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La inscripción a los colegios comunitarios en California se desploma por la pandemia y pone los campus en riesgo

Following social distancing measures, a student picks up a laptop placed in a parking lot.
En cumplimiento de las medidas de distanciamiento social, un estudiante toma una computadora portátil en el estacionamiento de Chaffey College, en Chino, California, el 25 de marzo de 2020. Según un comunicado de prensa, el campus prestó alrededor de 5.000 computadoras portátiles a los alumnos mientras realizaba la transición a clases en línea, en medio de la pandemia.
(Irfan Khan / Los Angeles Times)
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En todo el estado, desde San Diego hasta la frontera norte, las inscripciones en muchos colegios comunitarios se desplomaron durante la pandemia, amenazando el futuro de algunos campus, según la Junta de Gobernadores del sistema.

Se estima que hubo 260.000 estudiantes menos inscritos en el otoño de 2020 en comparación con la misma temporada de 2019, una caída del 16.8%. La matrícula en el sistema de colegios comunitarios de California, el más grande del país, con aproximadamente dos millones de alumnos a tiempo completo y parcial, se había mantenido prácticamente estable durante la última década.

Las universidades que experimentaron caídas significativas podrían estar en riesgo si “no estabilizan o reconstruyen la matrícula” durante los próximos años, anticipó Paul Feist, portavoz de la oficina del rector de las universidades comunitarias de California, reiterando una advertencia que fue entregada en un memorando a la Junta de Gobernadores de todo el sistema el mes pasado.

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Un análisis de los datos de inscripción de otoño de 2020, los más recientes disponibles, realizado por EdSource, una organización de noticias educativas sin fines de lucro, muestra que:

- De los 105 colegios comunitarios que demostraron una caída en la inscripción, 35 notaron una disminución de al menos el 20%, la más alta más del 50%. Solo seis verificaron algún aumento (de los 116 del sistema, 111 tenían datos de la inscripción).

- La merma porcentual más alta fue en el College of the Siskiyous, bien al norte del estado, que perdió el 56% de sus estudiantes, de 3.095 a 1.353. La siguiente caída importante fue en Reedley College, en el Valle Central, que perdió 4.381 alumnos, una disminución del 39.5%.

- Santa Ana College, en el condado de Orange, perdió la mayor cantidad de estudiantes: 11.971, una reducción del 34%. Otros que perdieron al menos una cuarta parte de sus alumnos incluyen MiraCosta College en el condado de San Diego, que perdió 4.047, casi el 28%.

- Muchas instituciones en comunidades rurales poco pobladas se han visto especialmente afectadas.

La recesión fue más pronunciada entre los estudiantes varones, los alumnos mayores -que a menudo tienen hijos-, y los estudiantes negros, latinos y nativos americanos.

Los colegios deberán encontrar formas creativas de alentar el regreso de los alumnos. De lo contrario, corren el riesgo de perderlos de forma permanente, advirtió Tatiana Melguizo, profesora de la Escuela de Educación Rossier, de la USC, que investiga el tema. “Los colegios comunitarios son el motor de la oportunidad”, comentó la docente. “Si no se acercan enfáticamente a estos estudiantes y crean oportunidades para que vuelvan al campus, los perderán”.

Antonio Solorio in a mask and wearing a JCPenney name tag.
Antonio Solorio es uno de quienes quizá no regresen a clases. El año pasado abandonó sus estudios en Mt. San Antonio College cuando empezaron a impartirse en línea, y comenzó a trabajar más horas en JCPenney.
(Antonio Solorio
)

Antonio Solorio, de 22 años, está entre los que posiblemente no regresen. Dejó Mt. San Antonio College, en el condado de Los Ángeles, cuando las clases comenzaron a impartirse en línea, en marzo pasado, para poder trabajar más horas en J.C. Penney.

Como alumno de estudios para sordos, el menor tiempo a solas con sus instructores y las dificultades técnicas se volvieron una parte habitual -y frustrante- de su experiencia universitaria. Para el otoño, había abandonado todas sus clases. Está dispuesto a regresar cuando la instrucción sea presencial, aunque también considera inscribirse en una universidad con fines de lucro si ello podría ayudarlo a progresar y tener un trabajo mejor. “Fui al colegio comunitario porque la gente me decía que, si lo haces, puedes tener un mejor empleo y ganar más. Quizá no era lo mío”, consideró Solorio. “Mi objetivo en este momento es conseguir un buen trabajo, tratar de lograr una buena carrera y ver a dónde va”.

No está claro si la inscripción se recuperará en el otoño. El gobernador Gavin Newsom anunció el martes que la fecha de reapertura prevista para el estado, del 15 de junio, también incluye todas las escuelas K-12 e instituciones de educación superior, pero algunos colegios comunitarios ya planean seguir impartiendo algunas o la mayoría de las clases en línea este otoño.

Para el rector de los colegios comunitarios de California, Eloy Ortiz Oakley, muchos alumnos no se inscribieron por problemas financieros. Los $2.200 millones de dólares en ayuda de estímulo federal aprobados por el Congreso en marzo, la mitad de los cuales está dedicada a los estudiantes, ayudarán a recuperarlos porque no tendrán que “tomar la difícil decisión de pagar la renta o sus libros”, señaló.

Las disminuciones en la inscripción de California son consistentes con las tendencias nacionales. En todo el país, la matrícula de otoño de los colegios comunitarios se redujo en aproximadamente un 10%, según el National Student Clearinghouse Research Center.

Las tendencias son drásticamente diferentes de las universidades públicas con carreras de cuatro años del país, donde las inscripciones se mantuvieron estables, en promedio. Los sistemas universitarios de California, la Universidad de California y la Universidad Estatal de California, notaron un aumento de sus matrículas generales en el otoño, aunque algunos campus de la CSU mostraron descensos.

En Santa Ana College, donde la inscripción se desplomó en un 34% entre el otoño de 2019 y el otoño de 2020, a aproximadamente 23.000, los administradores tuvieron cierto éxito en la reincorporación de los estudiantes.

El personal de Santa Ana pasó el otoño pasado llamando a los alumnos que abandonaron algunas o todas sus clases durante el semestre. También llamaron a los recién graduados de preparatoria que se habían inscrito en clases pero que terminaron no asistiendo.

Según las necesidades individuales, el personal se ofreció a ayudarlos a inscribirse en las clases y conectarlos con servicios de apoyo, como asesoramiento académico, asistencia con wifi y ayuda financiera de emergencia que estaban disponibles gracias a los paquetes de estímulo federal.

De los 8.050 estudiantes llamados como parte de esa campaña, más de la mitad se inscribieron para el semestre de primavera, detalló Vaniethia Hubbard, vicepresidenta de servicios estudiantiles de la universidad.

En Compton College, que registró una disminución de la inscripción del 21% -alrededor de 1.200 estudiantes-, los miembros del personal se comunicaron con los alumnos por teléfono y les enviaron postales. Keith Curry, presidente de la entidad, remarcó que una de sus principales prioridades es asegurarse de que los exalumnos sepan que hay ayuda financiera de emergencia disponible para los matriculados.

Compton obtuvo $6 millones del paquete de estímulo de diciembre aprobado por el Congreso y espera $11.2 millones del plan de rescate aprobado en marzo.

En Chaffey College, en el condado de San Bernardino, donde la inscripción disminuyó en aproximadamente un 28% -o 6.400 estudiantes-, los administradores están ofreciendo más programas ‘rápidos’ en el otoño, indicó Laura Hope, superintendente adjunta de Chaffey. Los alumnos asisten a clases por solo ocho semanas en lugar de un período completo de 17, y reciben la misma cantidad de créditos. “Parece que los estudiantes están dispuestos a inscribirse para una experiencia más comprimida, tal vez debido a la volatilidad del momento”, comentó. “Así que nos apoyaremos en eso en el otoño, lo cual nos vuelve un poco optimistas”.

Burke y Willis son redactores del personal de EdSource, un sitio web de periodismo sin fines de lucro que cubre temas de educación en California. Melanie Gerner, Abraham Navarro, Taylor Helmes, Iman Palm y Jasmine Nguyen, del Cuerpo de Periodismo de Estudiantes de California de EdSource, contribuyeron con este artículo.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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