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Cómo un Superman famoso en Hollywood Boulevard terminó sin hogar y muerto

Christopher Dennis
Christopher Dennis, disfrazado de Superman, en una presentación en Hollywood Boulevard el 14 de marzo de 2009. (Mel Melcon / Los Angeles Times)
(Mel Melcon / Los Angeles Times)
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¿Volveremos a ver alguna vez a Christopher Dennis en Hollywood Boulevard?

Durante más de dos décadas, en las estrellas en el Paseo de la Fama, interpretó a Superman con la devoción de un niño convencido de que era un superhéroe.

Vivió durante años a pocas cuadras del boulevar en un pequeño apartamento repleto de pies a cabeza con juguetes de acción, recortes y dibujos de Superman que hizo a mano. Y en la calle, abrazó el papel tan completamente que a veces persiguió a tipos realmente malos en su atuendo de Superman acolchado, abultado y musculoso.

Mantuvo su cuerpo recto y sus hombros hacia atrás, lo que le dio siempre una apariencia varonil donde la capa roja se unía con el traje azul de día. En la luz y el ángulo correcto, podría parecerse mucho a Christopher Reeve, aunque de cerca, a menudo pensé, que tenía las mejillas demasiado pronunciadas.

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Pero no fue solo la apariencia lo que lo hizo destacarse en el constante grupo de turistas que se congrega frente al Hard Rock Cafe. Le daba tiempo a los turistas, lo veía como su trabajo no sólo para ganar sus propinas sino para hacerlos sonreír. Entonces compartió con ellos su vasto conocimiento de todas las cosas de Krypton. Perseguía juguetonamente a las mujeres como si cortejara a Luisa Lane. Les decía a los niños que le pedían verlo volar que Superman no lo haría, excepto para combatir el crimen.

En un lugar no conocido por su cortesía, fue indefectiblemente cortés en su carácter. Lo que muchos visitantes y lugareños encontraron encantador y siempre recordado, ahora le lloran. Y aún no saben el alcance completo de la tragedia.

Gregg Donavan, quien trabaja para L.A. City Tours, muestra una imagen que fotografió de Christopher Dennis, conocido como Hollywood Boulevard Superman, tres meses antes de su muerte. (Wally Skalij / Los Angeles Times)
(Wally Skalij/Los Angeles Times)

Esta semana, TMZ dio la noticia de que la marquesina de Hollywood Boulevard, ‘Man of Steel’, había muerto a la edad de 52 años. Lo habían encontrado en el Valle, aparentemente sin hogar y tirado de cabeza en uno de esos contenedores de metal hechos para que la gente arroje ropa vieja para ser donada.

La conmoción y la tristeza se han filtrado en las redes sociales desde entonces. Pero pronto descubrí que esos sentimientos son más difíciles de encontrar en el boulevar, donde recientemente pasé horas buscando respuestas sobre lo que le sucedió a Dennis.

Había venido a saber más sobre una de nuestras muchas almas perdidas, que durante tanto tiempo nos llamó la atención antes de que desapareciera de nuestra vista. No quería que su muerte se olvidara: en Los Ángeles, incluso Superman termina sin hogar y muerto en la acera. En su peculiar manera, había prestado servicio a nuestra ciudad durante años. Pensé que le debíamos una despedida más rica que fuera más allá de los escasos detalles oficiales.

Aún así, en el tramo entre las celebridades de cera en Madame Tussauds, la zona de Hollywood y los elefantes blancos de gran tamaño en Hollywood y Highland, algunos de los miembros actuales de su extraña tribu de personajes disfrazados nos mostraron sobre toda la atención que recibió y de su adicción al cristal, que era su kriptonita. Y unos pocos expresaron una pequeña compasión. Sintieron que le habían dado una oportunidad tras otra para ser rescatado y lo despilfarró cayendo en espiral para terminar en la acera, hablando solo, atrapado en pensamientos destructivos, contando cuentos, empujándose cada vez más y más lejos de la posibilidad de ser ayudado.

Dijo un Freddy Krueger de Suiza que no quiso ser identificado: “A nadie le importa nadie aquí afuera”.

Walk of Fame
Gregg Donavan deposita flores a lo largo de Hollywood Boulevard el viernes para comenzar un memorial para Christopher Dennis. (Wally Skalij / Los Angeles Times)
(Wally Skalij / Los Angeles Times)

Dennis había sido una vez más famoso que nadie en el tramo. Tuvo tantas oportunidades. ¡Había estado en “Jimmy Kimmel Live!” muchas veces.

Había sido la estrella de un documental en 2007, “Confesiones de un superhéroe”. Lo volví a ver esta semana por primera vez desde que salió y sentí la conmoción de la línea de apertura de Dennis: “Hollywood es un lugar donde los sueños se hacen y los sueños se rompen”.

Matt Ogens, por cierto, quien dirigió el documental, relató que pensaba que Dennis merecía su propia estrella en Hollywood. En los más de dos años que lo observó, dijo, “terminé por encontrarlo semejante a un niño”. “Había algo dulce en él y también amable. Tenía respeto por el personaje de Superman y por el trabajo que estaba haciendo”.

Ogens dijo que estaba triste al escuchar cómo había muerto Dennis y pensar en él en ese lugar oscuro y solitario. Señaló que no lo había visto en varios años.

Los habitantes del bulevar manifestaron que nunca habían dejado de verlo, incluso después de que dejó de trabajar en el Paseo de la Fama, pero que no siempre lo reconocieron sin disfraz, encorvado en la acera de Hollywood y Highland, con aspecto desaliñado, enfermo y demacrado, décadas más viejo, garabateando en cuadernos, dibujando, murmurando.

Sobre la narración de relatos en el boulevar, he aprendido por una larga experiencia, que siempre contiene una mezcla turbia de información errónea, rumores y fantasías. Es un lugar donde los tipos sutiles de engaño son profundos y todos están a punto de ser descubiertos o de ser proyectados en una película, sin importar cuán desigual sea la realidad.

Cada vez que paso demasiado tiempo allí afuera, mi cabeza comienza a girar, me encuentro en conversaciones tan fantásticas que no estoy segura de cómo encontraré mi salida.

Cuando llegué allí esta vez, una Catwoman con un disfraz mínimo, en realidad sólo ropa negra ajustada, orejas de gato negro y gafas protectoras, le gritaba a la policía que le había dicho que no podía recibir propinas de los turistas. “¡Si crees que puedes venir e intimidar a alguien, morirás en el infierno y te quemarás en cenizas!”, le gritó a los oficiales.

Conocí a un Superman más bajo y algo redondo en un traje que él había injertado de varias partes. Me mostró foto tras foto de él interpretando a otros personajes, un Power Ranger blanco, Capitán América, y me dijo que estaba haciendo la transición de Superman a Batman para luchar contra la corrupción en Los Ángeles porque Batman en ese aspecto es particularmente inteligente.

Hablar con él y con otros sobre Dennis se volvió confuso. Las líneas de tiempo y los recuerdos se fusionaron con rumores y cierta confusión. Pero todos estuvieron de acuerdo: Dennis había estado mal durante varios años.

Probablemente comenzó cuando él y su primera esposa se divorciaron, dijeron algunos, pero las opiniones variaron sobre si la razón fue su uso de drogas o porque ella le pidió que eligiera entre ella y Superman, y él eligió a Superman.

Luego estaba la historia que Dennis contó hace un par de años acerca de cómo había sido golpeado con palos de golf, que le arrancaron algunos dientes y le robaron todas sus pertenencias, incluidos casi $1.000, su computadora portátil y su disfraz de Superman.

Y su otra historia sobre la confiscación de su RV por parte de la ciudad, dejándolo sin refugio. Una persona me contó que había escuchado que tenía una casa rodante con seis gatos. Otro dijo que había sido amigo de Dennis durante años y que nunca tuvo un RV.

La gente me relató que también que se había casado brevemente con alguien que conoció en Las Vegas o en una reunión de NA, y que sólo parecía haber empeorado las cosas.

Sus historias sobre su difícil situación, en cualquier caso, condujeron a breves coberturas de noticias seguidas de campañas de financiación colectiva que recaudaron miles de dólares para ponerlo nuevamente en pie y ayudarlo a lanzar una serie web sobre su vida. (No está claro en qué situación se encontraba en el momento de su muerte).

En el boulevar, la gente me dijo que había perdido los dientes por la metanfetamina y que también gastó el dinero recaudado. Sus benefactores le habían comprado nuevos trajes. Los mismos que desaparecieron como los anteriores.

El forense del condado de Los Ángeles aún no ha determinado la causa de la muerte. Una investigación está en curso. Durante días, la falta de detalles me frustró.

Pero ahora sé más o menos lo que pasó. Y realmente no podría ser más triste.

Christopher Dennis anima a los corredores a lo largo de Hollywood Boulevard durante el Maratón de Los Ángeles 2012. (Wally Skalij / Los Angeles Times)
(Wally Skalij / Los Angeles Times)

Recientemente rastreé a su última pareja, Jennifer Masciopinto, quien fue la que lo encontró muerto en el contenedor de metal. Ella tiene parálisis cerebral y usa una silla de ruedas; la mujer aseguró que él la protegía y cuidaba incluso cuando no le importaba lo suficiente. Masciopinto manifestó que habían estado viviendo juntos en las calles durante aproximadamente un año.

Justo antes de morir, ella pensaba que había sido expulsado de un programa de tratamiento de drogas, aunque más tarde se enteró que había entendido mal. En cualquier caso, ella lo siguió de regreso a las calles y a una tienda de campaña en Van Nuys.

Todavía fumaba metanfetamina, manifestó ella, aunque quería dejar de hacerlo. Estaba deprimido y tomaba varios medicamentos. Él era un suicida cuando lo conoció y lo dejó, pero Masciopinto asegura que en algún momento le dijo que ella lo había ayudado y que quería ser menos autodestructivo.

Cuando lo conoció por primera vez en la calle, relató que él había estado dibujando y le enseñó a trazar un árbol. Luego, cuando el novio con el que había salido al oeste de Nueva York comenzó a golpearla, Dennis le sugirió un día que fueran juntos a comprar cigarrillos y ella se quedó con él y nunca miró hacia atrás.

Ella no conocía la historia de Dennis al principio. Cuando él se la contó, dijo que estaba asombrada. Había conocido celebridades, pensó. Él fue uno. ¿Por qué un Superman de fama mundial estaba con ella?

Masciopinto se estaba preparando para ir a la cama la noche antes de que lo encontraran muerto cuando decidió dirigirse al contenedor de donaciones cercano, donde había desarrollado un sistema para sacar bolsas de ropa donada de la ranura que se abría y cerraba con una palanca parándose en su silla de ruedas y usando una herramienta que él había hecho con cuerda y alambre.

Por lo general, ella iba con él y se paraba junto a la silla de ruedas, manteniéndola firme mientras Dennis tomaba drogas, relató. Pero esta vez, él le dijo que se quedara. Cuando se despertó a la mañana siguiente y se dio cuenta de que él no estaba en la tienda, ella pidió ayuda y lo encontró allí. Tal vez se resbaló, manifestó Masciopinto. Quizá se asfixió. Pero los paramédicos que llegaron después de que alguien llamó al 911 lo declararon rápidamente muerto.

Sólo había estado tratando de encontrar algo de ropa para quitarnos el frío, dijo, y también algo de ropa extra para vender.

Estaban justo al borde de la recuperación, aseguró Masciopinto. Ella esperaba un bono de vivienda cualquier día y planeaban usarlo en un lugar donde pudieran vivir juntos en Hollywood.

“Quería volver a ser Superman”, relató, mientras sollozaba por teléfono. “Estábamos tan cerca”.

Masciopinto dijo que nunca llegó a verlo con un traje de Superman. Cuando lo conoció, no había ningún traje a la vista.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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