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Una falla grave en los sistemas de California genera inexactitudes en las cifras de coronavirus

In Laguna Beach, signs tell beachgoers: "You must wear a face covering. It's the law."
En Laguna Beach colocan letreros con la leyenda: “Debes usar mascarilla facial. Es la ley”.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)
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Un desglose en la recopilación electrónica de datos de pruebas de coronavirus obstaculiza la respuesta pandémica en California, mientras que algunos funcionarios de salud pública recurren a contar los resultados a mano, y un número creciente de condados advierten al público que las estadísticas proporcionadas por el estado sobre las tasas de infección no son confiables.

Los problemas técnicos en curso con el sistema electrónico que recopila y analiza las tasas de infección por COVID-19 afectan la capacidad del estado de rastrear la propagación del virus, y podrían estar dando como resultado un recuento significativamente bajo de infecciones en todo el estado.

Ello se evidenció el martes, cuando el principal funcionario de salud pública de California reconoció que el gobernador, Gavin Newsom, había brindado inadvertidamente información errónea el lunes, que mostraba una fuerte caída (21.2%) en el promedio de infecciones en siete días.

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Los funcionarios estatales no saben cuánto tiempo y hasta qué punto existen los problemas en el sistema electrónico CalREDIE del estado, que recopila información de los laboratorios y la transmite a los departamentos de salud estatales y locales. Según las autoridades, se desconoce cuándo volverá a funcionar el sistema, y no proporcionaron detalles adicionales hasta este miércoles.

La recopilación precisa de los resultados de las pruebas es crucial para que los funcionarios de salud pública guíen su respuesta ante una pandemia, proyecten las posibles tasas de transmisión y ayuden en el rastreo de contactos. Los datos inexactos podrían deformar la percepción del público sobre el estado de la pandemia, advierten los expertos.

“La información que se está dando al público en los últimos días genera en una falsa sensación de que estamos mejor y de que podemos relajarnos. Eso tal vez no es así”, remarcó el Dr. Bob Kocher, un ex miembro del equipo de pruebas de Newsom, que trabajó como funcionario de atención médica de la Casa Blanca durante la administración Obama.

“Informamos al público que pasaron de 10.000 a 5.000 [casos] por día. Quien ve los datos, cree que estamos mejor. Uno podría estar menos vigilante y hasta arriesgarse más. Se puede pensar que [el virus] es menos activo en su área”, expuso.

El análisis de datos de los resultados de las pruebas en los últimos días se deterioró hasta el punto de que el departamento de salud estatal está implementando procesos manuales para recuperar la información. Varios condados agregaron una nota a sus paneles de COVID-19, advirtiendo que los números pueden no ser verdaderos indicadores del impacto total del coronavirus. Y en el condado de Los Ángeles, donde se informó el miércoles 68 muertes adicionales relacionadas con el COVID-19 y 2.347 casos, los funcionarios trabajan para contactar al menos a 81 laboratorios y obtener resultados de las pruebas desde el 26 de julio, a fin de determinar un recuento de casos exacto.

El caos recuerda problemas similares que plagaron la respuesta en las primeras semanas de la pandemia. La Dra. Sara Cody, oficial de Salud Pública del condado de Santa Clara, dijo en una conferencia de prensa el miércoles que los datos defectuosos hacen que los funcionarios “vuelvan a sentirse ciegos”. “No sabemos cómo está evolucionando la epidemia”, remarcó. “Esta falta de datos no nos lo hace saber”.

Los problemas técnicos, afirman los funcionarios de salud, no afectan el informe de los datos de hospitalización, que se recopilan por separado del sistema CalREDIE. Pero los funcionarios del Departamento de Salud Pública de California señalaron a fines de julio que tal información aún puede ser menor que los datos reales debido a cómo la administración Trump cambió la forma en que los hospitales deben informar las cifras.

El martes se reportaron al menos 201 muertes en todo el estado, uno de los conteos más altos de defunciones en un solo día. El recuento total de casos del estado es actualmente superior a los 528.180 y la cantidad de decesos es más de 9.720. Se revelaron un total de 6.275 episodios adicionales, aunque se espera que tal número sea mayor debido a las fallas en la recopilación de datos.

El problema del informe se agudizó tanto en el condado de Los Ángeles, que sus autoridades instan a los residentes a llamar al departamento de salud pública si dan positivo, en parte para ayudarlos a realizar un recuento exacto de infecciones.

“Nadie está realmente seguro de cuántos casos se están descartando”, remarcó la directora de salud pública del condado de Los Ángeles, Bárbara Ferrer, subrayando que los datos perdidos afectan la capacidad de los rastreadores para identificar a los individuos que han entrado en contacto con alguien infectado. “Será un ejercicio inútil para el propósito de aislar y poner en cuarentena a las personas”.

Las autoridades del condado informaron el miércoles que aquellos de entre 18 y 49 años ahora representan casi el 60% de los nuevos casos, y la mayor parte involucra a las personas entre las edades de 30 y 49.

Los residentes más jóvenes también representan la mayor porción de los hospitalizados, según el Departamento de Salud Pública; individuos de entre 30 y 49 años conforman el 25% de los pacientes internados en el condado. Las autoridades informaron 1.768 hospitalizaciones, el 31% de las cuales son de cuidados intensivos.

Cuando se le preguntó durante una conferencia de prensa su opinión sobre los problemas en los reportes, esta semana, el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti, dijo que creía que el inconveniente “probablemente existe desde hace meses”. La forma en que los laboratorios ingresan datos en el sistema estatal “no ha cambiado en las últimas dos semanas, por lo cual no habría razón para creer que algún tipo de cambio en la quincena pasada... explica la reducción de casos”, estimó.

Tras las noticias de la realización de grandes reuniones, que violan las órdenes de aislamiento destinadas a frenar la propagación del nuevo coronavirus, Garcetti también anticipó el miércoles que autorizará a la ciudad a cortar los servicios de agua y electricidad a los residentes que realicen tales encuentros.

En el condado de Santa Clara, uno de los primeros epicentros de la pandemia en el estado, hay 169 personas hospitalizadas con COVID-19, precisó Cody. El número ha disminuido en las últimas semanas, pero Cody advirtió en contra de juzgarlo como un verdadero indicador del efecto total del virus en el condado. “Si bien una vez más no podemos interpretar lo que significan nuestras últimas dos semanas de datos en lo que respecta a los casos, la última quincena es algo tranquilizadora, [pareciera que] las cosas se están estabilizando”, expresó. “Pero no es suficiente como para saberlo realmente”.

El lunes, el gobernador Newsom informó que 6.383 personas fueron hospitalizadas en todo el estado, lo cual representaría una disminución del 8% respecto a hace dos semanas. Ese cambio en los números se produjo después de que días consecutivos con récords de decesos aumentaran la cifra de muertes del estado a más de 9.000.

Algunos condados siguieron viendo un aumento en los decesos después de informar un alza en las hospitalizaciones. El martes, el condado de San Bernardino, que experimentó un incremento en las hospitalizaciones a mediados de julio, informó 59 muertes relacionadas con COVID-19, su mayor recuento de defunciones en un solo día desde que la pandemia golpeó a Estados Unidos. Hasta el domingo, cuando el condado informó por última vez la cantidad de pacientes internados, 575 personas estaban hospitalizadas con casos confirmados de COVID-19. De ellos, 193 permanecían en cuidados intensivos, un aumento del 3.8% respecto del día anterior.

El Dr. Mark Ghaly, Secretario de Salud y Servicios Humanos de California, enfatizó que los datos a largo plazo son más cruciales que las estadísticas instantáneas para analizar las tendencias relacionadas con el COVID-19. Sin embargo, la precisión es necesaria para ese análisis. “No estamos seguros de cuándo tendremos una solución definitiva al problema”, comentó.

Emily Baumgaertner y Leila Miller, redactoras de planta de The Times, contribuyeron con este reporte.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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