Entre gritos de rechazo y protestas recibieron a Hillary Clinton en el Este de L.A.
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LOS ÁNGELES — El ruido que generaron los detractores silenció a los simpatizantes de Hillary Clinton a su llegada al Colegio Comunitario del Este de Los Ángeles, en medio de una numerosa manifestación, integrada en su mayoría por latinos, con mensajes de repudio en contra de la precandidata demócrata.
“Hillary entiende, el pueblo no te quiere”, gritaba la multitud de personas congregada en el parque Belvedere, sobre la avenida César Chávez. “Fuera del Este de L.A.”, se leía en algunos carteles que recibían la aprobación de los conductores al sonar las bocinas de sus carros al pasar.
A pocas cuadras del centro educativo, desde antes de las 2:00 de la tarde, la líneas de personas interesadas en escuchar a la exsenadora por Nueva York se extendía hasta los alrededores. En medio de la multitud, también esperaban ingresar al recinto seguidores de Bernie Sanders.
“Es mujer, tiene experiencia y veo que es más realista que el otro candidato”, manifestó Arely Vargas, residente de este vecindario que llegó acompañada de su hija de 12 años, parada a pocos metros de la vigilancia que ejercían decenas de agentes del Sheriff y la policía.
Regina Cruz, por su parte, caminaba frente a la fila. En su cabeza llevaba una gorra decorada con billetes y el texto que decía: “No puedo ser comprada”, con el que se vincula a la exsecretaria de Estado por el apoyo de las grandes corporaciones de Wall Street.
Entre los detractores, el mensaje reiterativo era el llamarla “mentirosa”. “Si está moviendo su boca, ella está mintiendo”, se leía en una camiseta. “No ensucies el 5 de mayo con tus mentiras Hillary”, se apreciaba en un cartel que levantaba una mujer.
Los seguidores, sin embargo, consideran que con la ventaja que lleva Clinton se impondrá en la nominación.
“Lo que no queremos es a [Donald] Trump. Si ella gana [la presidencia] sentimos que va a continuar con el programa DACA”, indicó Alicia Mendiola vestida con una camisa blanca estampada con la bandera de Estados Unidos, apostada frente al colegio comunitario desde las 2:30 de la tarde.
Mientras la gente hablaba de política, un par de comerciantes aprovechaban de vender ‘hot dogs’ entre la muchedumbre. “No hemos vendido mucho”, dijo una mujer al mismo tiempo que le daba vuelta la cebolla y a las salchichas para que no se le quemaran.
Antes de que llegara la precandidata, el grupo apostado en el parque Belvedere se desplazó hasta el recinto educativo. Con la bandera mexicana en la mano, un joven encabezó la manifestación. Al pasar frente el colegio, los simpatizantes de Sanders se cruzaron la calle para sumarse a la marcha.
“Hillary fuera del Este de L.A.”, gritaban con más fuerza.
La muchedumbre pasó frente a una docena de agentes del Sheriff, montados en sus caballos, hasta llegar a la entrada principal del colegio. En el cielo, no obstante, los manifestantes eran vigilados por dos helicópteros que no se movían de la zona, a la espera de la esposa del expresidente Bill Clinton.
“Barack Obama tiene un mal récord en deportaciones, pero ella está matando a nuestra gente en América Latina”, señaló Mayra Iñíguez, joven que portaba un rótulo que decía “Nunca Hillary”, agregando que “la muerte de [la activista hondureña] Berta Cáceres es culpa de ella”.
Después de varias horas de espera, cuando el reloj marcaba las 3:56 p.m. finalmente comenzó a moverse la fila. En la calle, se cortó el tráfico. Un minuto después, en medio de una custodia policial de más de siete vehículos, llegó Clinton al colegio, pasando en frente de sus detractores.
“Esto no es el final, todavía no hay una decisión entre Hillary Clinton o Bernie Sanders”, aseguró Armando Telles, joven que llegó desde San Diego para expresar su rechazo a la precandidata.
La manifestación esta vez fue contra Clinton, pero la mayor parte de los que participaron no están a favor de los demócratas ni de los republicanos, como se apreciaba en algunas pancartas y en las declaraciones de los organizadores.
“No le tememos a Trump porque va a nacer una nueva organización, los jóvenes se están levantando y son más fuertes”, aseguró Adelina Sánchez, estudiante universitaria de Bakersfield, “ya despertaron al gigante y es algo que necesitaba el pueblo”.
Mientras la gente seguía entrando al colegio comunitario, la calle César Chávez permaneció cerrada durante el acto. Otras personas ni cuenta se daban de lo que pasaba en el vecindario, solo se quejaban que ahora tenían que caminar porque la zona seguía bajo seguridad.
“A saber que fregados traen”, dijo una mujer, a quien se le explicó que se trataba de Hillary Clinton. Su hijo, un niño de aproximadamente 10 años, comentó: “Hillary no, mejor Bernie”.
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