo?” preguntó. “Decidí seguir adelante”.

Campbell anticipa que sus clases serán totalmente remotas para el otoño, un arreglo que la deja sintiéndose a la vez intimidada y aliviada, especialmente después de un reciente brote de casos de COVID-19 en el campus. “Pasé de vivir en una hermandad con 40 individuos a una casa con cuatro compañeros de cuarto. Todos estamos tomando esto en serio. Incluso si estoy en una clase pequeña, no sé si quiero sentarme en una habitación con 20 estudiantes en el campus. Prefiero ver a un amigo cercano y que mi exposición se limite a esa persona”.

Pardis Sabeti, profesora de inmunología y enfermedades infecciosas en Harvard, predice que el coronavirus será el elefante en la habitación cuando los estudiantes regresen al campus. “Puede potencialmente hacer que los alumnos sientan que su año escolar es ‘menor que’”, dijo Sabeti. “Sin embargo, mi lema es que el año escolar debería ser de hecho un año ‘más que’ y uno que todos recuerden dentro de 20 años como un tiempo rico en experiencias en el que aprendieron más de lo que nunca antes habían aprendido”.

Incluso con el optimismo de Sabeti, sería difícil encontrar un momento más difícil para considerar regresar a la escuela que durante una pandemia.

Aquí, los expertos responden a seis de las preguntas más urgentes de los padres en relación con el aprendizaje en persona en el campus este otoño.

1. Todo está cambiando tan rápidamente. ¿A qué debemos prestar atención?

Alvin Tran, profesor asistente de salud pública en la Universidad de New Haven, alienta a los padres a monitorear los planes de respuesta al COVID del colegio o universidad de sus hijos, que variarán según la escuela, el condado y el estado.

“Es importante que los estudiantes y sus padres tengan una conversación sobre cómo su escuela planea prevenir la propagación de la infección en el campus”, dijo Tran. “Todos deben conocer los protocolos, incluyendo las medidas que los alumnos deben tomar si se enferman. Confíe en que las escuelas están sopesando muchos protocolos de seguridad para el próximo semestre, y los funcionarios podrían no tomar una decisión final hasta en algún momento de agosto. Ir a la universidad tendría que ser un momento emocionante para los estudiantes. Deberían estar emocionados pero también vigilantes este otoño”.

Los padres deben tener en cuenta que muchas universidades, como la de Tran, requieren que todos los estudiantes, personal y profesores que regresan tengan evidencia de una prueba COVID negativa antes de volver al campus. Además, muchos estudiantes serán examinados a su llegada y puestos en cuarentena hasta que se confirme su estado.

2. ¿Es el día de la mudanza a la universidad un riesgo?

Desafortunadamente, sí.

“Una de las mejores maneras de limitar la propagación de COVID-19 y reducir el riesgo de infección es aplazar todos los viajes no esenciales, especialmente los viajes aéreos”, dijo Robert Quigley, experto en enfermedades infecciosas y viajes y director médico regional de International SOS y MedAire. “Desafortunadamente, esto incluye viajar para ayudar a sus hijos el día de la mudanza a su campus”.

Quigley recomienda consultar con las escuelas, que publican actualizaciones de COVID-19 en línea, antes de reservar los arreglos de viaje, ya que muchas escuelas tendrán un límite en cuanto a quién puede estar en el campus. “Un brote recurrente podría suceder en cualquier momento en el lugar de destino o de tránsito y podría escalar rápidamente, por lo que, si se requiere viajar, asegúrese de monitorear las prohibiciones, cuarentenas y restricciones similares requeridas en el destino y en los destinos posteriores, incluyendo el regreso a casa, antes de reservar el alojamiento”, sugirió. “Un número creciente de estados y países han impuesto medidas de salud pública para reducir la propagación del virus, y pueden implementarse con poca o ninguna advertencia. Esas medidas pueden incluir, entre otras cosas, restricciones a la circulación, prohibiciones de reuniones masivas, cierre de algunas instalaciones no esenciales y cierres comunitarios. Estas medidas también deben tenerse en cuenta antes de la partida”.

3. ¿Cuál es la verdadera historia de las pruebas, cuando los resultados tardan tanto en recibirse? ¿No supone eso un riesgo significativo para los planes de regreso a la escuela de las universidades?

Según Sabeti, todos los programas de regreso a la escuela necesitarán protocolos de pruebas rigurosos.

“Lo que resultará muy importante es un esfuerzo comunitario para desarrollar la capacidad de encontrar y rastrear casos potenciales muy rápidamente”, dijo Sabeti. “Si las pruebas son limitadas, será fundamental utilizarlas de manera más eficiente incorporando enfoques de rastreo de contactos, como aplicaciones basadas en teléfonos inteligentes. Ese enfoque podría alertar a los dirigentes escolares cuando alguien en la familia o en la red de contactos de un joven presente síntomas y luego identificar de manera rápida las medidas de salud pública necesarias y proporcionar el apoyo o la orientación pertinentes a la comunidad afectada. También debemos reconocer que si la infección llega a la escuela, podría propagarse como un incendio forestal”.

En última instancia, dijo Sabeti, las universidades deben crear un capullo alrededor de la escuela y un amortiguador para comprender cómo las infecciones llegan a los terrenos del campus por medio de los estudiantes y el personal.

“Dado todo lo que está sucediendo, suena altamente inviable abrir de nuevo las escuelas”, dijo. “Sin embargo, un beneficio de prepararse para el regreso de las escuelas en la época de COVID-19 es que mejorar los esfuerzos de prueba en las comunidades en las que se encuentran los campus y ampliar las opciones de apoyo para ese perímetro exterior en realidad sirve a la salud tanto de las escuelas como de las comunidades. Es mutuamente beneficioso para todos nosotros, fortalecer la vigilancia y las pruebas alrededor de las instituciones educativas, así como desarrollar una capacidad para llevar a cabo una rápida detección y una atenta vigilancia dentro de las escuelas”.

4. ¿Qué pasa si los estudiantes se enferman?

“Los colegios y universidades deberían comunicarse frecuentemente con los estudiantes y el personal antes de abrir los campus y de manera continua después del día de apertura”, dijo Quigley. “Esta comunicación coherente y transparente debería incluir información sobre las medidas preventivas para las actividades en la escuela, tales como máscaras faciales y lavado/desinfectantes de manos, los recursos médicos disponibles, así como información sobre lo que se debe hacer en caso de que un alumno comience a experimentar síntomas de COVID-19, teniendo en cuenta que muchos estudiantes pueden estar infectados y, sin embargo, ser asintomáticos. Las instituciones también deben poner en práctica formas para que los padres, los alumnos y los profesores expresen sus inquietudes y hagan preguntas antes y en tiempo real en relación con la pandemia, ya que es probable que los detalles cambien y haya interrogantes”.

Sabeti estuvo de acuerdo. “Todas las escuelas deben tener lugares separados donde se coloque y se atienda a las personas que se sospeche que son positivas a COVID pero que aún no se les han realizado pruebas, quienes deben ser aisladas individualmente, frente a las que se confirme que son positivas a COVID”.

Sabeti recomienda una vivienda grupal en un ambiente similar a un dormitorio para los estudiantes positivos a COVID, donde puedan apoyarse mutuamente mientras se recuperan.

“Idealmente, queremos proporcionar cuidados y mantener a otros estudiantes seguros, sin aislar completamente a los alumnos infectados”, expuso.

5. ¿El rastreo de contactos puede ayudar a que los chicos regresen a la escuela con seguridad?

“El Rastreo de Contactos es la Prevención de Enfermedades 101, lo que significa que es una herramienta extremadamente efectiva para reducir el riesgo de transmisión de un agente infeccioso a la comunidad, como COVID-19”, dijo Karl Minges, director del Programa de Maestría en Salud Pública de la Universidad de New Haven.

“Muchos estados, ciudades e instituciones públicas y privadas han iniciado sus propios esfuerzos de rastreo de contactos, en gran parte debido a la ausencia de una respuesta federal”, continuó Minges. “Esto puede significar que un padre que trabaja en una universidad local puede ser sometido a la prueba de COVID-19, y si es positivo, la universidad puede iniciar sus propios esfuerzos de rastreo de contactos o trabajar con el departamento de salud pública local o estatal. Sin embargo, en las escuelas hasta la fecha, las directrices de los CDC no recomiendan que los maestros, el personal o los niños se hagan la prueba. Si no se someten a pruebas, no se pueden realizar esfuerzos de rastreo de contactos, lo que elimina los beneficios del rastreo de contactos. Esto no es un enigma de que vino primero el pollo o el huevo; es poner el carro delante del caballo. Si los distritos escolares implementan esfuerzos de prueba en una muestra conjunta o en base a la población, entonces el rastreo de contactos puede mejorar absolutamente la salud y la seguridad de los niños en edad escolar”.

6. ¿Cómo podemos hacer que los estudiantes se tomen la pandemia en serio?

¿Se adherirán los estudiantes a las pautas de salud pública de usar máscaras faciales, mantener la distancia social y lavarse las manos? Sabeti dijo que es importante mantener a los alumnos comprometidos y hacerlos parte de la solución antes de un brote. Los estudiantes saben, subrayó, que su capacidad de permanecer en el campus depende de que este permanezca libre de COVID.

“Realmente no hay mejor momento que ahora para aprender estadística, epidemiología, medicina clínica y gobierno, como partes críticas para entender un brote”, manifestó.

Además de desarrollar un sistema de simulación de brotes en una escuela chárter de Florida, Sabeti está trabajando en un tablero y aplicación de notificación de síntomas “Huddle” a través del cual se puede identificar quién se encuentra en su comunidad y detectar los virus que podrían estar circulando. (Ambos van a estar en vivo con la Universidad de Colorado Mesa esta semana).

“En última instancia, necesitamos centrarnos en alinear los incentivos para que realmente podamos hacer que los estudiantes sean parte de la solución”, dijo Sabeti, “En verdad que no hay mejor momento para involucrar a todos en la terminación de esta pandemia. Huddle y nuestro sistema de simulación de brotes son sólo dos ejemplos de cómo podemos aplicar nuevos métodos tecnológicos para educarnos a nosotros mismos y a nuestros estudiantes y trabajar juntos para encontrar soluciones ahora y en el futuro”.

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