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¿Hora de una colonoscopia? Primero, pregúntele a su médico cómo se limpian los aparatos utilizados

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Después de una colonoscopia hace dos años, Patti Damare se sentía tan delirante y débil que no podía pararse sola.

Eso fue un viernes, y ella atribuyó sus síntomas a los persistentes efectos de la anestesia. El sábado, la mujer de San Marcos, California, se preguntó si había contraído una gripe asesina o una infección del tracto urinario.

Al día siguiente, no podía levantarse de la cama. Para el lunes, era casi como si su cuerpo hubiera sido golpeado con un bate de béisbol, recuerda. “Se sentía como lo que imagina que se siente al morir”, dice Damare, de 53 años, una azafata retirada.

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Esa noche, los médicos de la sala de emergencias le diagnosticaron una infección y sepsis por E. coli, una complicación potencialmente mortal. Sus doctores le dijeron que la infección probablemente provenía de su colonoscopia.

“El médico de urgencias me dijo que si hubiera esperado un día más, me hubiera muerto”, dice.

Los doctores utilizan una variedad de aparatos médicos reutilizables (llamados scopes en inglés) para mirar dentro del cuerpo, y pueden representar un riesgo mortal de infección si no se limpian adecuadamente.

Los complicados aparatos llamados duodenoscopios, utilizados para inspeccionar y tratar problemas en la bilis y los conductos pancreáticos, se han relacionado con al menos 35 muertes en EE.UU. desde 2013, incluidos tres en el Centro Médico Ronald Reagan de UCLA.

Pero los menos complejos también plantean riesgos de contaminación, y se utilizan en muchas más personas: cada año en Estados Unidos, los médicos realizan más de 15 millones de colonoscopias y 7 millones de endoscopias del tracto gastrointestinal superior.

Dos estudios recientes subrayan la amenaza: un documento publicado en marzo encontró que el 71% de los aparatos médicos reutilizables considerados aptos para el uso en pacientes, dieron positivo en las pruebas de detección de bacterias en tres de los principales hospitales de EE.UU.

Luego, un estudio concluyó en mayo, que las tasas de infección son mucho más altas de lo que se creía después de una colonoscopia y una endoscopia del tracto gastrointestinal superior.

Por ejemplo, la tasa de infección dentro de los siete días siguientes de una colonoscopia de rutina en un centro de cirugía ambulatoria, es de aproximadamente 1 en 1,000, determinó el estudio de la Universidad Johns Hopkins. Anteriormente se pensaba que era aproximadamente 1 en un millón.

Susan Hutfless, autora principal del estudio y profesora asistente en Johns Hopkins, dijo que estaba “muy sorprendida” por los hallazgos, y agregó que los pacientes deben comenzar a interrogar a los médicos sobre las opciones de tratamiento y la limpieza de esos aparatos.

No debería hacerlo como lo hice en mi primera colonoscopia en enero: estaba en la camilla, esperando ser ingresado al quirófano cuando le pregunté al médico: “Sus ‘scopes’ están limpios, ¿verdad?”
Puedes adivinar lo que dijo.

Debería haber preguntado antes. “Cuantas más personas pregunten, más mejorará la limpieza”, dice Hutfless.

No importa qué procedimiento recomiende su médico, comience aplicando un análisis de riesgo-beneficio a su situación, dicen los expertos.

En el caso de las colonoscopias, que pueden detectar cáncer de colon, muchos expertos creen que el beneficio supera el riesgo de infección.
“La colonoscopia salva vidas”, dice el Dr. James McKinnell, profesor asistente de enfermedades infecciosas en UCLA y en el instituto de investigación LA BioMed. “El beneficio es una reducción en el riesgo de muerte”.

Además, la mayoría de las infecciones son tratables y de corta duración, agrega Sylvia García-Houchins, directora de control de infecciones de la Comisión Conjunta, que acredita a muchos hospitales y centros de cirugía de EE.UU.

Como parte de sus deliberaciones, considere discutir posibles alternativas con su médico, dice Lisa McGiffert, ex directora del Proyecto de pacientes seguros de Consumers Union y ahora miembro de la Red de acción de seguridad del paciente. “Yo diría, ‘¿hay algún otro procedimiento que puedas utilizar que no sea tan invasivo?’”
Si no es así, comience a hacer preguntas.

En primer lugar, asegúrese de que está viendo un proveedor de buena reputación con mucha experiencia. Pregunte cuántos procedimientos ha realizado. Si el suyo es el primero, o entre los primeros, considere ir a otra parte o pedir a alguien que supervise el procedimiento.

También puede preguntarle a su médico si conoce las tasas de infección de ese hospital o clínica, dice McGiffert, que vive en Austin, Texas. “Si dicen que no, yo diría: ¿por qué no? ¿Por qué no haces un seguimiento de esto?”

Si su médico le da una tasa de infección pero es confusa, recuerde: “Cuanto más cerca de cero, mejor”, dice McGiffert.

Luego, pregunte sobre el proceso de limpieza del ‘scope’ del hospital. McKinnell ofrece algunas preguntas: ¿los limpias y reprocesas? ¿Los cuelgas para que se sequen en un lugar limpio? Después de que hayan sido limpiados, ¿los revisas para asegurarte que no están contaminados?

Sin profundizar en todos los detalles científicos, desea tener una idea general de que el médico o la clínica tiene un proceso de limpieza bien definido.

“Quiero saber que hay una persona limpiándolos. Si lo hay, tienen el sistema controlado”, dice García-Houchins.

También puede investigar si un hospital o centro de cirugía en su área utiliza endoscopios de un solo uso, que son cada vez más aceptados y prevalentes.

En definitiva, confíe en su instinto.

“Si no se siente cómodo y esas alarmas se disparan, debe detener el procedimiento”, dice García-Houchins. “Simplemente tienes que hacerlo”.

Damare está de acuerdo. Después de su ataque de sepsis en agosto de 2016, dijo que no planea volver a hacerse una colonoscopia. Pero si lo hace, recuerde que usted, no el médico, está a cargo, aconseja.

Esta nota fue producida por Kaiser Health News, una publicación editorial independiente de Kaiser Family Foundation.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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