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Son un salvavidas para los padres que trabajan y ahora los campamentos del condado de Los Ángeles luchan por adaptarse a las nuevas reglas

A father holds his young daughter while her mother carries supplies as they drop her off for day camp. All wear face masks.
Shawn Chou y Jennifer Lee dejan a su hija Samantha Chou, de 6 años, en L.A. Gymnastics en Culver City. Ellos se encuentran entre los padres que han depositado su esperanza en la reapertura de los campamentos de verano.
(Al Seib / Los Angeles Times)

En los campamentos diurnos, las máscaras estarán en todas partes. Los bocadillos compartidos estarán prohibidos. No habrá excursiones, ni juegos de aplausos, ni captura de la bandera. Y muchos campamentos no se abrirán en absoluto.

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Samantha “Sammie” Chou apareció el primer día de campamento en L.A. Gymnastics en Culver City el miércoles con una nueva y reluciente mochila de unicornio, pantalones cortos de neón y una mascarilla quirúrgica rosa pétalo con búhos de dibujos animados.

“Después de una semana o un mes, iré a segundo grado”, dijo la niña de 6 años, traicionando tanto la percepción de un menor como el limbo temporal que las familias enfrentan desde que cerraron las escuelas a mediados de marzo. Durante meses, sus padres, Shawn Chou y Jennifer Lee, trataron de llenar los vacíos que dejaban el piano, el teatro, el baile y el jujitsu, organizando las reuniones por Zoom y corriendo para mantenerse al día con su exigente programa de inmersión en dos idiomas.

Pero con las escuelas abiertas durante el verano y la apertura de industrias en todo el estado, ahora se espera que ambos vuelvan al trabajo.

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“Para nuestra situación, los campamentos son invaluables: no podemos vivir sin ellos”, dijo Chou, cineasta y productor. “En realidad es un salvavidas para nosotros. No sé qué haríamos sin ellos”.

En todo California, el campamento se verá diferente de lo que ha sido en años pasados. Las mascarillas estarán en todas partes. Los bocadillos compartidos serán prohibidos. No habrá excursiones ni juegos con aplausos.

Pero para muchas familias trabajadoras, esas cosas no importan mientras el campamento de verano cumpla su función principal: el cuidado infantil. Sin embargo, brindar esa atención de conformidad con las pautas de salud pública locales y estatales en constante evolución ha resultado una tarea vertiginosa para los operadores de campamentos, particularmente en el condado de Los Ángeles, donde la reapertura se ha visto atenuada por el aumento de las muertes y de nuevos casos de coronavirus.

A medida que los estados y las empresas empiezan a reabrir, la falta de opciones para el cuidado de los niños podría retrasar la recuperación, según los expertos.

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“El condado de Marín estaba muy por delante de nosotros; abrieron sus campamentos de día. [Pero] el condado de Los Ángeles fue mucho más cauteloso”, dijo Helen Hernández, directora de parques y recreación de la ciudad de Baldwin Park y miembro de la junta de la California Park and Recreation Society, una red de la industria sin fines de lucro. “Hay más de 90 ciudades en el condado de Los Ángeles que están trabajando juntas para estar en conformidad con nuevos protocolos de seguridad.

Por lo general, Baldwin Park ofrece un campamento de día para unos 150 niños a la semana, así como unos 25 consejeros en capacitación. El programa funciona de 6 a.m. a 6 p.m. y cuesta $130 por semana, uno de los campamentos más asequibles de la región.

“Nuestra comunidad es una comunidad trabajadora; la gente tiene que estar laborando a las 6:30 a.m., algunos padres incluso preguntan si podemos abrir a las 5:30”, dijo Hernández. “Generalmente tenemos una lista de espera, porque nuestro campamento es bastante accesible”.

Pero con todas las nuevas reglas, ella señaló que la apertura era imposible.

“Es un aluvión de tantas cosas”, dijo Hernández. “Cada niño necesitaría su propia pelota, su propia cuerda para saltar, su propio ‘hula hoop’. Los parques infantiles todavía no están abiertos, por lo que no hay juegos al aire libre. No puedes jugar bingo ni Monopoly o damas. Incluso una caminata al departamento de bomberos está fuera porque los bomberos están expuestos. Todas estas cosas que tradicionalmente son de bajo costo para nosotros, no podemos hacerlo”.

Los departamentos de parques y campamentos privados en todo el estado han pasado semanas intercambiando herramientas de detección de síntomas y de recursos en un intento de adaptarse a la nueva realidad. Pero entre una lista limitada de actividades y una proporción reducida de personal, restricciones estrictas en el espacio y un aumento exponencial en el costo de los materiales, muchos han cancelado o se mudaron a cursos en línea durante el verano.

“Eso es con lo que se está discutiendo”, dijo Sarah Auerswald de Moms L.A., que elabora información detallada sobre docenas de campamentos de verano locales cada año. “No puedes permitirte dejarlo porque no hay suficientes niños allí, o tienes que buscar algo más caro y pagarlo. Eso es sólo un balance, ¿verdad?”.

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De hecho, en los días desde que el Departamento de Salud Pública de California publicó sus pautas de campamento de día tan esperadas, que entraron en vigencia el 12 de junio, los campamentos que habían prometido que abrirían repentinamente dijeron que no podían. Otros que ya habían cancelado para la temporada revirtieron abruptamente la decisión, algunos a pesar de haber emitido reembolsos a las familias que se habían inscrito. Los campamentos para dormir aún no han recibido ninguna orientación.

“Todo el mundo dice: ‘¿Cuál es el plan?’. Hay muchos planes”, dijo Dan Pardo, de YMCA del área metropolitana de Los Ángeles, que generalmente organiza campamentos de día para 4.000 a 5.000 niños por semana en el verano. “Tuvimos mucha gente que nos contactó porque estaban pensando, ‘¿Qué haré con mi necesidad de guardería este verano? ¿Quién cuidará a mis hijos mientras estoy de vuelta en el trabajo?”.

En mayo, Pardo confiaba en que se abrirían los campamentos de YMCA. Pero casi tan pronto como se publicaron las pautas estatales en junio, la organización sin fines de lucro anunció que muchos no lo harían.

“Realmente ha sido el estado el que ha tomado la iniciativa de cuándo y cómo se abrirán, y los condados están siguiendo su ejemplo desde allí”, expuso Matthew Duarte, director ejecutivo de la California Assn. of Recreation and Park Dsitricts.

Muchos en Los Ángeles describieron la decisión de no abrir como un efecto de bola de nieve de las reglas y los costos.

“Nuestro condado es algo diferente a los demás”, dijo Auerswald. “El departamento de salud del condado y la ciudad, esas son las personas que dicen que puedes [abrir] si sigues las reglas”.

La mayoría de los condados de California han adoptado las pautas estatales como propias. Pero las normas del condado de Los Ángeles, que se publicaron el 11 de junio, son en algunos casos más estrictas. Las reglas de la ciudad pueden ser aún más restrictivas.

“Escuchas lo que la gente hace según el condado en el que se encuentran”, dijo Stephanie Martínez, gerente de servicios de recreación de West Hollywood. “Debido a que nuestra ciudad continúa bajo un estado de emergencia local, eso también nos limita”.

También importa dónde se llevan a cabo los campamentos dentro de una ciudad determinada. Los campus del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles, que albergan campamentos cada verano, permanecen cerrados. Las playas del condado también fueron brevemente prohibidas para los operadores de campamentos diurnos. En mayo, semanas antes de que se revelaran las directrices estatales o locales de los campamentos de verano, el Departamento de Playas y Puertos dijo que probablemente no emitiría permisos de campamentos de playa para el verano.

“Iba tan rápido que apenas enviamos esa carta a nuestros operadores y supimos que podría haber una orientación para los campamentos de verano”, dijo Carol Baker, la portavoz del departamento. “Se trata de niños, por lo que obviamente debemos ser muy cuidadosos y cautelosos”.

Sin embargo, para los propietarios de campamentos, la medida se sintió caprichosa, particularmente después de lo que se invirtió.

“Todo esto ha sido realmente frustrante desde el principio”, manifestó Sina Monjazeb, propietaria y directora del Sandy Days Kids Camp en Will Rogers State Beach, que ahora está programado para abrir a principios de julio. “Justo en el área de Los Ángeles, probablemente haya al menos una docena de campamentos de playa afectados”.

Chou dijo que investigó docenas de campamentos el verano pasado antes de elegir a los que Samantha asistiría. Desde la primavera, le han inundado con actualizaciones de esas organizaciones: campamentos listos para abrir, luego cancelados, luego movidos para actividades en línea o retrasados.

“Lo que encontramos fue que los campamentos decían: ‘¡Estamos abiertos! Ah, pero no estamos seguros’, y luego cambian y modifican el rumbo y dicen: ‘Estamos abiertos de nuevo’”, expuso.

A pesar de la demanda, los expertos dijeron que muchas familias siguen profundamente divididas sobre si enviar a los niños a un campamento.

“Realmente realizamos una encuesta con nuestros participantes y creo que muchos padres y tutores simplemente no están listos para enviar a sus hijos”, dijo Martínez.

Para otros, el campamento de verano ahora se siente como una prueba de fuego: ¿Pueden los niños realmente practicar el distanciamiento físico? ¿Usarán mascarillas todo el día? ¿Podrían incrementarse las precauciones de seguridad? Si no puede activarse el campamento, ¿cómo funcionará la escuela?

“Podemos esperar que la escuela comience de nuevo en el otoño, no hay problema”, dijo Auerswald. Con tantos ajustes y comenzar a abrir campamentos… “hay una grieta en esa cuestión”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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