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Katy Perry recibió $7.475 millones por su casa de huéspedes en Beverly Hills

Katy Perry's guesthouse
Con una extensión de un acre, la propiedad cerrada incluye una casa de estilo tradicional con dos alas y una piscina de forma ovalada.
(Hilton & Hyland)
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La casa de huéspedes de Katy Perry es más cara que la casa de los sueños de la mayoría de las personas. Después de poner la casa a la venta por 7.95 millones de dólares el año pasado, la estrella del pop acaba de venderla por $7.475 millones, una ganancia de $25.000 en comparación con lo que pagó por la propiedad de la oficina de correos de Beverly Hills en 2018.

La cantante de “Roar” y “Firework” todavía tiene algunos otros lugares para hospedarse en el sur de California, incluyendo una casa más grande justo en la misma calle que compró por $18 millones en 2017. El año pasado, Perry y su prometido, Orlando Bloom, desembolsaron $14.2 millones por una mansión en Montecito.

Con 4.400 pies cuadrados, la casa de huéspedes es la más pequeña de sus tres propiedades. Ubicada en el enclave vigilado de Hidden Valley, cuenta con una entrada poco ortodoxa en la que los visitantes deben caminar a lo largo de la casa hasta la puerta principal, pasando por un césped bien cuidado con una piscina de forma ovalada.

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Los espacios de estilo tradicional conforman el nivel principal, que incluye una sala de estar con chimenea, un comedor con puertas francesas y una sala familiar con muebles empotrados y un bar.

La segunda planta está dividida en dos alas separadas; una alberga una suite principal con dos armarios y una sala de estar, y la otra añade dos dormitorios en suite y un gimnasio. Hay varios balcones con vistas a los terrenos ajardinados que cubren aproximadamente una hectárea.

Originaria de Santa Bárbara, Perry ha lanzado seis álbumes de estudio en las dos últimas décadas con éxitos como “Dark Horse”, “Teenage Dream” y “I Kissed a Girl”. La artista, de 36 años, lanzó su último disco, “Smile”, el pasado mes de agosto, y ese mismo mes dio a luz a su hija, Daisy Dove Bloom.

Brett Lawyer, de Hilton & Hyland, era el agente encargado de la venta de la propiedad. Josh Flagg, de Rodeo Realty Beverly Hills, representó al comprador.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí

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