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El coronavirus crece en el condado de Orange, pero no se lo digan a los fanáticos de Disney

Decenas de visitantes caminan por el centro de Disney en su reapertura el jueves. El complejo alcanzó su capacidad máxima.
Decenas de visitantes caminan por el centro de Disney en Anaheim para su reapertura el jueves. A las 5:00 p.m. los guardias de seguridad habían cerrado el estacionamiento cercano, diciendo que el complejo de tiendas y restaurantes había alcanzado su capacidad máxima.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Aunque los parques temáticos de Anaheim permanecen cerrados, el distrito comercial de Downtown Disney reabrió esta semana a grandes multitudes de fanáticos de Disney ansiosos por regresar a pesar de los crecientes casos de COVID-19 en el condado de Orange.

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Durante casi 65 años, Disneyland fue un lugar a donde millones fueron para un respiro alegre del mundo exterior.

Luego llegó el coronavirus y la tierra de la fantasía se volvió un paraíso imposible de visitar. Walt Disney Co. cerró sus dos parques temáticos y tres hoteles en Anaheim el 13 de marzo, despidió a decenas de miles de trabajadores y prometió no volver a abrir hasta que no hubiera un plan para reabrir de manera segura.

Los parques temáticos aún están cerrados, pero el centro comercial de Disney, Downtown Disney, volvió a abrir esta semana a grandes multitudes e inmediatamente se convirtió en un punto de controversia sobre si California está reabriendo demasiado rápido, incluso cuando ve un número récord de casos y hospitalizaciones de COVID-19 y una creciente cantidad de muertos. El condado de Orange se ha visto particularmente afectado, y las hospitalizaciones aumentaron casi un 100% en tres semanas.

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Al mismo tiempo, el condado sigue siendo un foco de resistencia al coronavirus. Las ciudades demandaron para mantener abiertas las playas. Los políticos se burlaron abiertamente de las sugerencias de las autoridades de salud de que los residentes usen mascarillas en lugares públicos. Los habitantes presionaron al jefe de salud del condado para que renunciara; los videos de clientes que peleaban con los empleados de una tienda por no permitirles entrar sin una cubierta facial fueron virales.

El viernes por la tarde, cientos de personas deambularon por Downtown Disney, una franja de restaurantes y tiendas que termina en las puertas de Disneyland y su parque hermano, Disney California Adventure. Había reabierto el día anterior y llegó tanta gente que los guardias de seguridad tuvieron que cerrar el estacionamiento adyacente para evitar que las personas siguieran llegando.

“Sólo queríamos salir y comenzar a vivir de nuevo”, dijo Kimberly Poff, titular de un pase anual que orgullosamente utilizó para su nueva compra: una camisa de manga larga azul marino del 65 aniversario que brillaba a la luz del sol. Estaba equipada con desinfectante para manos.

La nueva herramienta fue lanzada cuando L.A., como muchas áreas en California y los EE.UU., ve picos angustiosos en las infecciones y hospitalizaciones de COVID-19.

Jul. 4, 2020

“Para aquellos de nosotros que amamos Disney, es triste ver los parques cerrados”, dijo Missy Pebley, quien estuvo allí para celebrar su 48 cumpleaños. “Hemos estado esperando desde el día que cerró”.

A primera vista, e ignorando el hecho de que todos llevaban mascarillas, según los requisitos de Disney, la escena era como cualquier otro día en “el lugar más feliz de la Tierra”.

Las familias vestían camisetas con personajes de Disney: Donald Duck, Stitch, Iron Man. Los trabajadores iban elegantemente vestidos. La espera para ingresar a la tienda World of Disney osciló entre 15 minutos y una hora.

Pero estos intentos de normalidad sólo aumentaron lo mal que se sentía todo.

Todas las entradas a los hoteles estaban bloqueadas, con una barricada de cinco capas frente a la carretera que conduce a los parques temáticos. Los invitados tuvieron que pasar por cuatro puntos de control, una estación de lectura de temperatura, un perro K-9, un guardia de seguridad y un detector de metales, antes de poder ingresar. Los trabajadores se paraban para ver si alguien se quitaba la mascarilla o se acercaba demasiado a un extraño.

Art Yero de Fontana vino a recoger las galletas favoritas de su familia después de que se agotaron el día anterior. Su hijo de 4 años, Peter, quería tomar fotos fuera de las puertas del parque. Hace años, Yero vendió palomitas de maíz en Disney California Adventure.

“Hay mucha nostalgia”, dijo. “En cuanto a la seguridad de la salud, no estaba preocupado... Se encontraba más preocupado por la cuestión de si “¿voy a poder entrar?”

Los funcionarios esperan que el comportamiento público cambie hacia finales de junio y principios de julio, pero no sabrán cómo se desarrollará durante varias semanas más.

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“Creo que mientras todos se mantengan alejados y respeten el distanciamiento social de los demás, debería ser bueno y seguir siendo bueno”, dijo Ashley Rodríguez, una trabajadora de Disneyland que usaba orejas de Mickey Mouse junto con una mascarilla roja de Minnie Mouse, una falda amarilla y camisa negra decorada con el personaje de dibujos animados a juego. La residente de Monterey Park y su esposo, Nicholas, pasaron su primera cita, boda y luna de miel en el parque.

Nicholas dijo que se sentía más seguro en Downtown Disney que en otros espacios públicos.

“Aquí están lavando las cosas”, aseguró. “No estoy muy seguro de que los trabajadores en JCPenney realmente estén viendo lo que está sucediendo”.

“Creo que ahora el mundo podría tener un poco de felicidad”, dijo Hayley Petzoldt, gerente de la heladería Salt & Straw en Downtown Disney. La tienda cuadruplicó las ventas esperadas durante la reapertura del jueves. En el interior, la cinta adhesiva en el piso marcaba distancias seguras. El plexiglás separó a los trabajadores de los clientes sobre la exhibición de helados.

“Es un poco diferente, pero es una nueva realidad a la que todos estamos empezando a acostumbrarnos”, dijo el residente de Santa Ana, de 31 años, mientras sonaba el tema principal del Desfile Eléctrico de la calle principal. “Lo estamos haciendo funcionar. Todavía puedes alegrarte la vista”.

Sólo un par de horas después, los funcionarios de salud del condado de Orange anunciaron que el condado había experimentado su segundo total más alto de casos diarios de coronavirus, y su quinto día consecutivo superando los 1.000 casos. Entre las ciudades del condado de Orange, Anaheim tiene el segundo total mayor de casos.

El continuo cierre de Disneyland Resort durante los últimos cuatro meses fue una herida psíquica para sus fanáticos, pero también perjudica al condado de Orange.

Es el empleador privado más grande del condado, con más de 30.000 trabajadores, la mayoría de ellos ahora suspendidos. Un estudio de Cal State Fullerton de 2019 descubrió que el complejo trajo alrededor de $8.500 millones a la economía del sur de California el año anterior.

Anaheim, que durante mucho tiempo dependió de Disney para su base impositiva, enfrenta un déficit presupuestario de $75 millones. Los escaparates fuera del complejo en Harbor Boulevard, generalmente llenos de turistas, están vacíos o cerrados.

El gobernador Gavin Newsom originalmente eximió a Disneyland de su orden de prohibir grandes reuniones, lo que provocó protestas en las redes sociales. Disney anunció que cerraría voluntariamente más tarde ese mismo día.

A mediados de junio, Disneyland anunció que reabriría a tiempo para el aniversario del parque el 17 de julio, incluso cuando los casos de coronavirus en California comenzaron a aumentar nuevamente. Pero con el incremento del coronavirus, eso ahora está en espera.

La apertura de Downtown Disney esta semana molestó a Ada Briceño, presidenta del Partido Demócrata del Condado de Orange y secretaria de Unite Here Local 11, que representa a los trabajadores del hotel resort.

“Es muy decepcionante ver que abrieron cuando el condado de Orange está pasando por un número súper alto de personas con COVID”, manifestó Briceño, quien tuvo que ponerse en cuarentena en marzo después de que su hijo contrajera la enfermedad. “Disney debe pensar en proteger a los trabajadores, sus familias y nuestras comunidades antes de obtener ganancias en medio de una pandemia”.

Pero ella era una voz solitaria en medio de la prisa por felicitar el movimiento.

En un tuit, el alcalde de Anaheim, Harry Sidhu, elogió los planes de Disney de reanudar lentamente los negocios como un “hito importante en la recuperación de Anaheim, California y nuestra nación”.

El jefe de comunicaciones de la ciudad, Mike Lyster, también expresó su apoyo.

“Es un momento único para la reapertura de cualquier negocio, y naturalmente viene con muchas preocupaciones, pero la forma en que lo han hecho ha sido un ejemplo”, manifestó. “Por supuesto, eso debe hacerse de manera segura, y sabemos que no volveremos a donde estábamos hace un año”.

“Fue muy emotivo”, dijo la portavoz de Disney, Liz Jaeger, sobre la reapertura. “Los invitados nos agradecieron cuando llegaron. Hemos estado esperando este día durante mucho tiempo”.

Para aquellos que se presentaron, el coronavirus fue sólo una cosa pasajera, incluso una broma.

“Sé que es estúpido por parte de nosotros estar fuera durante una pandemia, ya sabes, hoy estamos aquí para atraparlo”, dijo John Cirelli, de 38 años, que estaba buscando con su esposo Jarrod un lugar para comer.

Cerca de allí, Jordan Parker esperaba en línea con su familia en la tienda de Lego con sus dos hijas que necesitaban algo de entretenimiento. Estaba “un poco preocupado” por el coronavirus, pero sintió que se había calmado.

Pero incluso Andrea DeAvila, una residente de Whittier que visitó “todos los días” Disneyland antes de la pandemia, sintió que a pesar del mejor esfuerzo de todos, las cosas simplemente no eran normales.

“Downtown Disney es una versión sutil de Disney”, comentó la chica de 17 años con orejas de ratón. “Comienza a desvanecerse mientras caminas”.

Su amiga, Maya Lee de La Habra, estuvo de acuerdo. Ella dijo que su “único rasgo de personalidad es estar en Disney”. “Muchos de mis amigos me preguntaban: ‘¿Qué haces durante la cuarentena? sin viajes al parque temático’”, relató la joven de 16 años.

Maya llevaba un sombrero de copa forrado con la silueta de Mickey Mouse. Normalmente no pasaría tanto tiempo en Downtown Disney, pero ahora no tenía otra opción.

“Se siente diferente”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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