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Las áreas más afectadas por el COVID-19 tardan en vacunarse: ‘Tenemos mucho trabajo por hacer para solucionar este problema’

Eugenia Solis gets a COVID-19 vaccine at South Park Recreation Center
Eugenia Solís recibe la vacuna contra COVID-19 el martes en el South Park Recreation Center en Los Ángeles.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)
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Con la vacuna contra COVID-19 aún escasa, los funcionarios estatales y locales prometieron el martes hacer mejoras para garantizar que las dosis se administren de manera equitativa, y que las comunidades más afectadas y difíciles de alcanzar de California no se queden atrás.

Datos recientes publicados por Los Ángeles mostraron que las personas negras mayores, latinas y nativas americanas estaban recibiendo el antígeno en una tasa más baja que los adultos mayores blancos, asiático-americanos e isleños del Pacífico en el condado.

“Tenemos mucho trabajo por hacer para solucionar esto”, señaló la directora de Salud Pública, Bárbara Ferrer, durante la reunión del martes de la Junta de Supervisores, “porque, independientemente de la forma en que se analicen estos datos, está claro que, en algunas de nuestras comunidades más afectadas, hay poblaciones que no se vacunan al mismo ritmo que otros grupos”.

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En general, solo el 7% de los residentes negros de 65 años o más han recibido al menos una dosis contra el COVID-19, según las cifras del condado presentadas el lunes. Aproximadamente el 9% de los adultos mayores nativos americanos y el 14% de las personas mayores latinas han recibido al menos una inyección, en comparación con el 17% de los residentes mayores blancos, el 18% de los estadounidenses de origen asiático y el 29% de los adultos mayores nativos de Hawái y de las islas del Pacífico.

“Creo que es importante que lo veamos como un tema de dos vertientes. En cuanto al suministro y su distribución equitativa, aunque muy limitada”, indicó el martes la supervisora de Los Ángeles, Holly Mitchell.

Hasta el lunes, el Departamento de Servicios de Salud del condado, que atiende a miles de residentes de bajos ingresos en sus cuatro hospitales públicos y alrededor de 30 clínicas, había inoculado a 11.000 de sus pacientes que tenían al menos 65 años, trabajadores de la salud o ambos.

Los funcionarios del condado de Los Ángeles dijeron que están preocupados por las bajas cifras de vacunación contra el COVID-19 entre los trabajadores sanitarios del sur de Los Ángeles y otras comunidades de color.

Ene. 27, 2021

Entre los vacunados por esta dependencia de servicios de salud, 61% eran latinos, 11% asiáticos, 9% negros, 3% blancos y 15% multirraciales, de “otra” raza o de una categoría desconocida.

“Actualmente estamos aplicando alrededor de 1.200 vacunas por día, pero el volumen depende completamente del suministro”, señaló la Dra. Christina Ghaly, directora de la institución, durante la reunión de supervisores del martes.

El gobernador Gavin Newsom dijo ese mismo día que planeaba publicar datos demográficos en todo el estado sobre la distribución del antígeno a finales de esta semana, y adelantó que “mostraría lo que todos sabíamos que iba a registrar, que tenemos mucho trabajo por hacer en términos de abordar esas brechas y disparidades”.

“Tenemos la responsabilidad y la obligación únicas de hacer más y mejor”, señaló.

Aunque el estado planea recopilar y divulgar datos de vacunación por raza, mucha de esa información es actualmente inexistente y el proceso de registro debe mejorar, indicó la epidemióloga estatal, la Dra. Erica Pan, durante una reunión del comité asesor de vacunas la semana pasada.

Se está poniendo énfasis en mejorar la captura de datos demográficos a medida que Blue Shield of California se suma para administrar el programa de inmunización del estado. Los pagos de incentivos se realizarán a los proveedores de atención médica locales en función de su capacidad para cumplir con ciertas métricas, como el registro de información en tiempo real y la aplicación de las dosis en las comunidades más vulnerables.

“Tenemos que convencer a la gente de que está bien compartirla”, señaló Paul Markovich, presidente y director ejecutivo de Blue Shield of California, refiriéndose a la información personal de los individuos. “Ahí es donde creo que nos vendría bien mucha ayuda: ganando confianza en el proceso”. Esa información ha faltado en todo el país.

“No podemos garantizar un programa de vacunación equitativo sin datos que nos orienten”, subrayó la Dra. Marcella Nunez-Smith en una sesión informativa la semana pasada. Nunez-Smith lidera el Grupo de Trabajo sobre Equidad en Salud COVID-19 del presidente Biden.

“Me preocupa lo atrasados que estamos”, comentó. “Debemos abordar estos puntos de datos insuficientes como una prioridad urgente”.

Los funcionarios federales también anunciaron el martes una nueva estrategia para enviar dosis directamente a los centros de salud comunitarios, “permitiéndoles vacunar a más personas”, señaló la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki.

“Esta es otra herramienta que estamos brindando a los líderes estatales y locales en su trabajo para llegar a las poblaciones desatendidas y más afectadas”, comentó durante una sesión informativa.

Los funcionarios de California también han dicho que una estrategia clave para eliminar las barreras y disipar los temores sobre el antígeno debería involucrar aprovechar los recursos ya conocidos y confiables en las zonas necesitadas.

Pero eso debe hacerse con cuidado. Mitchell, cuyo Segundo Distrito incluye un porcentaje significativo de la población negra del condado, señaló que es genial abrir más sitios de vacunación en comunidades de color, pero que muchos de ellos están frustrados porque no tienen control sobre quién se registra para sus citas abiertas.

Cuando los residentes se enteran de la apertura de nuevos sitios que administran el antígeno en sus vecindarios, indicó Mitchell, la suposición natural es que podrán recibir sus vacunas ahí, pero eso no ha sucedido al ritmo que debería.

“Es por eso que nuestras cifras de equidad son tan insignificantes”, señaló Mitchell.

Ferrer dijo que comparte la frustración de los centros de salud calificados a nivel federal, que atienden principalmente a residentes de bajos ingresos y sin seguro y tienen que vacunar a quienes se inscriban.

“Terminan viendo no a sus pacientes, ni a sus vecinos, sino a personas que vienen desde 50 millas de distancia porque lograron conseguir una cita”, comentó Ferrer. “Y eso va en contra nuestra”.

La supervisora de Los Ángeles, Hilda Solís, señaló que el condado debe ponerse rápidamente en marcha en los vecindarios de color más afectados.

Esto debería incluir el uso de unidades móviles para ofrecer vacunas puerta a puerta, especialmente a aquellos residentes que no tienen vehículos o están confinados en casa, indicó Solís.

“No se me escapa que las comunidades afroamericanas y latinas son las que realmente están sufriendo más”, señaló Solís, cuyo Primer Distrito incluye varias zonas predominantemente latinas con altas tasas de casos y muertes por coronavirus.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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