Anuncio

Cientos más han muerto en sus hogares y los expertos dicen que el COVID-19 es el culpable

At a drive up testing site, Covid Clinic medical assistants Rhiannon Weik (left) and Arely Gutierrez (right)
En un lugar de pruebas, los asistentes médicos de la Clínica Covid, Rhiannon Weik (izquierda) y Arely Gutiérrez (derecha) recogen muestras para las pruebas del Coronavirus COVID-19 en el campus de San Elijo de la Universidad Mira Costa en Cardiff el miércoles 15 de abril.
(Eduardo Contreras/The San Diego Union-Tribune
)
Share

En las primeras semanas de la pandemia de COVID-19, el médico forense del condado de Los Ángeles, Dr. Jonathan Lucas, encargado de revisar las causas de casi 10.000 muertes al año, vio una tendencia inquietante: el número de personas que fallecen en el hogar había aumentado drásticamente.

Aunque no conocía la causa en ese momento, y aún hay cierto misterio, Lucas ahora cree que estaba viendo de primera mano las ramificaciones de la pandemia de COVID-19 que pronto arrasaría el país, matando a más de 180.000 estadounidenses hasta finales de agosto.

Cuando los casos de COVID-19 comenzaron a surgir en EE.UU, las muertes en hogares comenzaron a escalar y continuaron aumentando durante los meses siguientes, según los registros compilados por la oficina de Lucas y obtenidos por el Times.

Anuncio

En los primeros seis meses del año, hubo 330 muertes más en el hogar en el condado de Los Ángeles que en un año típico, según un análisis del Times. Solo en abril, el número aumentó casi un 60% con respecto a abril del año pasado, un incremento de 167 decesos.

Solo 48 de esas muertes estaban oficialmente relacionadas con el COVID-19. Los expertos y autoridades de salud dicen que es probable que sea un recuento insuficiente y que muchos más podrían haber sido causados, hasta cierto punto, por el mortal coronavirus. Las preocupaciones de que se pasaron por alto algunos casos llevaron al gobernador a pedir a los médicos forenses que revisaran más a fondo las defunciones de los primeros días de la pandemia, antes de que se establecieran reglas de pruebas rigurosas.

El 18 de abril, Ramón Arthur Rivera Jr., de 56 años, murió en su casa en Palmdale después de quejarse con los miembros de su familia por fuertes dolores de cabeza y de estómago. No se le diagnosticó COVID-19 mientras estaba vivo, pero el médico forense del condado poco después de su muerte identificó el virus.

Esa prueba de rutina no se realizó para cientos de muertes en los primeros tres meses del año porque los médicos forenses del condado aún no habían comenzado a detectar el virus.

Los estados de todo el país están notando una tendencia similar. La oficina del médico forense de la ciudad de Nueva York, por ejemplo, anunció en abril que estaba viendo 10 veces más muertes en el hogar por día que antes de la pandemia, lo que sugiere que la ciudad posiblemente estaba subestimando el número de víctimas de COVID-19.

El Times se asoció con el Dr. Andrew Noymer, epidemiólogo de UC Irvine, para buscar una tendencia similar en el condado de Los Ángeles. Noymer examinó cinco años de muertes registradas por el médico forense del condado de Los Ángeles y calculó el número esperado de decesos para cada día de 2020. El Times comparó las predicciones de Noymer con la cantidad real de defunciones.

La importancia del exceso de muertes en el hogar fue mayor en los primeros días de la pandemia, antes de que las pruebas se generalizaran.

“Es casi seguro que no estamos contando los decesos por COVID en el hogar”, dijo Noymer.

A fines de abril, el gobernador Gavin Newsom propuso una solución. Solicitó que los médicos forenses del condado reexaminaran todas las muertes del 17 de diciembre al 16 de marzo para buscar signos de COVID-19. Más de 2.500 defunciones pasaron por la oficina de Lucas durante esos meses. Casi la mitad fueron decesos en el hogar.

Si se encuentra evidencia del virus durante esa revisión más rigurosa, las muestras de tejido se envían a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para su análisis. Sin embargo, ese proceso se ha atascado por retrasos y los resultados de las pruebas han tardado meses en procesarse.

Más de cuatro meses después de la pandemia, Lucas cree que su oficina ya no está perdiendo la cuenta de las muertes por COVID-19. Él cree que el aumento continuo de decesos en el hogar puede ser causado indirectamente por el cierre y los temores del virus, que detienen a algunos miembros del público para no buscar ayuda médica para otras afecciones.

“Simplemente me parece que más personas se quedan en casa”, dijo Lucas. “Y habrá más muertes naturales que normalmente ocurrirían en otros lugares”.

Sobre esta historia

Paige St. John contribuyó a este informe.

Los números de muertes por COVID-19 del condado provienen del Departamento de Salud Pública del Condado de Los Ángeles. Los datos de muerte en el hogar fueron proporcionados por la oficina del médico forense del condado de Los Ángeles, a través de solicitudes de la Ley de Registros Públicos. Las muertes en el hogar incluyen todos los decesos reportados al médico forense que tuvieron lugar en áticos, sótanos, baños, estacionamientos techados, garajes, pasillos, jacuzzis, lavanderías, casas móviles, autocaravanas, patios, porches, residencias, techos, cobertizos, escaleras y yardas.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

Anuncio