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Multitudes desobedecen orden de salud publica y se reúnen en playa de San Diego

Nate Endless gira un bastón de fuego en Ocean Beach.
(Sandy Huffaker)

Residentes, comerciantes y líderes de la comunidad de Ocean Beach dicen que las quejas sobre las reuniones han sido ignoradas

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Docenas de personas se reunieron en un área de césped conocida como Veteran’s Plaza en Ocean Beach el miércoles por la tarde, moviendo la cabeza al ritmo de tambores y música acústica.

Más tarde en la noche la escena cambiará, ya que docenas de personas se reúnen típicamente alrededor de un círculo de tambores y observan a bailarines que malavarean con fuego.

En las últimas dos semanas, la multitud ha crecido a cientos de personas, ya que han aparecido muchos vendedores de joyas, ropa y comida.

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En estos días las reuniones masivas no son bien vistas.

Algunos residentes de Ocean Beach, dueños de negocios y líderes de grupos locales se quejan de que las reuniones semanales se han vuelto perturbadoras y peligrosas, dada la crisis de salud pública. Señalan la ausencia de cubrebocas y de distanciamiento social entre gran parte de la multitud, y dicen que la música a alto volumen, la basura y los vendedores ambulantes no autorizados son problemas.

Dicen que los funcionarios electos y la policía no han hecho nada para detener las reuniones, que se han estado llevando a cabo desde junio, según los residentes. El miércoles por la noche pocos agentes policiales eran visibles en la multitud.

Las reuniones, conocidas como el Ocean Beach Drum Circle and Fire Dancing, coinciden con el mercado semanal de agricultores, que es organizado por el grupo empresarial Ocean Beach Mainstreet Association. Pero los eventos del círculo de tambores están separados del mercado de agricultores; la asociación no los organiza.

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Ocean Beach Town Council, una organización sin ánimo de lucro que aboga por la comunidad y organiza eventos, envió una carta el martes a los funcionarios electos del condado, a la ciudad y a la policía para detener las reuniones.

“Nuestro vecindario no debería ser usado como un patio de recreo para multitudes de personas que no toman en serio la salud pública y la seguridad de los demás y vienen aquí a actuar de forma irresponsable en nuestra comunidad”, escribió la junta directiva del ayuntamiento.

Cameron Reid, miembro del Ocean Beach Town Council, dijo que las reuniones de los miércoles han sido históricamente una muestra del espíritu comunitario de Ocean Beach —con música, yoga, baile del fuego y círculos de tambores— pero ahora los eventos están poniendo en riesgo la salud de los residentes.

Personas hacen malavares acrobáticos en Ocean Beach el miércoles 29 de julio de 2020.
(Sandy Huffaker)

“Este es el tipo de cosas que, antes de COVID, habrían pasado desapercibidas... pero se ha vuelto una locura”, dijo Reid, y añadió que cada semana aparece más gente.

El portavoz del condado Michael Workman dijo en un correo electrónico el miércoles que el condado está consciente del problema y los nuevos equipos de vigilancia del condado trabajarán con la ciudad de San Diego para abordar la situación.

La Junta de Supervisores aprobó el martes 1.8 millones de dólares en fondos para que los miembros del personal respondan a las violaciones de las órdenes de salud pública, para frenar la propagación del coronavirus.

La concejala Jennifer Campbell, que representa al vecindario, dijo en un comunicado el miércoles que su oficina trabajará con la comunidad y exhortó al alcalde y al condado a hacer cumplir las normas sobre el uso de cubrebocas y de distanciamiento social.

Dijo que el Departamento de Policía de San Diego se comprometió a dirigir recursos adicionales los miércoles por la noche para manejar los problemas de quejas por ruido.

La artista local y participante del círculo de tambores Genesiah Cervantes dijo que ella no cree que las reuniones deban continuar, debido a la pandemia.

“Creo que ni siquiera debería estar sucediendo ahora mismo, pero lo está y es difícil de controlar”, dijo Cervantes.

Cervantes, antigua residente de Ocean Beach que ahora vive en Imperial Beach, es uno de los miembros originales del círculo de tambores, que se reunía en 2016 en los mismos días que el mercado de agricultores. Dijo que el grupo pasó de ser un par de tamborileros y bailarines del fuego a una gran multitud.

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Cervantes creó una página de Facebook para las reuniones pero dijo que la gente se está reuniendo orgánicamente, sin necesidad de organizar un evento real.

“Es un fenómeno que siento en cierto modo... la gente ha encontrado un lugar de comodidad yendo allí cada semana”, dijo.

Cervantes dijo que las reuniones dejaron de ocurrir cuando la ciudad cerró las playas y los parques, pero se reanudaron cuando esas zonas volvieron a abrir. Dijo que ha publicado en los medios de comunicación social, diciendo a la gente que no vaya a la reunión y que use máscaras si lo hace, pero eso no ha ayudado.

Personas giran palos de fuego en Ocean Beach el miércoles 29 de julio de 2020.
(Sandy Huffaker)

Genoa Dickson, copropietaria del Ocean Beach Hotel, dijo que la reunión siempre ha sido un problema para su negocio, que está al otro lado de la calle frente a Veteran’s Plaza. Últimamente la música nocturna le ha costado dinero al hotel porque los huéspedes se van o piden reembolsos, dijo.

“En este momento todo el mundo está tratando de sobrevivir, y no necesitamos ningún obstáculo extra”, dijo Dickson.

Denny Knox, director ejecutivo de Ocean Beach Mainstreet Association, dijo que los negocios en Ocean Beach están “bajo una gran presión” para cumplir con las regulaciones de salud, sin embargo, las reuniones ocurren cada semana sin ninguna repercusión.

“Parece que hay reglas para la gente que sigue las reglas, y no podemos cometer un error, pero ahí fuera es un juego de niños”, dijo Knox.

La asociación organiza el mercado de agricultores, que se ha reducido a 50 vendedores para permitir el distanciamiento social.

Knox dijo que es injusto que haya vendedores que se instalen en Veteran’s Plaza sin estaciones de lavado de manos o protocolos de seguridad, pero el mercado tiene que seguir esas pautas.

“No entiendo por qué se permite que siga y siga”, dijo Knox.

Milat Laali, que vive en El Cajón, vendía joyas y ropa en Veteran’s Plaza el miércoles. Dijo que su marido no está trabajando porque fue operado recientemente y las ventas que hace son su única fuente de ingresos en este momento.

Dijo que entiende que a los residentes y negocios no les gusta que los vendedores se instalen en la plaza, pero no es ilegal.

“Necesitamos dinero”, dijo Laali.

A menos de una cuadra de Veteran’s Plaza otras personas compraron en el mercado de agricultores. Una fila para entrar al mercado doblaba la esquina de la calle Cable porque el mercado estaba lleno.

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