Protestas en Los Ángeles, muy diferentes a los disturbios raciales de 1992
El presidente George H.W. Bush utilizó la Ley de Insurrección para llamar a la Guardia Nacional tras la solicitud del alcalde Tom Bradley y del gobernador Pete Wilson.
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Las imágenes de autos incendiados, manifestantes lanzando piedras a la policía y agentes disparando proyectiles no letales y gases lacrimógenos a los manifestantes evocan la última vez que un presidente envió a la Guardia Nacional para responder a la violencia en las calles de Los Ángeles.
Sin embargo, la escala de los disturbios ocurridos durante varios días de protestas por la aplicación de las leyes migratorias es muy diferente a la de los disturbios de 1992 que se produjeron tras la absolución de los policías blancos que fueron grabados en video golpeando al automovilista negro Rodney King.
El presidente George H.W. Bush utilizó la Ley de Insurrección para llamar a la Guardia Nacional tras la solicitud del alcalde Tom Bradley y del gobernador Pete Wilson. El viernes, tras el inicio de las recientes protestas por las redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), el presidente Donald Trump ordenó el despliegue de 4.100 tropas de la Guardia Nacional y 700 marines, a pesar de la fuerte oposición de la alcaldesa Karen Bass y el gobernador Gavin Newsom.

Trump mencionó una disposición legal para movilizar a los miembros del servicio federal cuando exista “una rebelión o riesgo de rebelión contra la autoridad del Gobierno de Estados Unidos”. El fiscal general de California, Rob Bonta, presentó una demanda el lunes, diciendo que Trump había excedido su autoridad.
La indignación por los veredictos del 29 de abril de 1992 generó casi una semana de violencia generalizada, convirtiéndose en uno de los disturbios más mortales en la historia de Estados Unidos. Cientos de negocios fueron saqueados. Bloques enteros de casas y tiendas fueron incendiados. Más de 60 personas murieron en tiroteos y otros actos de violencia, principalmente en el sur de Los Ángeles, un área con una población mayoritariamente negra en ese momento.
A diferencia de los disturbios de 1992, las protestas han sido principalmente pacíficas y se han limitado a un tramo del centro de Los Ángeles de aproximadamente cinco cuadras, un pequeño parche en la extensa ciudad de casi 4 millones de personas. Nadie ha muerto. Ha habido vandalismo y algunos coches incendiados, pero no se han quemado casas ni edificios.
Al menos 50 personas han sido arrestadas por distintas faltas, desde no seguir órdenes de desalojo hasta saqueo, ataque contra un policía e intento de asesinato por lanzar un cóctel Molotov.
Varios agentes han sufrido heridas leves, y distintos manifestantes y periodistas han sido alcanzados por algunas de las más de 600 balas de goma y otras municiones “menos letales” disparadas por la policía.
El levantamiento de 1992 tomó por sorpresa a muchos, incluido el Departamento de Policía de Los Ángeles, pero el veredicto de King fue un catalizador de las tensiones raciales que se habían acumulado en la ciudad durante años.
Además de la frustración por su trato por parte de la policía, algunas personas dirigieron su ira hacia los comerciantes coreanos que poseían muchas de las tiendas locales. Los residentes negros sentían que los propietarios los trataban más como ladrones que como compradores. A medida que los saqueos y los incendios se extendieron hacia el barrio coreano, algunos comerciantes protegieron sus tiendas con escopetas y rifles.
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