La embajadora de EE.UU ante la ONU, Nikki Haley, presenta su renuncia

Nikki Haley, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, renunció el 9 de octubre, en una medida que el presidente Trump dijo que venía gestándose desde hace varios meses, pero que tomó por sorpresa a muchos funcionarios de la Casa Blanca.

Al hacer el anuncio en la Casa Blanca, Trump dijo a los reporteros que Haley le había informado hace unos seis meses que se tomaría un descanso. La renuncia entrará en vigencia a finales de año, dijeron Trump y Haley.

La partida de Haley marca uno de los raros ejemplos de un alto funcionario de la administración de Trump que ha hecho una salida elegante.

El presidente la felicitó y dijo que le había dado glamour e importancia al cargo. Se le permitió dirigirse a los reporteros de la Oficina Oval, una salida distinta a los abruptos tweets que Trump a menudo usa para anunciar cambios de personal de alto nivel. Trump dijo que nombraría un sucesor dentro de las próximas dos o tres semanas.

Haley, a su vez, agradeció a Trump y elogió a los miembros de su familia antes de mencionar a su propia familia. También salió rápidamente al paso de las especulaciones sobre sus ambiciones políticas.

“No, no competiré en 2020”, dijo, y agregó que haría campaña por la reelección de Trump.

Haley, quien se considera “una chica con suerte”, dijo que se iba a descansar después de seis años en Carolina del Sur, que incluía un huracán, una gran inundación y tiroteos en masa, seguidos directamente por dos años en la ONU

Haley también elogió la efectividad de los esfuerzos de política exterior de Trump, que han generado resultados dispares.

“Ahora, Estados Unidos es respetado”, dijo. “A algunos países puede no gustarle lo que hacemos, pero nos respetan por lo que hacemos”. Sin embargo, una encuesta realizada por el Centro de Investigación Pew ha dado a conocer que la opinión hacia Estados Unidos se ha desplomado en muchos países desde que Trump asumió el cargo.

Haley mencionó la dura política comercial de Trump, su decisión de abandonar el acuerdo nuclear de Irán y trasladar la Embajada de los Estados Unidos en Israel a Jerusalén, como algunos de los factores que enfureció a muchos aliados y socios regionales.

Trump, dijo que ‘hemos mostrando al resto del mundo que pondremos nuestras embajadas donde queramos”.

Haley logró una rara hazaña en la administración, manteniendo su popularidad personal a pesar de la política polarizadora del presidente. Una encuesta de la Universidad Quinnipiac de abril encontró que era aprobada por el 63 % de los norteamericanos, incluyendo un 55%, de los demócratas.

Haley, de 46 años de edad e hija de inmigrantes indios ha sido visto como una estrella en ascenso dentro del Partido Republicano y se cree que alberga ambiciones para un cargo más alto. Haley respaldó a su principal oponente, el senador de Florida, antes de que Trump se hiciera cargo del partido con su política nacionalista en la base masculina blanca del Partido Republicano.

Los conservadores, incluso aquellos que sospechan de la política de Trump “America’s First”, le han ofrecido a Haley el beneficio de la duda, incluso mientras lleva a cabo su propia agenda.

Ella cree firmemente que Trump, ha alejado la política de los Estados Unidos de su postura oficialmente neutral respecto a palestina.

“El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan (R-Wis.) Dijo en un tweet:” Nikki Haley ha sido una voz clara, consistente y poderosa para los intereses y principios democráticos de Estados Unidos. “Ella desafió a amigos y enemigos a ser mejore. Me entristece que se vaya del gobierno, pero estoy muy agradecido por su servicios”.

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