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California sigue muy por detrás en las pruebas de coronavirus a pesar de los avances recientes

 Drive-through site for coronavirus testing
Un hombre deja su prueba de COVID-19 autoadministrada en un contenedor azul en el Estacionamiento 15 de la Administración de Veteranos afuera del Estadio Jackie Robinson en Los Ángeles el 7 de abril de 2020.
(Genaro Molina / Los Angeles Times)
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Los funcionarios de salud estatales han incrementado las pruebas de coronavirus en los últimos días, pero California aún está a la zaga de la mayoría de los otros estados, dejando potencialmente a miles de pacientes no diagnosticados con la posibilidad de propagar las infecciones sin saberlo.

Hasta el martes, California dijo que tenía resultados de 143.172 pruebas, o 362 por cada 100.000 personas. Ese es un fuerte aumento de hace dos semanas cuando sólo 39 de cada 100.000 residentes habían sido evaluados.

Sin embargo, a pesar de todas sus fuentes de innovación, el estado está detrás del promedio nacional de 596 pruebas por cada 100.000, según el Proyecto de Seguimiento COVID. En Nueva York, que tiene muchas más personas hospitalizadas con síntomas graves, las pruebas alcanzaron 1.748 de cada 100.000.

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Algunos pacientes de California siguen esperando muchos días para obtener resultados. Y para aquellos sin síntomas como fiebre, continúa siendo extremadamente difícil hacerse una prueba.

Las pruebas lentas han sido fuente de frustración y alarma por parte de los funcionarios de salud pública, quienes dicen que ha limitado su comprensión de los patrones de infección y dificultado la disminución del coronavirus.

“Es realmente importante para nosotros saber si son positivos”, declaró Bárbara Ferrer, directora de salud pública del condado de Los Ángeles la semana pasada, expresando preocupación porque algunos pacientes todavía esperaban 12 días para obtener resultados. “Tanto por su tratamiento médico como también para que podamos trasladar de inmediato a esas personas al aislamiento, identificar a sus contactos cercanos y ponerlos en cuarentena”.

Si bien California no ha visto la cifra de muertos en puntos críticos como Nueva York, Ferrer y otros funcionarios de salud del Condado dijeron que mejorar las pruebas es una herramienta esencial que el estado debería utilizar mejor. California ha registrado 450 decesos y más de 17.000 casos confirmados.

El gobernador Gavin Newsom ofreció el martes una “sensación de optimismo” a los californianos sobre la curvatura del coronavirus. “Se está doblando, pero también se está estirando”, declaró Newsom.

Doblar la curva significa reducir la transmisión del virus para prevenir un aumento repentino y grande de pacientes con COVID-19. En lugar de un incremento rápido, las infecciones crecen más gradualmente, esencialmente “estirando” la curva en el tiempo, como dijo Newsom, para evitar abrumar al sistema de salud con pacientes más gravemente enfermos que los recursos para tratarlos. El estado ha dicho que espera un tope en algún momento de mayo.

Newsom aseguró el sábado, que el estado había dado un giro en las pruebas. Agregó que estaba asumiendo la responsabilidad del bajo rendimiento del estado y que había creado un grupo que trabajaría para aumentar las pruebas cinco veces antes de fin de mes.

“Es un nuevo día”, declaró. “Quiero asegurarme de que esta nueva promesa pueda materializarse”.

Algunos laboratorios de hospitales y universidades han mejorado desde lo que describen como “modo de crisis” hasta procesar cientos, si no miles, de pruebas por día. Una acumulación masiva de muestras que esperan en laboratorios comerciales y otras instalaciones ha caído a una fracción de su tope de 60.000 pruebas. Y el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, aseguró el lunes que ampliaría las pruebas de personas que muestran síntomas del virus a sitios en toda la ciudad.

Aún así, la promesa de Newsom será analizada de cerca por hospitales, médicos y pacientes, ya que la falta de pruebas disponibles ha obstaculizado seriamente los esfuerzos para acorralar el virus letal.

El mes pasado, los funcionarios federales y estatales abandonaron sus intentos de examinar y aislar a cualquier persona infectada con el virus, y comenzaron a implementar esfuerzos en toda la comunidad que requieren que grandes sectores del público se queden en casa. Para levantar las restricciones de quedarse en el hogar y permitir que las personas regresen a una vida más normal, las pruebas deberán ser generalizadas y de fácil acceso, dicen los expertos en salud pública.

John Ioannidis, profesor de investigación y política de salud en la Facultad de Medicina de Stanford, señaló que sin realizar pruebas, los funcionarios no saben la tasa de mortalidad del virus o qué tan agresivamente deberían responder. Ioannidis apuntó que cree que la tasa es inferior al 1%. “Creo que es mucho más pequeño”, consideró, “y necesitamos saber cuánto más pequeño”.

Una mayor cantidad de pruebas, dijo, permitirían a los funcionarios “ser más estratégicos” en sus decisiones “en lugar de continuar ciegos”.

Los kits de prueba han sido tan escasos en el Hospital PIH Health Downey que sólo los pacientes cuyo tratamiento se vería alterado por un resultado positivo los obtienen, reveló el sábado el Dr. Jaime Díaz, médico de emergencias.

Incluso los médicos y enfermeras que piensan que han estado expuestos pero carecen de síntomas no cumplen con los criterios, apuntó Díaz, quien se desempeña como director médico del hospital. La escasez de pruebas significa que durante semanas las personas con síntomas leves y moderados fueron enviadas a la comunidad, subrayó.

“Si le dice a [un paciente] que vaya a su casa y se ponga en cuarentena durante 14 días, a menos que tenga evidencia objetiva, una prueba positiva, la mayoría de las personas después de unos días dirán que todo está bien” y dejará de tomar precauciones, observó Díaz.

Las razones de la falta de pruebas en California, y en general en todo el país, apenas comienzan a aclararse.

El país se retrasó por primera vez cuando a principios de febrero se descubrió que una prueba diseñada por científicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades era defectuosa. Los funcionarios federales impidieron que universidades, hospitales, empresas y laboratorios locales de salud pública diseñaran sus propias pruebas alternativas. Esas reglas, establecidas por la Administración de Drogas y Alimentos, se mantuvieron en su lugar hasta que la frustración se desbordó y las autoridades comenzaron a revertirlas el 29 de febrero.

A los problemas se agregaron grandes retrasos en las pruebas en dos grandes laboratorios comerciales, Quest Diagnostics y LabCorp, que se vieron abrumados con muestras de prueba después de que sus ejecutivos aparecieron con el presidente Trump en una conferencia de prensa el 13 de marzo en el Rose Garden. Dos días después, Newsom anunció que el laboratorio de Quest en San Juan Capistrano había ofrecido ayudar al estado a aumentar las pruebas.

Pero Quest Diagnostics también estaba enviando muestras de prueba de todo el país al mismo laboratorio de California, extendiendo los tiempos de espera para algunos pacientes a casi dos semanas.

Funcionarios estatales y federales han prometido repetidamente soluciones que no han cumplido con las expectativas.

En marzo, tanto Trump como Newsom promocionaron los esfuerzos de una empresa hermana de Google llamada Verily Life Sciences que había desarrollado un sitio web donde las personas podían acceder a las pruebas. El mandatario aseguró que el sitio web estaría rápidamente disponible para los estadounidenses. Pero hasta ahora, las pruebas de la compañía se han limitado a sitios en sólo cinco condados de California y nada más 3.700 individuos habían sido evaluados a fines de marzo.

Entre otros problemas continuos se encuentran la escasez nacional de suministros para las pruebas, incluidos los hisopos que utilizan los médicos para recolectar muestras y productos químicos necesarios para preservar y procesar esas muestras de pacientes. Los laboratorios han luchado incluso para encontrar suficientes técnicos calificados para ejecutar las pruebas.

En los últimos días ha habido indicios de que los funcionarios de salud y los laboratorios están avanzando en la respuesta al coronavirus.

Wendy Bost, una portavoz de Quest Diagnostics, dijo el lunes que la compañía ahora está procesando pruebas de coronavirus en 11 laboratorios adicionales y que había reducido su trabajo atrasado de 160.000 pruebas el 25 de marzo en un 50%. La cartera actual de 80.000, señaló, corresponde a unos dos o tres días de pruebas.

LabCorp también ha acelerado el procesamiento. Está informando resultados de hasta 40.000 pruebas al día en cuatro laboratorios, ninguno de los cuales se encuentra en California, dijo la compañía.

El grupo de trabajo anunciado por Newsom incluye a funcionarios de UC San Diego y UC Davis, universidades que desarrollaron sus propios exámenes después de que los funcionarios federales levantaron las restricciones que habían impedido el uso de cualquier organismo que no fuera el examen de los CDC. Ambas escuelas recientemente han aumentado drásticamente la capacidad de prueba mediante el uso de máquinas automáticas.

En UC San Diego, los laboratorios procesan alrededor de 700 muestras al día, según la universidad. Las autoridades apuntan a aumentar eso a 1.500 a mediados de abril.

Los técnicos de UC Davis procesan 400 pruebas al día, señaló la doctora Allison Brashear, decana de la escuela de medicina. Su objetivo es procesar pronto 1.000 pruebas diarias; “estamos trabajando todo el día”, aseguró Brashear.

Ambas universidades también están trabajando con el estado para establecer entre cinco y siete centros con capacidades de prueba de alto volumen en todo el estado, según Newsom. Agregó que el estado también se está asociando con Abbott Laboratories, una gran compañía de Chicago, para proporcionar su prueba en 75 ubicaciones. La compañía dice que la prueba se puede usar en consultorios médicos o clínicas de atención urgente para proporcionar resultados en tan sólo cinco minutos.

La fuerza de tarea está dirigida por el Dr. Charity Dean, subdirector del Departamento de Salud Pública del estado, y Paul Markovich, presidente y director ejecutivo de Blue Shield of California. También incluye a la Dra. Christina Kong de Stanford Medicine, el Dr. Jeff Schapiro de Kaiser Permanente y Carmela Coyle, presidenta de la Asociación de Hospitales de California.

En una entrevista, Dean señaló que las nuevas partes involucradas permitirán que el estado se asegure de que cualquier persona que sea considerada una prioridad pueda obtener resultados rápidamente. Esas personas incluyen pacientes hospitalizados, residentes en instalaciones de hogares de ancianos calificados, así como trabajadores de la salud y personal de respuesta a emergencias.

“Estamos muy conscientes de que el tiempo de espera es más de lo que queremos”, subrayó.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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