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Columna De adictos y adicciones: Mentiras y justificaciones

ARCHIVO/ un hombre yace en una acera junto a un contenedor de reciclaje en San Francisco.
En imagen de archivo del 26 de abril de 2018, un hombre yace en una acera junto a un contenedor de reciclaje en San Francisco.
(AP Foto/Ben Margot, archivo)
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El autoengaño es una de las características de todo adicto, le miente a los demás y se miente a sí mismo, sus mentiras tratan de minimizar el problema, de negarlo o de evadirlo. Las mentiras son una espiral ascendente, una bola de nieve que termina aplastando al mentiroso.

A continuación, quiero comentar con ustedes algunas de las mentiras o justificaciones más frecuentes de todo adicto, ya sea adicto a las drogas, alcohol, comida, juego o personas.

La primera y más común es la negación, ¿Cuántas veces hemos escuchado decir al adicto que él o ella no son adictos? Por desgracia, muchas personas piensan que un adicto es aquel que vive en la calle y come de la basura, la realidad es que una gran cantidad de adictos tienen casa y familia, muchos de ellos trabajan y tratan de ocultar su realidad.

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La espiral del autoengaño empieza a crecer cuando el adicto se dice a sí mismo, a familiares y amigos, que puede parar cuando quiera. Esta fantasía es muy común, da la sensación de control, incluso hay quien presume que su consumo está bajo control, se compara con otros y se tranquiliza pensando que lo suyo no es adicción y que puede dejarlo en cualquier momento.

Para estas personas la recuperación es muy difícil, en primer lugar porque no son capaces de aceptar que tienen un problema y, en segundo lugar, porque su ego no les permite pedir ayuda, tienen la ilusión de que ellos pueden solos.

La mayoría de los adictos terminan aislándose, en su fantasía se dicen a sí mismos que su adicción no afecta a sus seres queridos y, cuando un familiar o un amigo les hace ver la realidad, el adicto se enoja o siente que lo están atacando. Comúnmente escuchamos decir a un adicto que es su vida, que lo dejen vivir a su modo, aunque en el fondo sabe el dolor que causa, prefiere apelar a su libertad de hacer con su vida lo que quiera.

Para muchas personas, consumir solo los fines de semana o de vez en cuando, les da la sensación de control, tal vez algunos logren mantener un ritmo ocasional de consumo, pero la experiencia demuestra que tarde o temprano el uso de sustancias termina en dependencia.

En una etapa más avanzada, el adicto acepta que no puede dejar de consumir y se justifica diciendo que necesita la sustancia para seguir funcionando. Las justificaciones van desde calmar un dolor físico o emocional, o bien, porque les quita el cansancio o se relajan. También hay quien siente que la droga le da más energía, que rinde más, aunque todos sabemos que dan vueltas como un perro tratando de atrapar su cola.

Muchos piensan que su consumo será pasajero y, que mientras estén jóvenes y sin compromisos, no tiene nada de malo usar un poco de vez en cuando, quieren disfrutar la vida, experimentar nuevas emociones, a algunos el alcohol y las drogas les da la sensación de libertad.

“He llegado al punto de cero tolerancia, no sé qué será lo mejor para él y a duras penas encuentro lo que es mejor para mí; no crea, uno lo piensa y te duele en el alma nada más de pensar, de imaginar ese final.

Nov. 2, 2021

Como parte de la negación y el egocentrismo, muchos adictos se niegan a recibir tratamiento o asistir a un grupo de doce pasos, algunos de ellos se victimizan y aseguran que ni Dios los quiere, entonces, no tiene caso buscar la recuperación.

Aunque muchos adictos son sinceros al declarar que quieren dejar las drogas, le tienen horror al dolor, dicen no poder soportar el síndrome de abstinencia, como justificación, aseguran que lo han intentado muchas veces y siempre recaen, por lo tanto, dejar las drogas no es una opción para ellos. Esto no quiere decir que no puedan lograr una vida sin drogas, quiere decir que se han rendido y esperan pacientemente la muerte.

Si usted está viviendo al lado de un adicto y estas mentiras o justificaciones le suenan familiares, debe actuar inmediatamente, pero no contra el adicto, sino buscar ayuda para usted, puede acudir con un sacerdote, pastor, consejero o grupo de doce pasos.

Es importante recordar que la adicción es una enfermedad física, mental y espiritual, por lo tanto, no se tome las cosas personales ni se convierta en un facilitador, eso en vez de ayudar, obstaculiza la recuperación. Sé que es difícil, pero deje la vida de usted y la de su ser querido en manos de Dios, hágase a un lado y deje que Dios actúe. Muchos de nosotros creemos saber qué es lo más conveniente para los otros y solo le pedimos a Dios que nos ayude con ello, las cosas no funcionan así, Dios no es un ayudante de nadie, él tiene planes para cada uno de nosotros, si no ayuda, no estorbe.

Si el adicto no quiere ayuda, déjelo, nadie puede obligarlo, de nada servirá la cárcel o un centro de rehabilitación, lo mejor es que empiece buscando ayuda usted.

Escríbame, su testimonio puede ayudar a otros. Todos los nombres han sido cambiados.

cadepbc@gmail.com

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