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Un mensaje de texto indicando que “todas las personas asiáticas deben morir” causa indignación en universidad

Un estudiante camina por un patio en Occidental College el 8 de febrero.
(Brian van der Brug/Los Angeles Times)
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A fines de 2020, una estudiante de Occidental College envió un mensaje de texto a una amiga que decía: “todas las personas asiáticas deben morir”.

Siguió con otro mensaje de texto indicando que los asiáticos son “responsables de la pandemia, por lo que también deben morir por eso”.

Un año después, en octubre o noviembre, la amiga informó sobre el intercambio de mensajes de texto a los funcionarios de Occidental y su fraternidad, lo que desencadenó una controversia que ha indignado a la pequeña universidad de artes liberales en Eagle Rock, ya que los estudiantes cuestionan lo que ven como una respuesta tardía e inadecuada de la administración.

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El martes, después de un aumento en las quejas, el presidente de Occidental College, Harry J. Elam Jr., señaló que la alumna que envió los mensajes de texto racistas ya no está inscrita en la escuela y “expresó remordimiento, así como arrepentimiento, por sus acciones”.

Elam también prometió convocar una serie de foros universitarios y talleres antiprejuicios.

Marty Sharkey, vicepresidente de comunicaciones e iniciativas institucionales de Occidental, no pudo decir por qué la estudiante abandonó la escuela. La alumna no había sido sancionada por los mensajes de texto, detalló Sharkey en un correo electrónico.

The Los Angeles County Commission on Human Relations on Wednesday released a special report on anti-Asian hate crime in LA County in 2020. The report revealed that anti-Asian hate crimes rose 76% from 25 to 44 in 2020, the largest number of anti-Asian hate crimes reported since 2001.

Oct. 20, 2021

La estudiante que escribió los textos no respondió a las solicitudes de comentarios.

Los acontecimientos en Occidental han planteado preguntas sobre cómo abordar las expresiones de odio en las universidades, especialmente cuando se comunican en conversaciones privadas.

Un correo electrónico de Elam dirigido a todo el campus el 3 de febrero, en el que condenaba los mensajes, pero mencionaba que Occidental College estaba restringida por una ley estatal que protege los derechos de la Primera Enmienda en las escuelas privadas, provocó la ira de algunos estudiantes que querían que su compañera rindiera cuentas.

“Me enoja que se necesitara que todo el alumnado se sintiera herido y perjudicado” para que la administración admitiera tener conocimiento sobre los mensajes, mencionó Shanna Yeh, estudiante de último año.

Estudiantes reunidos en una mesa en Occidental College en Los Ángeles.
(Brian van der Brug / Los Angeles Times)

Anaise Nugent, una estudiante de tercer año, recibió los mensajes de texto racistas hace más de un año.

Inicialmente no los compartió porque quería darle a su amiga la oportunidad de retractarse, le comentó al Times.

Pero, agregó Nugent, la amiga hizo otros comentarios discriminatorios y ofensivos, una vez dijo que pensaba que el reclutamiento de atletas negros les quitaba lugares a personas como ella.

“Traté de darle la oportunidad de aprender de eso y nunca lo hizo”, puntualizó Nugent.

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Feb. 8, 2022

El conocimiento de la existencia de los mensajes de texto permaneció mayormente dentro de la administración del campus y la fraternidad, hasta que alguien los publicó en Instagram el 2 de febrero.

La sección de Occidental College de la fraternidad Kappa Alpha Theta, a la que pertenecían ambas estudiantes, se ha sumido en la agitación.

Las líderes del grupo decidieron expulsar a la alumna que envió los mensajes, informó Elizabeth Frissell, presidenta de esta sección en 2021.

Pero los líderes nacionales de la fraternidad se opusieron a la expulsión, citando un estatuto que establece que las integrantes no pueden ser castigadas por acciones antes de unirse al grupo.

La alumna se unió durante el otoño pasado, después de escribir los mensajes.

Ahora, la sección de Occidental College votará si se disuelve debido a la decepción de las integrantes con el liderazgo regional y nacional.

Kappa Alpha Theta lamenta profundamente “que las personas se hayan visto perjudicadas por las palabras de odio de una persona previamente asociada con nuestra organización”, señaló en un comunicado la directora de mercadotecnia de la organización nacional, Julianne Butler.

Yeh, integrante de Kappa Alpha Theta y mitad china, explicó que se sintió ignorada cuando informó sobre los mensajes de texto a la administración de la universidad, especialmente en un momento en que los crímenes de odio contra los asiáticos están en aumento.

“No irrumpí en estas reuniones pidiendo que expulsaran a la estudiante. Principalmente estaba buscando que rindiera cuentas”, subrayó Yeh. “Buscaba que rindiera cuentas reconociendo el daño causado y cuán violento fue el lenguaje utilizado”.

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Feb. 10, 2022

La semana pasada, el personal del campus borró mensajes con gis escritos por estudiantes para protestar contra los textos racistas. Elam comentó más tarde que borrar los mensajes fue un error.

También la semana pasada, en el correo electrónico del 3 de febrero dirigido a la comunidad del campus, Elam señaló que se sentía “enfermo y entristecido” por los mensajes de texto, y detalló que los había visto por primera vez apenas un día antes.

Para explicar por qué la escuela no había tomado medidas punitivas contra la estudiante, citó la Ley Leonard de California, que otorga a los alumnos de universidades privadas derechos de libertad de expresión similares a aquellos de las instituciones públicas.

“Aunque sea difícil de conciliar, una conversación de texto privada, que no está dirigida a un individuo en específico y no representa una amenaza creíble, no constituye necesariamente un acoso ilegal”, escribió.

Debido a que los mensajes no estaban dirigidos a un estudiante asiático-estadounidense en particular y no cumplían con la definición legal de una amenaza, la libertad de expresión está protegida constitucionalmente, indicó Ken White, un litigante de la Primera Enmienda en el bufete de abogados Brown White & Osborn en Los Ángeles.

White, quien tiene tres hijos asiático-estadounidenses, incluida una hija que asiste a Occidental, agregó que comprende la indignación, especialmente dado el racismo antiasiático de los últimos años.

“Pero legalmente, no es una situación extrema”, señaló.

Aun así, estudiantes como Emily Driscoll, alumna de último año e integrante de Kappa Alpha Theta, dijeron que la universidad debió haber hecho algo antes.

“Si la gente hubiera sabido sobre esto cuando ocurrió el caso, habría mucho menos enojo”, señaló. “Pero la situación pasó desapercibida para la comunidad durante meses y parecía que la universidad estaba tratando de esconder esto bajo la alfombra”.

Si quiere leer este artículo en inglés, haga clic aquí.

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