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Los jóvenes de crianza tienen problemas para encontrar viviendas después de que el condado les dijera que deben mudarse

Foster care
Heidy López-Díaz, de 18 años, empaca sus pertenencias después de que el condado le dijo que debía mudarse. (Robert Gauthier / Los Angeles Times)
(Robert Gauthier / Los Angeles Times)
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Unos 50 jóvenes de crianza están luchando por encontrar un nuevo lugar para vivir después de que el condado de Los Ángeles les dijo abruptamente esta semana que ya no podían participar en los programas ofrecidos por una organización sin fines de lucro.

Los jóvenes, la mayoría de los cuales tienen entre 18 y 21 años de edad y todavía se encuentran bajo el sistema, han estado recibiendo vivienda, necesidades básicas y asistencia para la inserción laboral mientras hacen la transición a la edad adulta a través de David & Margaret Youth and Family Services.

El director de Servicios para Niños y Familias del Condado de Los Ángeles, Bobby Cagle, dijo en un comunicado enviado por correo electrónico al Times que “lo mejor para los jóvenes que residen en viviendas de transición a través de esa organización es que se les asigne un proveedor local diferente”.

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El condado no proporcionó detalles adicionales sobre los motivos de esta decisión.

Charles Rich, director ejecutivo de David y Margaret, dijo que los funcionarios del condado citaron “serias preocupaciones de seguridad” en una llamada telefónica, pero no dieron más detalles.

Una revisión de los registros estatales muestra que la licencia de la organización para el programa de vivienda de transición permanece activa y no ha sido citada por ningún problema grave de cumplimiento en los últimos cuatro años.

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Heidy López-Díaz está empacando sus cosas en su departamento y se mudará a una casa grupal mañana. (Robert Gauthier / Los Angeles Times)
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En los últimos meses ha habido quejas sobre música a todo volumen, uso de invitados y marihuana en un edificio donde se alojó a jóvenes. También hubo una protesta por amenazas y violencia entre los residentes, y un informe de una muerte en septiembre.

Rich reconoció que el uso de drogas y la música a alto volumen pueden ser un problema para los jóvenes de crianza temporal de esta edad, y dijo que uno de los chicos del programa se suicidó en septiembre, pero que su organización no ha sido implicada en ningún delito.

“Hasta donde yo sé, no hay incidentes que no se hayan resuelto cuando se trata de problemas con las licencias”, dijo.

Rich manifestó que el aviso del condado llegó “totalmente inesperado” y que las acciones afectan aproximadamente una cuarta parte del trabajo de la organización.

Funcionarios de Children and Family Services le notificaron la semana pasada sobre sus preocupaciones con el programa de vivienda de transición y le enviaron una carta el martes diciendo que los dos contratos de su organización para proporcionar servicios a esos jóvenes de acogida fueron puestos en “espera de finalización”.

El condado podría suspender las referencias y eliminar a los jóvenes que se encuentran actualmente en el programa y rescindir los contratos “por conveniencia o incumplimiento”, decía la carta, cuya copia electrónica fue revisada por el Times. En tal caso, no se realizarían procedimientos de queja de la agencia local, manifestaba la misiva.

El condado notificó a los jóvenes que tendrían que hacer la transición a nuevos hogares, dijeron algunos de ellos, trabajadores sociales y Rich. A los que viven en La Verne se les avisó que debían desalojar el viernes. Los chicos atendidos por el programa en otros lugares también necesitarán encontrar nuevas viviendas, pero no se les ha dado una fecha.

“¿Qué vamos a hacer con los niños?, dijo Rich.

Un trabajador social lo dijo sin rodeos: “Si no tienen familias, no tienen amigos o ...no pueden encontrar una ubicación, probablemente tendrán que ir a refugios temporales”.

Los jóvenes a quienes se les avisó que se mudaran dijeron que estaban en pánico.

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Heidy López-Díaz está empacando sus cosas en su departamento y se mudará a una casa grupal mañana. (Robert Gauthier / Los Angeles Times)
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“Comencé a llorar”, dijo Heidy López-Díaz, de 18 años, quien fue colocada en un departamento en La Verne a través de David y Margaret en junio después de mudarse de una casa grupal donde había vivido durante cuatro años.

López-Díaz manifestó que ha sido lo suficientemente difícil obtener un diploma de escuela preparatoria y cambiarse a una vivienda estable, sólo para tener que mudarse nuevamente. Pero todavía se considera afortunada, porque su hogar grupal anterior le dijo que podía regresar, al menos temporalmente debido a lo emergente de su situación.

“Estoy agradecida. Al menos encontré un lugar. Todavía tengo un techo sobre mi cabeza y voy a terminar la escuela”, dijo.

Pero después de 30 días, no está claro a dónde irá.

Ciel Maya, una transgénero de 19 años que vive en un edificio diferente en La Verne, dijo que bajo los servicios de David y Margaret, tuvo que mudarse cinco veces en aproximadamente un año y la experiencia ha sido difícil. (Ella pidió que el Times usara su nombre preferido en lugar de su nombre legal actual). Pero finalmente había obtenido algo de estabilidad después de inscribirse en un colegio comunitario y comenzar una pasantía con David y Margaret.

“Estaba asustada porque, finalmente, me sentí cómoda, iba a la escuela... No es justo”, dijo.

La trabajadora social del condado que atiende a Maya logró conseguirle una entrevista en otro programa de vivienda de transición, aseguró, y el jueves supo que había sido aceptada.

“Gracias a Dios”, declaró Maya. “O de lo contrario habría estado sin hogar”.

Aún así, el programa está en Bellflower, a unas 30 millas de la casa actual de Maya. La distancia significa que tiene que retirarse de sus clases y esperar hasta el próximo semestre para comenzar de nuevo en algún lugar más cercano a su nuevo hogar.

Las camas para jóvenes como López-Díaz y Maya, llamadas ‘no menores dependientes’ en el sistema de cuidado de crianza, son difíciles de encontrar. El condado cuenta con aproximadamente 500 espacios en programas de vivienda de transición, como los dirigidos por David y Margaret, que brindan apartamentos en la comunidad y ayudan a los adultos jóvenes a ir a la escuela y encontrar trabajo. Lo más importante es que ayudan a los chicos que carecen de la orientación de los padres en la transición a la edad adulta. Pero la demanda es mayor que la oferta, y las camas sólo se abren cuando una persona joven ya no cumple con la edad del hogar de acogida o es expulsado por incumplimiento.

Otras opciones de alojamiento incluyen hogares de crianza o grupales, que tienen limitaciones. O los jóvenes pueden mudarse a “ubicaciones de vivienda independiente supervisada”, donde se les otorga un estipendio para pagar un apartamento que alquilan directamente. Pero muchos chicos de crianza no están calificados para ese nivel de independencia. De lo contrario, pueden ser enviados a un puñado de refugios para “jóvenes en edad de transición”.

Más allá de estos, su única otra opción son los refugios para adultos, porque ‘en papel’ se consideran adultos.

Alex Green-Butler, de 20 años, vive en un departamento en West Covina, donde fue ubicada por David y Margaret. Es la primera vez que había vivido sola.

Ella dijo que el personal y los eventos en David y Margaret la hicieron sentir como si tuviera una familia y un lugar al que pertenecía.

“Es realmente triste”, dijo sobre el cierre del programa. “Se acercan las vacaciones. No hay muchos lugares a donde ir”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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