El estratega Luis Alvarado pasa de consultor político a candidato a concejal
El mundo de la política es el pan de cada día para Luis Alvarado, un analista que se mueve como pez en el agua en los medios de comunicación en inglés y en español, pero ahora dirige su propia campaña para convertirse en concejal de Pico Rivera, ciudad en la que vive desde hace más de 25 años.
“Toda mi vida he trabajado para mejorar a las comunidades donde he vivido y siento que esta es la mejor manera para ayudar a Pico Rivera, en un momento difícil para nuestra ciudad”, explicó el politólogo sobre las razones para cambiar de cancha en los comicios a realizarse el 3 de noviembre.
Junto a su labor de analista, Alvarado ha dirigido unas 20 campañas para puestos municipales y estatales desde su propia firma consultora. Sentado en su sala de conferencias, donde se dan cita los aspirantes a puestos públicos, esta vez el experto es entrevistado como candidato.
“Mi reputación es limpia como un cristal, como experto en el sistema político yo traigo experiencia en liderazgo para levantar a Pico Rivera y garantizar que los residentes se sientan seguros en su propia ciudad”, manifestó el hijo de una madre mexicana y un padre salvadoreño.
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Este aspirante a concejal, de 55 años, nació en Los Ángeles y se crió en el vecindario Pico-Union. Como hijo de inmigrantes, Alvarado asegura que ha podido conocer en carne propia las carencias que viven las familias latinas. En su caso, a pesar de que ha podido superarse afirma que no se olvida de donde viene.
“Mi vida ha sido como la del inmigrante, aunque he nacido aquí; y mi resposabilidad es ayudar a la siguiente generación tal como yo he tenido guías para llegar al éxito”, manifestó.
En su infancia, recuerda que vivían seis personas en una habitación, pero su mamá le había dicho a los arrendatarios que eran cuatro. Cuando llegaba la propietaria del edificio, escondían a sus dos hermanas en el armario. “Conozco el hambre y el miedo”, aseguró.
En 1974, la familia se mudó a El Salvador, en donde nació la última de sus hermanas, en total son cinco. Al regresar a Los Ángeles, en 1980, Alvarado lavó platos e hizo hamburguesas en un McDonalds, cuyos ingresos servían para pagar la renta.
También se iba con un vecino a limpiar casas y en los veranos trabajaba en un programa de campamentos de la ciudad.
Sin proponérselo, cuenta que la pericia política surgió cuando estaba en el último año de la preparatoria.
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En el 12vo grado, Alvarado se inscribió en la elección para nombrar al rey y la reina de la escuela. En esa competencia, participaban cuatro afroamericanos y entendió que esa comunidad se dividiría los votos. Así que él se apoyó en sus amigos coreanos, filipinos, mexicanos y centroamericanos.
“Yo era muy pobre, fui al Salvation Army a comprar mi traje”, confesó, detallando que los otros aspirantes habían rentado vistosos trajes y limosinas para el día del evento.
“Nunca me voy a olvidar la cara de los afroamericanos al ver que anunciaron mi nombre como rey de mi escuela”, destacó mostrando la foto de 1983. “Esa fue mi primera elección que gané, donde me di cuenta del poder de la comunicación y las coaliciones”, agregó.
En consecuencia, eso le reafirmó lo que deseaba seguir en su educación superior, pues se inscribió en la licenciatura en Ciencias Políticas en la Universidad Estatal de California en Los Ángeles. Sin embargo, cuando cursaba su quinto año, su mamá se enfermó y abandonó sus estudios para trabajar y ayudar a la familia.
Desde entonces, se quedó laborando en la industria de turismo y hoteles como agente de seguridad, y después como consultor de seguridad y riesgo.
En 2008, cuando ocurrió la crisis económica, recién había establecido su propia empresa de seguros, la cual cerró debido a que sus clientes eran empresas de construcción afectadas por la depresión.
En ese año, se involucró como voluntario en el equipo de campaña de John McCain en Los Ángeles, siendo nombrado vocero para los medios hispanos. Al ver sus habilidades de comunicación y su capacidad para estructurar sus mensajes le aconsejaron que trabajara de consultor.
“Siempre tengo los ojos abiertos y nunca le cierro las puertas a una idea o a una oportunidad”, aseguró sobre ese giro que dio su vida hacia la política en 2009, primero como socio de una firma de consultoría y luego de forma independiente con su propia compañía.
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Alvarado es una persona de principios republicanos, pero desde que Trump anunció su candidatura presidencial, en 2016, se opuso a su elección y, ahora, en la actual contienda se sumó a The Lincoln Project, iniciativa que ha colectado más de $20 millones para que el presidente sea derrotado.
“Esta vez estoy apoyando a Joe Biden porque es tan importante sacar a Donald Trump, porque él es tan nocivo no solo para el partido, sino para la nación”, consideró.
Esa decisión le ha generado cuestionamientos dentro de los fieles republicanos y algunos incluso han impulsado un proceso para que sea expulsado del partido, algo que a Alvarado no le preocupa, porque asegura que no carga una bandera para defender a un instituto politico, sino a su comunidad.
“Mi responsabilidad es con la comunidad latina”, aseguró el candidato, detallando que cuando Trump atacó a los inmigrantes de forma denigrante fue que decidió oponerse a su elección.
“John McCain representaba un Estados Unidos verdaderamente unido”, enfatizó.
Enarbolando esa bandera de integración y justicia es que ahora él quiere intentar por tercera vez llegar al concilio municipal de Pico Rivera. En 2009 se postuló por primera vez y lo hizo de nuevo en 2011, pero en la segunda oportunidad no terminó su campaña a raíz de la enfermedad de un sobrino.
Quiero compartir mi fórmula de éxito con mi comunidad y las generaciones futuras, deseo pelear en el sistema político para que ellos tengan acceso a una puerta de éxito
— Luis Alvarado, consultor político y candidato a concejal en Pico Rivera
En esta oportunidad, considera que tiene mayor experiencia y preparación para ayudar a su ciudad. De hecho, asegura que hace dos años intervino en la campaña para que fuera removido un concejal.
En la actualidad, de los cinco asientos de concejales en Pico Rivera, hay dos que buscan la reelección y otro que quedó vacante porque el titular no se postulará para ampliar su mandato.
“Mi experiencia profesional me da una comprensión única de cómo trabaja la relación entre el gobierno y la población”, aseguró.
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A juicio de Alvarado, su fortaleza es que tiene independencia de los intereses especiales, su experiencia le ha permitido desarrollar habilidades para tender puentes y por sus vivencias personales entiende muy bien a la comunidad latina a la que proyecta defender desde el concilio municipal.
Si es electo, su prioridad es garantizar servicios de calidad para sus constituyentes, mejorar la seguridad pública y si se realizan cambios en el presupuesto debido al Covid-19 quiere que sean inteligentes en donde “los intereses de los residentes impulsen las decisiones”.
En su caso personal, asegura que ha sido clave adaptarse a las circunstancias y aprovechar las oportunidades que se le han presentado en el camino, una experiencia que desea compartir y replicar para contribuir al desarrollo de su comunidad en Pico Rivera.
“Quiero compartir mi fórmula de éxito con mi comunidad y las generaciones futuras, deseo pelear en el sistema político para que ellos tengan acceso a una puerta de éxito”, concluyó Alvarado.
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