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Al tiempo que entran en vigor las normas de verificación de Los Ángeles, miles protestan contra el mandato de vacunación COVID-19

People opposed to vaccination mandates protest at Grand Park in downtown Los Angeles.
Personas que se oponen a los mandatos de vacunación protestan en Grand Park, en el centro de Los Ángeles, el lunes.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)
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Miles de personas se reunieron fuera del Ayuntamiento de Los Ángeles para protestar contra los mandatos de vacunación COVID-19 el lunes - el día en que la ciudad comenzó a aplicar algunas de las reglas de verificación de vacunación para empresas más estrictas del país.

Los Ángeles exige ahora una prueba de vacunación completa contra el COVID-19 para entrar en restaurantes interiores, centros comerciales, cines, salones de peluquería y manicura, gimnasios, museos, salas de espectáculos y otros espacios públicos.

Los asistentes a eventos al aire libre con 5.000 o más personas también tienen que mostrar una prueba de vacunación o de que han dado negativo recientemente en las pruebas del coronavirus. Las normas de la ciudad son más estrictas que las impuestas por el condado de Los Ángeles.

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A protest in front of L.A. City Hall
Miles de personas que se oponen a los mandatos de vacunación protestan el lunes en el Grand Park, en el centro de Los Ángeles.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Las nuevas normas -junto con los mandatos de vacunación de los empleados en muchos niveles del gobierno y para los niños en edad escolar- han sido muy controvertidas.

El lunes, en el Grand Park, frente al Ayuntamiento, Cindy Lazo dijo que quería mostrar su apoyo a su cuñado, un ingeniero eléctrico de la Autoridad de Transporte Metropolitano del Condado de Los Ángeles. Él es el único sostén económico de su familia y está considerando mudarse a otro estado, como Texas, si pierde su trabajo, dijo.

Lazo, de 39 años, sostenía un cartel hecho a mano que decía: “No soy anti Vaxx. Soy anti Mandatos”.

Muchos de los asistentes se negaron a hablar con los periodistas -diciendo que no querían hablar con los “medios de comunicación liberales”- o se negaron a proporcionar sus apellidos, diciendo que temían represalias de sus empleadores. Varios dieron su nombre como “John Smith”.

David, de 52 años, dijo que ha trabajado para el Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles durante 13 años y que se sentía incómodo con la presión de inyectar algo en su cuerpo para mantener un trabajo.

“Estoy aquí para mostrar mi solidaridad con los compañeros de trabajo que quieren proteger y expresar su autonomía corporal”, dijo David. Se negó a decir si estaba vacunado.

A protester opposed to vaccination mandates carries a sign
Un manifestante que se opone a los mandatos de vacunación en Grand Park, en el centro de Los Ángeles, el lunes.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Los carteles de la protesta incluían leyendas como: “Las vacunas matan”, “¡Libertad, no fuerza!” y “Las vacunas COVID son tóxicas”.

Algunos de los asistentes llevaban gorras que hacían referencia a los extremistas Proud Boys, y una persona sostenía un cartel de apoyo a la insurrección del 6 de enero en el Capitolio de Estados Unidos.

La multitud, en su mayoría sin mascarilla, coreaba “¡Libertad! Libertad!” y “¡No nos dejaremos!”. Los oradores dijeron que sus derechos constitucionales estaban siendo pisoteados por los mandatos.

Un altavoz reprodujo la canción de protesta de Buffalo Springfield de 1966, “For What It’s Worth” - Paren, niños, ¿qué es ese sonido? Miren todos, ¿qué está pasando? La canción fue escrita sobre un enfrentamiento entre los jóvenes y la policía en el Sunset Strip.

A protester in a firefighter's helmet holds an American flag
Entre la multitud había miembros de los departamentos de policía y de bomberos de Los Ángeles, así como otros empleados de la ciudad.
(Luis Sinco / Los Angeles Times)

Los manifestantes ondeaban banderas de la “thin blue line” y la “thin red line” como símbolos de apoyo a las fuerzas del orden, y entre la multitud había miembros de los departamentos de policía y de bomberos de Los Ángeles, así como otros empleados de la ciudad.

Un mandato de Los Ángeles exige que los empleados de la ciudad, incluidos los policías y los bomberos, se vacunen antes del 18 de diciembre o reciban una exención médica o religiosa. Mientras tanto, están obligados a pagar por las pruebas regulares de COVID-19 proveídas por un contratista de la ciudad.

Los expertos médicos afirman que las vacunas son seguras y eficaces, sobre todo para prevenir los peores síntomas del COVID-19 y ayudar a contener la propagación del virus, que ya ha matado a más de 750.000 estadounidenses.

Los funcionarios de la policía han dicho que alrededor del 75% de los más de 12.000 trabajadores del Departamento de Policía de Los Ángeles han sido vacunados. Sin embargo, cientos de miembros del personal no habían informado al departamento de su estado de vacunación hasta la semana pasada, y miles más estaban buscando exenciones.

El jefe del Departamento de Policía de Los Ángeles, Michel Moore, dijo que la semana pasada se iban a entregar avisos de cumplimiento final a la mayoría de los agentes no vacunados, dándoles 48 horas para firmar las condiciones o ser apartados del servicio a la espera de un procedimiento disciplinario para separarlos del cuerpo.

La Oficina del Inspector General del Departamento de Policía de Los Ángeles confirmó a través de su cuenta de Twitter que había recibido una queja sobre los agentes que se creía que iban a asistir a la protesta del lunes en uniforme. El LAPD no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.

El sindicato de bomberos de Los Ángeles advirtió de retrasos en el servicio si la ciudad pierde bomberos a causa del mandato. La semana pasada, el presidente del sindicato de bomberos de la ciudad de Los Ángeles, del local 112, Freddy Escobar, dijo que el 76% de la plantilla de bomberos de la ciudad está vacunada, por lo que quedan unos 800 bomberos que no se han vacunado.

El lunes, Chris, un bombero y paramédico de 39 años de Long Beach que no quiso dar su apellido, dijo que le preocupaban los problemas de personal que podrían agravarse con los despidos por las vacunas.

“Es matemática básica”, dijo Chris. “Los tiempos de respuesta van a aumentar si tienen que despedirnos a todos”.

Dijo que los mandatos eran perturbadores y que quienes los promulgan no parecen entenderlos.

“¿Qué va a pasar con esos negocios [que] no pueden operar?”, preguntó. “Estos políticos no entienden cómo afectan estos mandatos a la gente. No tienen ni idea”.

Varios oradores que se dirigieron a la multitud se identificaron como agentes de policía o bomberos y advirtieron de escasez de personal y de la posibilidad de una respuesta más lenta a las llamadas de emergencia, aunque las funestas predicciones de éxodos masivos de agentes de seguridad pública no se han producido en otras ciudades.

Michael McMahon, un veterano con 14 años en la policía de Los Ángeles que fundó el grupo Roll Call 4 Freedom en oposición al mandato, dijo a los manifestantes que el viernes entregó su placa de policía y su arma porque se negó a vacunarse.

Fue “uno de los días más duros de mi vida”, dijo.

McMahon dijo que “no podía consentir en conciencia, someter mi salud” a una inyección “todavía experimental”.

“Miles de empleados de la ciudad están luchando con estas cuestiones relacionadas con su empleo, y quiero decirles a todos, desde el fondo de mi corazón, que los quiero y los entiendo”, dijo. “Pero la coacción no debe ser considerado como un consentimiento informado”.

Otros oradores ensalzaron la educación en casa para evitar la vacunación de los niños y pregonaron el medicamento antiparasitario ivermectina, a pesar de la falta de pruebas científicas de que el fármaco trate o prevenga el COVID-19.

Algunos discursos estaban salpicados de lenguaje “conspiranoico” y apocalíptico, advirtiendo que, si la gente se vacunaba, sus libertades serían enterradas.

“Estamos luchando contra los comunistas que se quieren apoderar de nuestra nación”, dijo la médica de Beverly Hills Simone Gold, fundadora de America’s Frontline Doctors, que ha difundido información errónea sobre el COVID-19 y ha defendido tratamientos no probados, como la hidroxicloroquina y la ivermectina.

Gold -que participó en la insurrección del 6 de enero y está a la espera de juicio por cargos de entrada violenta y conducta desordenada- instó a los manifestantes a no cumplir con los mandatos de vacunación de los empleados por el bien de sus almas.

“Si te inclinas ante tu empleador, si te arrodillas ante tu empleador, la cicatriz de tu rendición no desaparecerá”, dijo. “Tu creencia en ti mismo disminuirá, se debilitará. Este es en realidad su objetivo, crear un mundo en el que los humanos crean que necesitan líderes que piensen por ellos”.

Los redactores del Times James Queally, Kevin Rector y Dakota Smith contribuyeron a este informe.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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