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La FAA anuncia $20.5 millones para aislar de sonido a viviendas cerca de LAX

A plane flies over a residential neighborhood
Un avión sobrevuela una zona residencial en Lennox el miércoles. El ruido de los aviones acompaña la vida diaria en varios vecindarios que rodean LAX.
(Francine Orr/Los Angeles Times)
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El jueves por la mañana en Lennox comenzó silenciosamente: pájaros cantando, el suave roce de una mujer barriendo el pavimento, autos pasando a toda velocidad.

Y luego, un rugido. Un minuto o dos más tarde, otro.

Los residentes continuaron con sus rutinas diarias, aparentemente ajenos a su ruidoso vecino: el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles (LAX).

“Estoy tan acostumbrada”, comentó Jazmín González, de 28 años, quien ha vivido siempre en Lennox. “Si no veo aviones, no estoy cerca de casa”.

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El ruido acompaña la vida diaria en los vecindarios que rodean a LAX.

Pero algunos residentes pronto podrían tomar un descanso, gracias a un subsidio de $20.5 millones este mes de parte de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) para mitigar el ruido del aeropuerto para más de 1.300 hogares en las ciudades de El Segundo, Los Ángeles e Inglewood, así como en partes no incorporadas del condado de Los Ángeles, incluidos Del Aire, Athens y Lennox.

Los subsidios, alrededor de $6 millones para Los Ángeles y El Segundo, $5 millones para Inglewood y $9 millones para las comunidades no incorporadas, se destinarán a ventanas y puertas insonorizadas, así como a sistemas de aire acondicionado, según la FAA.

Los propietarios que califiquen, y quienes deben someter sus edificios a pruebas de sonido, recibirán cada uno alrededor de $40.000 en mejoras.

Solo las casas no insonorizadas que cumplen con el código y soportan un nivel de ruido promedio anual de 65 decibeles o más, según un mapa de ruido aprobado por la FAA, son elegibles, de acuerdo a Heath Montgomery, director de relaciones públicas de Los Angeles World Airports.

“LAX es el tercer aeropuerto con mayor afluencia en el mundo, un avión aterriza cada minuto”, indicó la supervisora de Los Ángeles, Holly Mitchell, cuyo distrito incluye a LAX, en una declaración escrita. “Mientras celebramos el inmenso atractivo de nuestra región, también debemos tener en cuenta que, para nuestras comunidades cercanas al aeropuerto, el tráfico aéreo es un problema de calidad de vida”.

El ruido de los aviones ha perseguido durante mucho tiempo a las personas que viven cerca de aeropuertos concurridos como LAX, Hollywood Burbank y John Wayne en Santa Ana. Los residentes a menudo abarrotan las reuniones comunitarias para solicitar diferentes opciones de rutas de vuelo y límites a la contaminación acústica.

A otros no les importa el sonido, considerándolo un atributo integrado del hogar.

“Es como parpadear. Cuando le prestas atención, te das cuenta de que está sucediendo”, comentó Adam Rosas, de 21 años, residente de Inglewood durante más de 10 años. “Si me ocupo de mis asuntos, no es realmente un problema”.

La asignación de julio es la última ronda de dinero de la FAA para mitigar el ruido en el área de LAX.

En un programa de insonorización que se desarrolló entre 1997 y 2014, el 89% de los propietarios elegibles de Los Ángeles acordaron insonorizar sus casas, indicó Montgomery.

Más de 7.000 casas en Inglewood ya han pasado por este proceso, incluido el domicilio de un piso de Asunción Reynoso, de 69 años, que se encuentra a un par de millas del aeropuerto.

Reynoso señaló que un programa similar hace unos 10 años equipó su casa de más de tres décadas con ventanas gruesas y aire acondicionado, lo que ayuda a mantener el ruido a un nivel cómodo.

Mientras hablaba afuera, fue interrumpido dos veces por el estruendo ensordecedor de los aviones en lo alto.

“Te acostumbras al ruido. Algunas personas, cuando vienen de visita, dicen: ‘Oh’”, mencionó Reynoso, imitando las muecas de sus invitados.

No deberían sorprenderse, explicó, es parte de vivir cerca del aeropuerto.

Un análisis del Times de 2019 encontró que, en rondas anteriores de subsidios para la insonorización en Inglewood, los vecindarios unifamiliares de clase media en el lado este de la ciudad recibieron fondos de manera desproporcionada, al menos en parte debido a una zonificación complicada que impide mejoras más cercanas al aeropuerto.

El alcalde James Butts comentó que los vecindarios de bajos ingresos más próximos al aeropuerto también están llenos de propiedades en renta cuyos dueños no cumplen con los códigos, un requisito para recibir los subsidios de la FAA.

Agregó que está trabajando para garantizar que todos los edificios que cumplan con los criterios sean insonorizados.

Para leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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