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¿Los ganaderos se exasperan por la carne de origen vegetal? Peor para ellos

La popularidad de la carne vegetal nos permite a los humanos entregarnos a nuestra naturaleza amante de la carne sin los altos costos ambientales

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La Impossible Burger, que apareció por primera vez en las tiendas de comestibles en septiembre pasado, está hecha completamente de ingredientes a base de plantas. Pero se ve, huele, siente y, lo más importante, sabe tanto como una hamburguesa de carne que es difícil distinguir entre, por ejemplo, el Impossible Whopper -ahora disponible en Burger King- y la versión original que la cadena de comida rápida ha vendido por décadas.

De hecho, las hamburguesas veganas de compañías como Impossible Foods y Beyond Meat -ambas con sede en California- han evolucionado tanto desde aquellas versiones alternativas de antaño, que sabían a cartón, que generaron una reacción violenta de la industria ganadera.

El Centro para la Libertad del Consumidor, una organización sin fines de lucro que defiende a las industrias de comida rápida y carne, entre otras, lanzó una campaña “informativa” que se opone a las carnes de origen vegetal.

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La campaña incluyó anuncios de televisión y en línea, así como publicidades en periódicos, incluido este medio. Los anuncios parecen implicar que una hamburguesa ‘falsa’ no sólo es “ultraprocesada”, sino que podría tratarse de comida chatarra que es incluso peor que la hamburguesa de res promedio.

Si bien es cierto que la carne a base de plantas es un producto procesado -es decir, se altera el proceso de preparación, como casi todo lo demás que puede comprarse en la tienda de comestibles- y es verdad que comer una de ellas no es tan saludable como, por ejemplo, ingerir verduras crudas, es conveniente tomar estos anuncios con una pizca generosa de desconfianza (aunque noten correctamente que el sodio es mayor en las hamburguesas veganas precocidas que en las de carne de res).

Por ejemplo, los aditivos y conservadores en las carnes a base de plantas que se resaltan en el comercial suenan aterradores. ¿Quién quiere algo llamado dióxido de titanio en su comida? Pero la verdad es que los aditivos como los que figuran en los avisos se emplean regularmente en todo tipo de alimentos envasados.

Y si la metilcelulosa, un espesante alimentario, no parece apetitosa, en realidad no es nada en comparación con la intoxicación por E. coli o salmonella que se puede contraer al ingerir la carne animal.

La verdad es que la carne de res y otras a menudo se empaquetan con cosas mucho más peligrosas para la salud humana que los aditivos alimenticios. ¿Quieren hablar sobre una amenaza a la salud pública?

El uso preventivo generalizado de antibióticos humanos en vacas y otros animales ha contribuido en gran medida al aumento de virus y bacterias letales, que son resistentes a nuestros medicamentos.

Además, la campaña publicitaria omite la cuestión más importante. Elegir una hamburguesa de Impossible or Beyond en uno de los cada vez más numerosos restaurantes de comida rápida y restaurantes donde estas se ofrecen no se trata sólo de comer sano (aunque generalmente tienen menos grasa y colesterol que las opciones de carne).

Las hamburguesas, ya sean hechas de proteína de guisante procesada o de un mamífero sacrificado procesado, nunca serán tan saludables como las verduras orgánicas crudas. Lo atractivo es la posibilidad de disfrutar de una jugosa hamburguesa sin el sabor amargo de la culpa posterior.

Porque, admitámoslo, hay enormes costos ambientales por comer vacas. La ganadería está contribuyendo al cambio climático, y no sólo porque el metano de los bovinos y otros es responsable de aproximadamente el 14.5% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En términos generales, nuestro sistema global de producción de alimentos emite más de un tercio de los gases de efecto invernadero del mundo.

Sin embargo, parece que no podemos frenar nuestro apetito de carne, aún sabiendo que grandes extensiones de la selva amazónica fueron arrasadas y siguen siendo taladas para crear espacio para que más ganado alimente la creciente demanda de carne de res.

Los humanos también saben muy bien que muchos animales padecen vidas cortas y brutales, en condiciones terribles, con el único propósito de convertirse en tocino, muslos de pollo, lomo de cerdo, chuletas de ternera, filet mignon y otros alimentos para que los humanos disfruten en la cena.

Entonces, ¿por qué seguimos consumiéndolos? Porque la carne sabe taaaan bien y es una fuente muy eficiente de proteínas.

Además, ¿mencionamos que es tan sabrosa?

Una opción a base de plantas que satisfaga el antojo de carne y proporcione proteínas, pero con una huella climática más pequeña, es un cambio potencial en el juego ambiental y la razón por la cual Impossible Foods fue uno de los ganadores del Premio Global de Acción Climática de la ONU en 2019. No es de extrañar que la industria ganadera esté en guardia.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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