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TU BOLSILLO: Cómo descifrar las ofertas de ayuda económica de las universidades

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Con las aceptaciones universitarias en mano, ahora viene lo difícil: entender cuáles son las ofertas de ayuda financiera.

Estas cartas suelen estar cargadas de un lenguaje que difiere de una oferta a otra y dificulta así la comparación. Pero es posible aprender a interpretar las cartas de adjudicación para comprender los costos y elegir así una opción asequible.

Qué esperar de las ofertas de asistencia

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Las ofertas de ayuda financiera deben incluir toda la asistencia federal, estatal y escolar a la que puede acceder. Eso podría significar ayuda gratuita (como subvenciones, becas y oportunidades de trabajo y estudio), que no necesita ser reembolsada, y préstamos federales (subsidiados y no), que deben devolverse. Si estos tipos de ayuda se agrupan sin explicación alguna, pueden ser difíciles de distinguir.

La oferta también podría incluir un préstamo PLUS para padres, pero hay que evitar usarlos si es posible. Estas opciones tienen tasas de interés más altas que los concedidos directamente a los estudiantes y, a diferencia de los préstamos estudiantiles típicos, sólo los progenitores pueden aceptarlos y requieren de un historial de crédito.

Las universidades también deben proporcionar el costo de asistencia, pero esa no es la cantidad que se debe sino que agrupa los costos indirectos -como libros, suministros y transporte- con otros directos -como la matrícula, las cuotas, la vivienda y los alimentos-.

El costo de la asistencia suele ser un promedio, consideró Brenda Hicks, directora de ayuda financiera de Southwestern College en Winfield, Kansas. Las cosas tales como alojamiento y comida podrían ser más costosas si se opta por un paquete más caro; quizás una habitación individual.

¿Por qué son tan difíciles de leer estas ofertas?

Las instituciones educativas usan nombres diferentes para referirse al mismo tipo de préstamo. Por ejemplo, la oferta de ayuda de una universidad podría incluir un “préstamo federal Stafford sin respaldo”, y otra podría decir “préstamo no subsidiado DL”, aunque son lo mismo.

Los préstamos federales sin subsidio para estudiantes son el único tipo de financiación federal al que todos los alumnos pueden acceder, independientemente de su necesidad económica. Son diferentes de los préstamos subsidiados, que no generan intereses mientras la persona cursa sus clases. Los préstamos subvencionados reducen los costos para los estudiantes, por lo cual se otorgan a quienes demuestran necesidad.

Pero entre 455 cartas de otorgamiento de ayudas para la universidad, se detectaron 136 nombres diferentes para describir el préstamo federal no subsidiado, según un estudio realizado en 2018 por New America, un grupo de expertos no partidistas, y uAspire, una organización sin fines de lucro especializada en acceso a la universidad, con sede en Boston.

“¿Cómo podemos esperar que las familias y los estudiantes naveguen por este proceso si incluso la ayuda para la que todos califican se llama de manera diferente?”, se preguntó Rachel Fishman, subdirectora de investigación del programa de políticas educativas en New America.

Fishman considera que hay dos obstáculos principales para las universidades que estandarizan las ofertas: no existe un patrón legal para el lenguaje de las cartas de adjudicación, y las instituciones usan diferente programa de software para administrar la ayuda.

En un esfuerzo por lograr una mayor coherencia, el Departamento de Educación de EE.UU publicó recientemente una guía sobre qué deben evitar las instituciones educativas, como presentar el costo de asistencia sin un desglose. También hay apoyo bipartidista en el Congreso para que las ofertas de ayuda sean más uniformes, incluidos dos proyectos de ley actuales.

Algunas universidades intentaron abordar el problema, pero otras siguen utilizando el mismo formato empleado durante años, dijo Brendan Williams, director de conocimiento de uAspire.

La oficina de ayuda financiera de la Universidad de Nebraska Kearney revisó su carta de adjudicación el año pasado, incluyendo el código de colores de cada tipo de asistencia y el costo neto estimado. Este concepto es el costo de asistencia menos la ayuda gratuita y representa la cantidad que los prestatarios deberán cubrir.

A pesar de los cambios, las familias a menudo siguen necesitando de una guía en persona, remarcó Mary Sommers, directora de ayuda financiera de la entidad. “Lo cual está bien, ese es nuestro trabajo”, agregó.

Cómo comparar las ofertas de ayuda financiera

Para cotejar las ofertas de ayuda financiera, los expertos recomiendan estos pasos:

  • Cree una hoja de cálculo con columnas separadas para cada universidad.
  • Debajo de cada columna, comience con el costo total de asistencia a cada institución.
  • Anote cada tipo de ayuda concedida y su
  • Agregue primero toda la ayuda gratis y reste del costo total de asistencia.

Como se debe tomar primero toda la ayuda gratuita, lo que queda es la cantidad que necesita cubrir con ahorros, ingresos o préstamos. Compare esta suma en los resultados con las de otras instituciones de su lista.

También puede utilizar herramientas, como la de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (Compare Schools) o la de la Asociación Nacional de Administradores de Ayuda Financiera (Award Notification Comparison Worksheet).

“En conclusión: alentaría a las personas a que lean detenidamente esa carta; que la lean en su totalidad, se aseguren de comprenderla y que se comuniquen cuando no la entiendan”, resumió Hicks.

Si no está claro cómo aceptar un tipo de ayuda o rechazar otra, comuníquese con la oficina de asistencia financiera de la universidad.

Anna Helhoski escribe para NerdWallet, un sitio web de finanzas personales.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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