Las escuelas del condado de Los Ángeles no podrán reabrir por completo hasta al menos noviembre

No se permitirá que ningún campus en el condado de Los Ángeles vuelva a abrir a todos los estudiantes de K-12 hasta al menos noviembre, aunque las escuelas pueden comenzar a ofrecer clases pequeñas presenciales para niños con necesidades especiales a no más del 10% de su capacidad a la vez, dijo Bárbara Ferrer, directora de Salud Pública del condado, el jueves.

La noticia será un golpe para los estudiantes, padres y educadores que esperaban que el progreso contra el coronavirus pudiera permitir que los campus reabrieran en una fecha más rápida. Sin embargo, las pequeñas clases presenciales para niños que necesitan servicios especiales, anunciadas la semana pasada, podrían permitir que al menos 200.000 alumnos regresen al campus en todo el condado.

Actualmente, no se requiere que ningún distrito ofrezca servicios en persona a los estudiantes, y los funcionarios tanto del Distrito Escolar Unificado de Los Ángeles como del sindicato de maestros han dicho que se oponen a cualquier reapertura total del campus en este momento, citando preocupaciones de seguridad.

Algunos distritos escolares más pequeños y escuelas privadas esperaban abrir los campus de primaria a través de un proceso de exención permitido por el estado, pero Ferrer dijo que el condado no otorgaría estas autorizaciones. Las pautas estatales permiten tales exenciones para ayudar a los estudiantes jóvenes que tienen dificultades particulares con el aprendizaje en línea.

Ferrer explicó las nuevas políticas del condado en dos llamadas el jueves con líderes escolares y distritales. Una fue con la sesión informativa del departamento de salud; la otra con la Oficina de Educación del Condado de L.A., que brinda servicios de apoyo a los 80 distritos escolares del condado. El Times pudo escuchar ambos informes.

Como explicó Ferrer, el enfoque del condado es parte de un esfuerzo estatal y del condado de múltiples frentes para abrir las escuelas de manera segura.

Primero, los grupos pequeños pueden comenzar a llegar a los campus tan pronto como el lunes y no se requiere la aprobación del condado siempre que las escuelas den fe de que están siguiendo las pautas de seguridad requeridas.

Los estudiantes que regresan deben definirse como con necesidades especiales. Se dará máxima prioridad a los alumnos con discapacidades y a los que están aprendiendo a hablar inglés. Las escuelas y los distritos escolares tienen flexibilidad para identificar qué estudiantes necesitan instrucción presencial. También se dará prioridad a aquellos que necesiten evaluaciones en persona.

Los estudiantes pueden reunirse uno a uno con un maestro u otro miembro del personal, o en grupos con un máximo de 12 alumnos con hasta dos supervisores o profesores adultos.

Un campus no puede tener más del 10% de su capacidad en un momento dado. Sin embargo, no existe un límite definido sobre cuántos estudiantes pueden recibir servicios durante varios días. Por ejemplo, un grupo de alumnos podría recibir servicios en el campus dos días a la semana y otro grupo en dos días diferentes. Tal plan podría sumar a muchos estudiantes, cerca de 100.000, solo en el Distrito Unificado de Los Ángeles, por ejemplo.

Los líderes escolares en la llamada con Ferrer expresaron cierto entusiasmo por la posibilidad de traer de regreso a algunos estudiantes, potencialmente con un retraso mínimo. Era una apertura que habían estado esperando.

En una encuesta rápida de 50 líderes distritales en una llamada, el 72% dijo que su sistema escolar definitivamente o probablemente reabriría para grupos pequeños; el 24% estaba indeciso y el 4% respondió que posiblemente no. Nadie eligió un no definitivo. No estaba claro cuáles de los 80 distritos escolares del condado estaban en la llamada.

Pero los líderes del distrito también expresaron su preocupación por obtener el apoyo necesario de los sindicatos de empleados.

Si se enfrentaba a la oposición de los maestros, Ferrer sugirió que, al menos los estudiantes podrían ser llevados al campus para servicios que no involucraran a los educadores.

Algunos grupos de defensa quieren que el distrito de Los Ángeles presione más para abrir campus para estudiantes con necesidades especiales.

Pero los padres de todo el condado están divididos sobre el ritmo de la reapertura.

La presidenta del PTA de Burbank, Wendi Harvel, dice que la retroalimentación número uno que ha recibido de los padres es regresar al campus solo “cuando sea seguro”.

“Hay algunos padres con los que he hablado que desean volver a la escuela pronto, pero la mayoría están siendo cautelosos y quieren que las condiciones mejoren”, dijo Harvel, cuyos hijos están tomando sus clases de secundaria y preparatoria en línea.

En un video de Facebook la semana pasada, la presidenta del sindicato de maestros de Los Ángeles, Cecily Myart-Cruz, dijo que el sindicato bloquearía cualquier regreso al campus de estudiantes o maestros. El jueves, el sindicato aclaró esa posición, diciendo que Myart-Cruz habló enérgicamente porque quería aliviar las preocupaciones de los miembros que acababan de enterarse de que el estado despejaba el camino para los grupos pequeños en las escuelas y algunos profesores temían ser obligados a regresar a los campus inmediatamente.

“No nos oponemos a una reapertura segura de nuestras escuelas para una pequeña población específica de estudiantes”, dijo Gloria Martínez, vicepresidenta de United Teachers Los Ángeles. “Sin embargo, en este punto nos preocupa si el distrito tiene los fondos y los recursos adecuados para garantizar la seguridad de nuestros alumnos y miembros. Si el distrito cree que está en condiciones de abrir campus de manera segura para este propósito, estamos abiertos a reunirnos con ellos”.

Algunos de los estudiantes seleccionados para recibir ayuda en el plan de grupos pequeños, como los estudiantes de inglés, viven en partes del distrito que tienen las tasas más altas de infección por COVID-19, lo que complica los esfuerzos para brindar asistencia en persona.

Los funcionarios escolares de Los Ángeles no hicieron comentarios de inmediato el jueves.

El condado planea estudiar los datos de esta puesta en marcha a menor escala durante las próximas seis semanas antes de sacar conclusiones sobre una reapertura de escuelas más amplia, dijo Ferrer. Es por eso que no se producirá una reapertura general hasta al menos noviembre.

Hace varios meses, los funcionarios habían planeado reabrir los campus en el otoño, pero el gobernador Gavin Newsom retrasó indefinidamente este objetivo en julio. Ahora, las reaperturas de escuelas se basan en el estado de salud pandémico de un condado o en la aprobación de las solicitudes de exención para las escuelas primarias.

El condado de L.A. se encuentra en el nivel más alto de peligro por la pandemia, lo que significa que actualmente no se permite una reapertura general de las escuelas según las órdenes estatales.

El Distrito Escolar Unificado de Long Beach, el segundo sistema escolar más grande del condado, les dijo a los padres el jueves que el distrito continuaría con la instrucción solo en línea durante las vacaciones de invierno para brindar estabilidad educativa.

La superintendente Jill Baker dijo, en una transmisión de video, que hay una “mayor probabilidad de contribuir a la propagación de una enfermedad transmisible cuando grandes grupos de adultos y estudiantes se encuentran en un solo lugar”. Y en espera de la disponibilidad de una vacuna, los aumentos repentinos de infecciones podrían perpetuar “un ciclo de apertura y cierre de aulas”.

Los sistemas escolares de Long Beach y L.A. están trabajando en planes para brindar ayuda a los estudiantes con necesidades especiales.

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