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‘Abrazo de agujeta’: un libro infantil para hacer conciencia sobre los trastornos alimenticios

Alejandra Vega-Rivera es la autora de Abrazo de Agujeta.
(Cortesía.
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El autor irlandés Oscar Wilde alguna vez dijo que amarse a uno mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida. Rebecca, personaje principal del libro infantil Abrazo de agujeta (2022), ha conocido, a su corta edad, la verdad detrás de esta frase. A punto de cumplir 10 años, perfeccionista y preocupona, Reb tiene una familia amorosa, buenas calificaciones y éxito en el patinaje artístico, pero carece de una buena relación con su imagen corporal, lo que le impide disfrutar la vida plenamente.

Como el primer título de una serie de libros infantiles con temática de salud mental, Abrazo de agujeta pretende ser una chispa de reflexión para las niñas y preadolescentes que se encuentran en conflicto con su propio cuerpo pese a los movimientos de positividad corporal (#bodypositivity) que inundan las redes sociales hoy en día. Hablo en femenino porque según cifras oficiales*, alrededor del 90% de las personas que padecen anorexia, tema central de Abrazo de agujeta, son mujeres.

Más allá del género, la anorexia es una problemática que, a nivel global, cuenta con la tasa de mortalidad más alta dentro de las enfermedades psiquiátricas diagnosticadas. Cada año, nuestras jóvenes mueren de paros cardiacos y respiratorios, en accidentes, en suicidios. Mueren de hambre, literal y figurativamente.

La anorexia es un trastorno alimenticio originado por el deseo obsesivo de adelgazar, que conduce a quien lo padece a bajar de peso más allá de lo saludable para su edad y talla.

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Esta preocupación excesiva por la figura se manifiesta cada vez desde edades más tempranas. Se estima que la edad promedio de riesgo para comenzar a desarrollar este trastorno es de 8 años. No es extraño escuchar a pequeñas realizando comentarios sobre dietas y básculas.

Otorgarle importancia a nuestra imagen no es algo banal, es naturaleza humana. La apariencia es parte de una realidad ineludible y fuente de placer en muchos casos. El problema está cuando se pierde el equilibrio y se le otorga a la imagen y al peso el poder de ir más allá de los límites de nuestra salud física y mental. La anorexia es una enfermedad especialmente peligrosa porque alimenta nuestro ego. La gente te llenará de halagos por haber perdido peso, no por ganarlo. Cuando la báscula va para arriba, nunca falta quien recomiende una dieta, una rutina de ejercicio, o algún té milagroso, pero cuando alguien pierde unas tallas, la lluvia de adulación es copiosa, y de sabor dulce.

Hacer consciencia sobre dónde estamos parados es una necesidad para las generaciones actuales y futuras, nacidas en un mundo digital, donde lo que se ve en una pantalla no corresponde necesariamente con lo que los ojos observan en el mundo real.

En una sociedad global que valora el éxito aparente —a través de métricas económicas, de belleza, y de prestigio—, hay que estar atentos, como adultos, a los signos que los niños y jóvenes que tenemos bajo nuestro cuidado manifiestan. Por ejemplo, la pérdida drástica de peso, una menor ingesta de alimentos, afirmaciones de no tener hambre aunque no se haya comido lo suficiente, los paseos al baño después de la comida, la extrema sensibilidad al frío (inducida por una baja ingesta de calorías), sequedad en la boca, cambios de ánimo constantes, aislamiento, aparición de lanugo en la piel, por nombrar algunos.

La inspiración de crear esta serie me surgió durante la pandemia, como un cosquilleo en la nariz que no te deja de molestar hasta que lo atiendes. Escribir es mi vocación, pues soy comunicóloga de profesión y he escrito poesía y artículos periodísticos anteriormente, pero todo tomó forma verdadera y un sentido más grande que yo después de participar como tallerista titular en “Leer es crecer”, un taller co-fundado por la sede de la Universidad Nacional Autónoma de México en Los Ángeles y el Instituto de los Mexicanos en el Exterior. De repente, todo tuvo sentido… Mi amor por la literatura, el mundo infantil, y la falta de conciencia en torno a temas de salud mental se mezclaron en mi cabeza y me llevaron a crear Abrazo de agujeta, y otros libros que vendrán próximamente.

En el público infantil encontré una audiencia exigente pero necesaria de atender si queremos romper estigmas y tener un impacto real. Mi meta es poner un granito de arena para que, a través de la ficción, los pequeños —y sus cuidadores— puedan identificar ciertos comportamientos y sean empáticos y comprensivos, con ellos mismos y con los demás.

Como autora pero sobre todo como lectora, creo que la literatura infantil y juvenil no tiene que ser didáctica ni adoctrinar por naturaleza, y no es lo que pretendo con Abrazo de agujeta; las letras tienen un valor artístico y estético que vale en sí mismo, pero si a la par se puede compartir un mensaje, ¿por qué no?

Para redactar este y los libros futuros de la serie conté con el maravilloso apoyo de muchas personas, entre ellas, Alma Orozco, psicóloga infantil de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien me guió para realizar una escritura informada y respetuosa. Cabe resaltar que Abrazo de agujeta no es un manual diagnóstico sino una ficción que pretende abrir la conversación sobre los trastornos alimenticios en la juventud.

Alejandra Vega-Rivera
(Cortesía.)

Sobre las ilustraciones puedo comentar que se hicieron, al igual que con el proceso de escritura, una labor cuidada y con cariño. Fueron varias las horas de trabajo empleadas con María Tuti, una gran artista mexicana, para diseñar cada escena de Rebecca y su familia, elegir una paleta de colores atractiva, y hacer que los personajes cobraran vida propia.

Ya hablando sobre el proceso de creación, quiero agradecer a los niños que hicieron un tiempo en su apretada agenda para ser entrevistados por mí, durante la etapa de investigación. De igual manera, mi agradecimiento profundo a sus familias.

Gracias también a mi familia y a Hola Publishing Internacional, mi casa editorial, por creer en este proyecto. “Nos emociona mucho haber trabajado con la increíblemente talentosa Alejandra Vega-Rivera, pues Abrazo de agujeta trata temas que, por lo general, son un tabú en la literatura infantil: la salud mental y los desórdenes alimenticios. Este libro no minimiza la gravedad de estos problemas, sino que esclarece la realidad de ellos en los niños. Acompañado de ilustraciones que proyectan de manera excepcional el mensaje de la autora, Abrazo de agujeta es un cuento perfecto que no teme hablar con la verdad”, dice la editorial.

Me despido no sin antes compartirles que Abrazo de Agujeta puede ser adquirido a nivel global, en su versión en español o inglés (Shoelace Hug), en sitios como Amazon, Barnes & Noble, Sanborns, El Sótano, y Walmart. Disponible en versión impresa y digital.

Por último, ahora sí, los espero en Los Angeles Times Festival of Books en USC el próximo 23 de abril a las 11:45 a. m., en el pabellón de Los Angeles Times en Español, donde estaré contando la historia de Rebecca y sus agujetas color rosa eléctrico. ¡Ahí nos vemos!

*Shepphird, Sari y Emery, Robert E.. “anorexia nerviosa”. Enciclopedia Británica, 8 de julio de 2021, https://www.britannica.com/science/anorexia-nervosa. Consultado el 21 de marzo de 2022.

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