Anuncio

Las carreras callejeras aumentaron durante la pandemia. Los Ángeles ahora quiere tomar medidas enérgicas

Illegal street racing activities on Ana Street in Compton
Actividades ilegales de carreras callejeras en Ana Street, en Compton, en 2015. Uno de los varios lugares ilegales de carreras de aceleración.
(Lawrence K. Ho / Los Angeles Times)
Share

Las carreras callejeras han sido, durante mucho tiempo, una parte ilícita de la cultura automovilística de Los Ángeles, con bulevares transformados en tramos abiertos de pistas de asfalto, listas para neumáticos suaves, motores alterados y sintonizadores.

Los funcionarios notaron un repunte durante los primeros meses de la pandemia, cuando las órdenes de quedarse en casa hicieron que las calles vacías de Los Ángeles fueran aún más atractivas para grandes reuniones conocidas como “espectáculos secundarios” o “tomas de calles”.

Impulsada por las redes sociales, la actividad ilegal de carreras callejeras, y sus peligros relacionados, continuaron creciendo a pesar de que las restricciones pandémicas disminuyeron y regresaron los patrones de traslado en Los Ángeles.

Anuncio

Los funcionarios de Los Ángeles ahora están considerando nuevas medidas para acabar con las carreras callejeras, uniéndose a un número creciente de ciudades que llevan la lucha de las calles a las redes sociales para apuntar a quienes organizan y promueven las carreras.

En julio, la cantidad de carreras y tomas de calles en Los Ángeles había aumentado un 27% en 2021, según el Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD por sus siglas en inglés). Los investigadores de LAPD indican que al menos tres muertes pueden atribuirse a las reuniones inherentemente peligrosas.

A medida que la actividad continúa aumentando, las ciudades de todo el estado y el país se han apresurado a buscar nuevas herramientas para reducir las carreras ilegales y los espectáculos secundarios.

En el Área de la Bahía de San Francisco, donde la actividad de las carreras callejeras también se ha disparado, el Ayuntamiento de San José aprobó una ordenanza a fines de junio que convierte en delito menor promover, instigar o alentar tales eventos en línea. Se cree que la medida es la primera de su tipo en el país. Los perpetradores enfrentan multas de hasta $1.000, seis meses de cárcel o una combinación de ambos castigos si son declarados culpables.

Dos líderes de Los Ángeles, el concejal John Lee y la concejal Mónica Rodríguez, esperan replicar la medida en Los Ángeles. La ciudad dio los pasos iniciales en esa dirección el martes pasado, cuando aprobaron más investigaciones sobre el tema.

La moción aprobada el martes indicará al abogado de la ciudad que informe sobre la viabilidad de promulgar una ordenanza inspirada en la de San José que “haría ilegal alentar, promover, instigar, asistir, facilitar, ayudar o incitar a la reunión de personas como espectadores de una carrera callejera o una exhibición de conducción imprudente”. Si se promulga, dicha ordenanza permitiría a la ciudad enjuiciar a los individuos que anuncian carreras clandestinas en las redes sociales.

“Una ordenanza similar a la promulgada en la ciudad de San José será un impedimento para quienes asistan a las carreras callejeras y los eventos de tomas de calles como espectadores. Sin público, los eventos pierden su atractivo”, explicó Rodríguez. “Es otra herramienta que la ciudad puede usar para proteger a los angelinos de la naturaleza cada vez más peligrosa de las carreras callejeras ilegales que ocurren en toda nuestra ciudad”.

Una vez que se complete el informe del abogado de la ciudad, el concejo reconsiderará el asunto y decidirá si continuar.

Las cuentas de Instagram, los canales de YouTube y otras formas de redes sociales han actuado como una especie de megáfono moderno para la comunidad de carreras callejeras de Los Ángeles en los últimos años, según funcionarios policiales y miembros de la comunidad de carreras. Un gran número de seguidores en las redes sociales significa que un organizador de carreras puede atraer grandes multitudes a un espectáculo secundario ilegal o carrera clandestina. Las historias de Instagram, que desaparecen después de 24 horas, se han convertido en la herramienta de mercadotecnia elegida por muchos.

Las plataformas han tornado a los automóviles, así como a los conductores, en celebridades, y han ampliado la reputación de Los Ángeles como campo de pruebas para los clubes de autos. Los espectáculos secundarios se han vuelto más peligrosos porque los seguidores y los “me gusta” son tan importantes ahora como cruzar la línea de meta primero.

Las ciudades y los estados también están intensificando los castigos por las carreras callejeras ilegales en medio de un repunte nacional en estas actividades y muchas muertes resultantes. Este mes, el gobernador Gavin Newsom promulgó un proyecto de ley que permitirá a los tribunales suspender temporalmente las licencias de conducir de las personas condenadas por participar o ser cómplices de carreras callejeras en una carretera. Esa ley entra en vigor en 2025.

En Georgia, el gobernador Brian Kemp promulgó un proyecto de ley que exige un mínimo de 10 días de cárcel para las condenas por carreras de aceleración, y los legisladores de Nueva York están considerando medidas para usar cámaras de velocidad por la noche y los fines de semana en puntos activos para capturar a los pilotos callejeros.

La votación del martes fue la segunda moción relacionada con las carreras callejeras que el Ayuntamiento de Los Ángeles ha considerado en los últimos meses.

En septiembre, el concejo votó para ordenar al Departamento de Transporte y a la Oficina de Servicios Urbanos que informaran, en coordinación con el Grupo de Trabajo de Carreras Callejeras de LAPD, sobre una serie de medidas para calmar el tráfico, como topes de velocidad o bandas sonoras, que pueden ser utilizados donde ocurren con frecuencia carreras ilegales. Ese proceso está en marcha y los informes se publicarán próximamente.

El comandante de LAPD, Al Pasos, que supervisa todas las oficinas de tráfico, indicó que la ciudad y el departamento están examinando una serie de medidas para reducir los peligros que conllevan las carreras callejeras.

Comentó que los “dispositivos de intervención”, como los reductores de velocidad temporales y las rotondas de tráfico, en las áreas favorecidas para los pilotos pueden desempeñar un papel al frustrar la capacidad de los conductores para acelerar. Pasos explicó que está consciente de que la ciudad se encuentra considerando la posibilidad de adoptar un enfoque similar al de San José.

“Va a ser difícil de probar”, señaló. El comandante mencionó que una cuestión importante es si una infracción sería abordada por el tribunal de tránsito, como una multa, o por la oficina del fiscal de la ciudad.

El profesor de derecho de UCLA, Eugene Volokh, explicó que la constitucionalidad de una ley que penaliza la promoción en línea de eventos de carreras ilegales dependería de la especificidad del discurso en cuestión.

Si alguien pusiera una publicación en Instagram que señalara, por ejemplo, que las carreras callejeras ilegales son geniales y que todos deberían infringir la ley y hacerlo, ese sería un discurso protegido constitucionalmente, detalló. Pero si, en cambio, la publicación anuncia un evento específico e insta a la gente a asistir, sería constitucionalmente permisible que ese discurso fuera castigado por el gobierno, explicó Volokh.

“Si lo redactan lo suficientemente acotado y si no insisten demasiado en tratar de restringir tanto como sea posible, entonces, en ese caso, veo el potencial de que sea perfectamente constitucional”, indicó Volokh.

Una investigación del Times encontró que 179 personas habían muerto en competencias de velocidad en el condado de Los Ángeles, entre 2000 y 2017, y los investigadores han puntualizado que las carreras callejeras se han convertido en una preocupación creciente en los últimos años.

Según los investigadores, las carreras de aceleración más comúnmente asociadas con las carreras callejeras en la cultura pop se han producido con más frecuencia en el Valle. Agregan que la naturaleza aleatoria de esos concursos es especialmente peligrosa para los peatones. Algunos puntos activos son sinónimos de carreras, como los tramos de Foothill Boulevard, en la autopista 210 en Lake View Terrace.

El capitán de LAPD, Andrew Neiman, que supervisa la División de Tráfico del Valle, subrayó que los oficiales tienen que definir el riesgo al rastrear o moverse para arrestar a los pilotos callejeros. “Seguimos a un grupo, y ellos entraron en la autopista e inmediatamente empezaron a ir a 100 mph. En ese momento tenemos que evaluar el riesgo de seguirlos. Incluso con un helicóptero es difícil”, comentó.

La policía a menudo tiene dificultades para capturar a los conductores y espectadores en grandes escenas de tomas callejeras porque un puñado de patrullas de la policía no es rival para la multitud de conductores que salen de un espectáculo secundario de 300 personas.

Los corredores callejeros también se están volviendo más inteligentes, explican los veteranos del Street Racing Task Force. Aunque tomar el automóvil de un conductor durante 30 días fue una vez la máxima sanción (los departamentos a menudo publican videos o fotos en las redes sociales de superdeportivos y autos pequeños, pero veloces, que son remolcados), algunos han descubierto formas de evitar eso.

Registran el vehículo a nombre de un amigo, y luego afirman no haber autorizado tal comportamiento cuando le prestaron el auto a su amigo, así lo recuperan.

En agosto, tres personas en un Volkswagen murieron cuando giraron a la izquierda, en el camino de dos autos de carreras cerca de Andover Drive y Glenoaks Boulevard, en Burbank. Jaiden Kishon Johnson, de 20 años, de Burbank; Natalee Asal Moghaddam, de 19, de Calabasas; y Cerain Baker, de 21, fallecieron en el accidente del 3 de agosto.

El conductor de un Kia gris involucrado en el accidente ha sido acusado de tres cargos de asesinato y un cargo de conducción imprudente, informó la policía. Hamlet Arseni Aghajanyan, de 19 años de Burbank, se declaró inocente. El conductor de un Mercedes-Benz, de 17 años, también fue detenido y se encuentra en un centro de detención de menores.

El redactor del Times, James Queally, contribuyó a este artículo.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

Anuncio