Suspenden pago de citas en consulados hondureños en EEUU, pero no sofoca el descontento de los inmigrantes
La comunidad hondureña celebró que la Cancillería diera marcha atrás al plan de imponer un pago de 15 dólares para programar una cita en los consulados; sin embargo, esa decisión no calmó el malestar que existe debido al mal funcionamiento de esas oficinas gubernamentales en Estados Unidos.
Tal como lo informamos en Los Angeles Times en Español, la Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras planeaba fijar una tarifa de 15 dólares por cita con el fin de resolver el problema de usuarios que reservan cupo, pero no se presentan en la fecha indicada.
Ante la presión de activistas y usuarios que rechazaron esa tarifa las autoridades determinaron que las citas seguirán ofreciéndose gratis.
“Luego de mencionar intención de cobrar por citas para evitar 40% de ausentismo, y antes de formalizar propuesta, escuchamos a nuestros compatriotas. Este gobierno siempre estará abierto al diálogo con el pueblo. No habrá cobro adicional”, aseguró el vicecanciller Antonio García en una publicación de Twitter divulgada el miércoles por la mañana.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de Honduras hizo estudios y concluyó que para mejorar el obsoleto sistema de citas es necesario establecer un pago extra
En respuesta, los usuarios de esa red social le hicieron llegar al vicecanciller sus opiniones.
“Los 15 dólares es una mala decisión”, escribió Octavio Pineda.
“Qué bueno que modificaron la decisión”, comentó otro usuario.
La fallida tarifa por citas lo que ha hecho es desempolvar los problemas que se vienen arrastrando desde la administración del expresidente Juan Orlando Hernández, ya que las quejas por la falta de citas o la tardanza para obtener un cupo para ser atendido en los consulados es una herencia del gobierno anterior.
Ahora que la administración de la presidenta Xiomara Castro tenía el plan de cobrar $15 por cita, la comunidad no solo se enardeció por un pago injustificado, sino que también está demandando que se resuelvan las deficiencias en la red consular, las cuales desde el 27 de enero de 2022 son responsabilidad del nuevo gobierno.
“La gente que va a hacer los trámites son los que están sufriendo”, valoró el empresario Maynor Sandoval, detallando que las citas disponibles se obtienen para dos o tres meses después.
“Ya van para un año de cambio de gobierno y nos han mantenido con la misma canción de que van a mejorar los consulados y van a poner más gente; esa excusa de que es un problema que les dejó el gobierno anterior ya se les acabó, ya pasó bastante tiempo”, señaló Sandoval.
En el 2022, el consulado de Los Ángeles en vez de sumar más personal se quedó sin cuatro empleados que no han sido reemplazados, entre ellos está vacante el cargo de cónsul general, desde que fue removida del puesto María Fernanda Rivera, quien cumplió esas funciones hasta el 31 de agosto.
El problema de personal también lo enfrentan otros consulados en suelo estadounidense y los mismos simpatizantes del oficialista Partido Libertad y Refundación (LIBRE) se han sumado al clamor para acelerar los nombramientos de cónsules y el refuerzo de empleados.
“Lo que tienen que hacer para empezar es poner personal para dar una buena atención al cliente”, indicó José Bautista, activista integrante de la organización Hondureños Indignados de Los Ángeles (HILA) y simpatizante de LIBRE. “No hay personal suficiente, eso es a nivel nacional”, subrayó.
Hace tres semanas, Cecilia Rodríguez, presidenta de Alianza Hondureña de Los Ángeles (AHLA), acudió al consulado local a recoger su Documento Nacional de Identificación (DNI). A su criterio el gobierno de la presidenta Castro no se ha preocupado por mejorar los servicios como se anunció al inicio de su mandato.
“Hay mucho descuido, ahí no les importa el conciudadano, lo que quieren solo es el dinero por los servicios”, dijo la activista. “Merecemos más respeto, mejor atención”, exigió Rodríguez, detallando que en la sala hay un desorden, los usuarios no saben a quién dirigirse y las quejas se escuchan por doquier.
El DNI servirá para identificarse, votar en las elecciones presidenciales de Honduras y realizar trámites varios
En los primeros meses del gobierno de Castro, la Cancillería estableció 9 centros de impresión de pasaportes y lanzó la emisión del DNI en los 14 consulados.
De igual manera, en entrevista con LA Times en Español, el vicecanciller García aseguró en marzo pasado que la nueva administración establecería mecanismos para validar la calidad del servicio en los consulados; asimismo, dijo que los nuevos cónsules pondrían como centro de su labor la calidad y trato humano en los servicios para sus connacionales.
“Estamos preparando un nuevo software, un nuevo sistema de citas, porque deja mucho que desear el estado actual [del servicio] de los consulados”, valoró el vicecanciller en esa entrevista.
Después de un año en el poder, los cambios en la atención todavía no se han observado tal como se prometió y los usuarios expresan su descontento.
Elba Gálvez, originaria del departamento de Yoro, llegó al consulado local en busca de ayuda. Su idea era tramitar el pasaporte para su hija de 21 años. Al igual que ella, en la sala principal de la oficina estaban muchas personas que no tenían cita. El problema que había tenido era que el sistema no le dejaba accesar.
La vice-cónsul Violeta Sandino fue separada de su cargo en L.A. como parte de los cambios implementados por el gobierno de Xiomara Castro
Mientras ella esperaba de pie en la línea, observaba a otros connacionales que se acercaban a las ventanillas a preguntar. La respuesta de los agentes consulares era que debían hacer la cita en internet.
“Lo normal en este país, a todos los lugares donde usted va, tiene que haber algo donde uno puede hacer una cita: ya sea una llamada telefónica, una página web o una persona en un escritorio, hay muchas opciones que se pueden utilizar”, comentó la oriunda de El Progreso.
“La única que tienen [aquí] no sirve”, cuestionó Gálvez, quien tenía a un costado a su hija intentando ingresar al sistema de citas por medio del celular, pero todo esfuerzo era infructuoso.
Este es el dolor de cabeza de los hondureños en Estados Unidos, les carcome la incertidumbre al no saber qué hacer.
“Vienes aquí y no te dan cita tampoco, ¿cómo hacemos?”, concluyó Gálvez.
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