Artistas pintan el recién remplazado muro fronterizo en Tijuana

No tomó mucho tiempo.

El domingo un grupo de artistas y miembros de la comunidad comenzó a pintar un mural en el lado mexicano de la barda fronteriza recién instalada en la playa entre Tijuana e Imperial Beach.

Con ello se retoma una práctica adquirida por varios artistas a través de los años de usar el muro fronterizo como un lienzo para dejar un mensaje de solidaridad con las comunidades migrantes.

“Tenemos que darle color”, dijo el artista plástico Enrique Chiu, quién lidera el proyecto del nuevo mural.

El artista agregó que el objetivo es plasmar un mensaje de paz en la frontera.

“Sabemos que todo arte puede ser una protesta, pero queremos hacerlo de manera pacífica como siempre lo hemos hecho y dejar un mensaje positivo a la comunidad migrante, de Tijuana y del otro lado de la frontera”, dijo.

En 2016, Chiu se encargó del proyecto conocido como Mural de la Hermandad, bajo el cual se pintaron casi dos millas de coloridos murales en distintos puntos de la frontera entre California y México.

Hace unos meses dio inicio un proyecto del gobierno estadounidense para remplazar media milla de barda fronteriza con una más alta en la zona aledaña al Parque de la Amistad.

Un tramo de la anterior barda oxidada en la que se había pintado uno de tantos murales fue sustituido a medida que avanzó la construcción con una barrera de hasta 30 pies de altura. Hasta este domingo, dicha barda era de un color verdigris.

Hace tres años en medio de las conversaciones sobre este proyecto de remplazo, Chiu adelantó que volvería a pintar murales en el muro fronterizo en cuanto lo cambiaran. Y así fue.

Chiu, en compañía de otros muralistas y miembros de la comunidad que se sumaron al ver la obra, tomaron brochas y latas de aerosol para pintar una paloma y otras figuras en el nuevo muro.

“Es un mural que va a durar mucho tiempo aquí, mucha gente se va a venir a tomar fotos y quisimos ser parte de su historia”, dijo Leticia Yebra, residente de la Ciudad de México quién estaba de vacaciones en Tijuana el domingo.

El artista Enrique Chiu empieza a pintar un mural en el recién remplazado muro fronterizo entre Playas de Tijuana e Imperial Beach

(Alexandra Mendoza/U-T)

Yebra dijo que era su primera vez en el sitio, y al ver lo que pasaba no dejó pasar la invitación para ayudar a pintarlo.

“Me parece perfecto que la comunidad se acerque”, dijo el artista Daniel Vargas, mejor conocido como Kilo.Graff, quién colaboró con Chiu para el mural.

Sin embargo, la jornada no duró lo esperado. Mientras los artistas estaban pintando arribaron elementos de la policía de Tijuana y se tuvo que suspender la obra. La alcaldesa de Tijuana, Montserrat Caballero dijo el lunes que se debió a una cuestión administrativa.

Caballero detalló que faltaba una solicitud para contar con vigilancia. “Yo creo que ellos consideraron, y tienen razón, que no era riesgosa su actividad. Si bien es cierto su actividad no era riesgosa para solicitar una patrulla, la actividad en el lugar sí lo era por las situaciones que están sucediendo”.

Previo a que empezaran a pintar el mural, el grupo ya había sido cuestionado por elementos del ejército y autoridades migratorias que resguardan el sitio, aunque finalmente se les permitió continuar.

Chiu dijo que ya obtuvieron luz verde y que continuarán con el mural el próximo domingo. También dijo que planean hacer lo propio en el resto de la barda fronteriza una vez que el proyecto de remplazo termine.

Anel Ortiz, activista con la no lucrativa Organización México-Americana para el Desarrollo, coincidió en que era cuestión de tiempo para que artistas volvieran a intervenir el muro fronterizo.

“Siempre va a haber personas que quieran decirle a los migrantes a través del arte y a través de múltiples acciones que hay personas que están de su lado”, dijo.

“Tarde o temprano lo van a volver a pintar así como tarde o temprano vuelven a brincar este muro, que lo ponen de más metros y las personas lo siguen brincando”, dijo. Porque las personas no están migrando por gusto, están migrando por necesidad”.

Ortiz consideró que el pintar en este sitio “es una forma de resistencia, de esperanza, de ver que no todo es gris, sino que hay otros claroscuros”.