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Vejigas llenas, baños cerrados. Estrategias para orinar mientras se está fuera durante el coronavirus

Even the old reliable go-to, the gas station, has become an iffy proposition during the coronavirus era.
(Ari Liloan / For The Times)
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¿Recuerda los buenos tiempos (hace unos meses), cuando podía salir de su casa durante el día con un vaso grande de café y bien abastecido con botes de agua en su automóvil, confiado de que cuando su vejiga estuviera llena, podía encontrar alivio rápido y fácil en la cafetería, gasolinera o restaurante de comida rápida más cercano?

Porque después de un par de horas, probablemente estaba listo para otro Starbucks Nitro Cold Brew de igual manera, ¿verdad? Al menos así es como funcionaba en mi mundo, en el que la cafeína regular era un requisito tan importante del día laboral que cuando llegaba a casa el interior de mi auto estaba lleno de vasos vacíos.

En realidad, probablemente deba mi adicción a la cafeína a mi vejiga: tenía que comprar otro café cada pocas horas para justificar el uso del baño público de una cafetería cuando trabajaba fuera de la oficina.

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Pero los días fáciles de baños públicos omnipresentes no son más que un recuerdo, gracias a la pandemia de coronavirus y a los cierres que han clausurado las áreas para sentarse, y los baños, de muchas cafeterías y restaurantes.

Incluso la vieja y confiable estación de servicio, se ha convertido en una propuesta dudosa.

¿Hay algún baile más urgente que entrar corriendo a una gasolinera en busca de un baño solo para descubrir que está cerrado al público y tratar de pensar: “¿Qué hago ahora?” con los gritos de su vejiga casi reventando.

El personal de la estación Central 76 en Riverside, justo al lado de la Autopista 91, lo ha visto más de una vez. “Mucha gente viene aquí de otras estaciones diciendo: ‘Tengo que ir!’”, dijo el subgerente César Mungaray. “Y si vemos que las personas se dirigen a la pared [exterior], vamos a la puerta y gritamos: ‘Oye, tenemos baños abiertos adentro’, porque cuando tienen que ir, van afuera”.

Entonces tal vez no sea mi imaginación, ese olor que sigo oliendo en los estacionamientos estos días.

De hecho, ahora tengo una mejor comprensión de lo que los indigentes han estado enfrentando durante años: si la gente no lo deja entrar, ¿a dónde puede ir?

El problema surge en un momento en el que, para muchos de nosotros, dar un paseo en auto parece la última cosa divertida, segura y socialmente distanciada que podemos hacer en estos días para salir de casa. Pero cualquier viaje que nos lleve demasiado lejos del hogar nos pone de vuelta en el problema que tenemos entre manos: a dónde ir cuando la naturaleza llama.

Sharokina Shams, portavoz de la Asociación de Restaurantes de California, dice que muchos establecimientos de comida han cerrado sus baños para minimizar la exposición al coronavirus de sus empleados.

No es una preocupación injustificada, teniendo en cuenta que el coronavirus se ha encontrado en las aguas residuales sin tratar del Parque Nacional Yosemite.

Una realidad básica, sin embargo, es que los baños se ensucian, y las superficies que se tocan mucho, como los picaportes de las puertas, las manijas de los lavabos y los asientos de los inodoros, necesitan ser limpiadas. Las directrices de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades son exigentes, ya que requieren muchos desinfectantes y suministros de limpieza, lo que puede ser difícil de manejar cuando el personal es escaso. Lo que complica las cosas es cuando los baños del lugar son también los únicos disponibles para que los empleados los usen.

¿Y qué hay de la responsabilidad del dueño del negocio si un empleado se enferma después de limpiar un baño? Es más fácil simplemente cerrarlo.

Para Nahal Noorzady, copropietaria de la gasolinera Chevron de la 14th Street y del lavado de autos de la Autopista 91 en Riverside, cerrar los baños es una lucha entre su simpatía por los viajeros y los dólares y centavos básicos.

Chevron ha dado instrucciones a sus estaciones para mantener los baños abiertos para los clientes, manifestó, pero han cerrado uno de sus dos baños al público, reservándolo para el uso de los empleados.

Noorzady dice que entiende la necesidad de los baños públicos, pero las toallas de papel y los productos de limpieza se han vuelto más caros y difíciles de adquirir. “Solía poder comprar un paquete de cuatro toallas de papel por $23.99. Ahora solo puedo comprar un paquete a la vez, y cuesta $45”. Noorzady añadió: “Si no puedo gastar en jabón, tendré que cerrar los baños”.

Mi amigo me dice que haga lo que hacen los camioneros: sentarme en mi automóvil y usar un urinario portátil. Para eso está el Tinkle Belle, dijo. (Para los no iniciados, el Tinkle Belle es uno de los muchos dispositivos inteligentes en el mercado que permiten a las mujeres orinar de pie, sin desnudarse). Pero eso no es un pensamiento feliz. ¿Qué sucede si desalineo mi “dispositivo urinario femenino” y envío un chorro de orina por mis zapatos y el tapete del piso unos minutos antes de mi próxima entrevista? ¿Qué pasa si alguien pasa por mi auto y mira dentro?

Denme un buen arbusto para pararme detrás, o incluso un campo desierto, y estoy bien, pero fuera en un estacionamiento o en una calle de la ciudad... aargh. Alguien debe tener un baño abierto en alguna parte.

Y ahí está el problema. Algunos lugares lo hacen, basado en mi muestreo no científico de estas últimas semanas, pero si está en la autopista y tiene que ir al baño, no quiere comenzar a adivinar quién podría estar abierto y tomar la decisión equivocada. Después de algunos de esos encuentros casi perdidos, su búsqueda de baño puede volverse un poco loca.

Si tiene la suerte de encontrar un baño público, recuerde algunas estrategias de sentido común, inspiradas en parte por los CDC: use una máscara, tome distancia social si hay una multitud, y trate de no tocar nada innecesariamente, especialmente su rostro.

Si es posible, use una toalla de papel o un pañuelo de papel para abrir y cerrar las puertas, y luego tírelo a la basura, no al inodoro, donde puede causar una obstrucción. (Puede que quiera llevar consigo un pañuelo extra o jabón de viaje, ya que nunca se sabe cuándo pueden escasear los productos de limpieza o el papel del baño). Lo ideal es usar agua caliente y jabón para lavarse las manos al salir.

Y no se demore; cuanto más tiempo permanezca, más expuesto estará a los gérmenes que se transmiten por el aire de la última descarga del inodoro o visitante. Por último, use un desinfectante para manos cuando regrese a su automóvil.

Por lo tanto, las posibles soluciones se reducen a la deshidratación (que no es infalible) o a mucha planificación estratégica.

Pepe García, subdirector general de las divisiones de sólidos del Departamento de Obras Públicas de la ciudad de Los Ángeles, conduce a L.A. desde Perris todos los días, un buen viaje de 75 millas de ida, y ha optado por la planificación estratégica.

“Después de 30 años de viajar por los mismos caminos, encuentras pequeñas paradas en el camino”, dijo. Pero cuando llegó la pandemia, y sus paradas se cerraron, tuvo que pasar al Plan B: ha identificado algunos lugares a lo largo de su ruta que sabe que estarán abiertos y siempre se detiene allí ahora en su camino al trabajo, incluso si la necesidad no es urgente.

“Me estoy haciendo mayor y ya no me aguanto como antes, así que anticipo que no podré resistir hasta el final sin parar”, expuso. “Lo he reducido a una ciencia; se ha convertido en una rutina. De lo contrario, es solo estar adivinando y tienes que ir saltando de gasolinera en gasolinera hasta que encuentres un baño abierto”.

Así que aquí está mi consejo anecdótico no científico sobre el manejo de su vejiga durante la pandemia:

1. Haga algunas compras

Hoy en día, el lugar más fiable para encontrar un baño abierto es en los supermercados o en las grandes tiendas como Target, Costco o Trader Joe’s. Por supuesto, esto significa hallar un lugar para estacionar, correr a través del estacionamiento y luego rezar para que no haya fila, pero puede estar razonablemente seguro de que estas tiendas mantendrán sus baños abiertos y limpios.

2. Visite un parque

La mayoría de los edificios de la ciudad están cerrados a los empleados y al público en general, pero los baños de los parques aún están abiertos, al menos en la ciudad de Los Ángeles, dijo la portavoz Rose Watson. La ciudad tiene una lista de sus parques y sus direcciones en su sitio web, si desea marcar esos lugares para facilitar la búsqueda, pero esté advertido, los parques pequeños no suelen tener baños, señaló Watson. Buena regla general: si el parque es lo suficientemente grande como para tener un centro de recreación, también tendrá baños, que generalmente están abiertos desde el amanecer hasta el anochecer, expuso. Y, a parte, esos baños están normalmente cerca de los estacionamientos, por lo que no debería tener que correr muy lejos para conseguir alivio.

3. Explore previamente su ruta

La mayoría de los mapas digitales muestran los negocios a lo largo de las autopistas, así que tome nota de las salidas que conducen a una parada segura y luego llame con anticipación para asegurarse.

4. Invierta en un urinario portátil

No puede hacer daño tener un urinario con tapa de rosca en su automóvil, para esos momentos absolutamente desesperados en los que no puede encontrar ningún otro lugar a donde ir. Una de las mejores opciones de Amazon es supuestamente a prueba de derrames e incluso tiene una tapa que brilla en la oscuridad para que pueda encontrarlo por la noche. Las mujeres deberían investigar el nuevo y vasto mundo de los dispositivos urinarios femeninos o “embudos para orinar”, como el Tinkle Belle, el Sunany de Amazon (con una punta de embudo lo suficientemente pequeña para caber dentro de una botella de agua vacía), el GoGirl (bestseller Nº 1 en Amazon), el Easy Peezy y el Shewee (¡uno de los primeros dispositivos urinarios femeninos del mercado y ahora disponible en 10 colores!). También hay muchos inodoros compactos y portátiles en el mercado, algunos por tan sólo $19.99.

5. Busque paradas de descanso

Las áreas de descanso mantenidas por el Estado siguen siendo útiles en los viajes largos, siempre que no estén cerradas por mantenimiento. Aquí es donde el consejo de García es útil: vaya al baño cuando pueda, porque quién sabe cuándo aparecerá la próxima oportunidad.

6. Prepare una bolsa

Debido a que los accidentes ocurren, es especialmente inteligente hoy en día tener una pequeña bolsa en su auto con toallitas, pañuelos desechables, bolsas de plástico (una para ropa húmeda, otra para pañuelos sucios) y un cambio de ropa. (Tal vez incluso zapatos, en caso de que el embudo para orinar se resbale). Un poco de desinfectante extra para las manos también sería útil, junto con una toalla para envolverse si tiene que ir a algún lugar con pantalones mojados para cambiarse.

Y recuerde, las cosas podrían ser peores, como el no haber empacado una bolsa en absoluto.

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