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Columna: Legados de Kershaw y Darvish han sido empañados irreparablemente por las trampas de los Astros

Clayton Kershaw (i) y Yu Darvish.
(Wally Skalij / Los Angeles Times)

Los lanzadores de Dodgers fueron los más afectados por las trampas que los Astros de Houston hicieron en la Serie Mundial del 2017

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El béisbol era más simple entonces.

Antes de las revelaciones sobre cómo los Astros de Houston usaban dispositivos electrónicos para robar las señales, antes de que las infracciones le costaran a su mánager y gerente general sus trabajos, Yu Darvish era un “choker”.

Punto.

El día después de que los Dodgers fueron derrotados por los Astros en el Juego 7 de la Serie Mundial de 2017, apareció una columna en este periódico que decía en parte: “Darvish hizo lo inimaginable e inexcusable, después de un comienzo históricamente atroz con otro. . .”.

Recuerdo bien esa columna. Yo la escribí.

Y hubo más.

Cuando el catcher de los Dodgers, Yasmani Grandal, permitió dos bolas, fue señalado por interferencia de catcher y cometió un error en el Juego 1 de la Serie de Campeonato de la Liga Nacional contra los Cerveceros de Milwaukee al año siguiente, lo describí como “Yu Darvish con de la máscara de un catcher”.

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La temporada pasada, el día antes de que Darvish lanzara su primer juego en el Dodger Stadium desde su traslado de $126 millones a los Cachorros de Chicago, escribí cómo “su nombre sigue siendo sinónimo de fracaso”.

Ugh.

Nada de esto fue personal.

Era la realidad. O así lo pensé.

La investigación de las Grandes Ligas sobre los Astros confirmó que emplearon un esquema de robo de señales en su temporada de campeonato, revelando que lo que una vez se consideraron duras verdades no eran más que conclusiones prematuras.

En los últimos días, he hablado con otros reporteros que cubrieron la Serie Mundial de 2017. Nos preguntamos cuánto de lo que escribimos podría reclasificarse retroactivamente como ficción. Pero no te preocupes por nosotros.

Las conversaciones fueron recordatorios de las reputaciones dañadas por los eventos de esa serie.

Los lanzadores de los Dodgers que se vieron disminuidos en la derrota deberían ser vistos más caritativamente ahora que los hallazgos de la MLB son públicos. Por injusto que sea, sin embargo, sus nombres nunca se borrarán por completo. Los estigmas permanecieron con ellos en los años siguientes, afectando cómo fueron percibidos, cómo fueron tratados, incluso cómo pensaban de sí mismos. Todo eso se convirtió en parte de su perfil público. La mayor parte del daño infligido no se puede deshacer.

Darvish no estaba solo.

Clayton Kershaw lanzó espectacularmente en el juego de apertura de esa serie en el Dodger Stadium, pero no pudo mantener la ventaja de cuatro y tres carreras por separado en una derrota del Juego 5 en el Minute Maid Park, donde ocurrió la trampa.

Si los Dodgers hubieran ganado el Juego 5 y la serie, las derrotas previas de postemporada de Kershaw se habrían convertido en parte de una historia inspiradora sobre cómo su perseverancia ayudó a los Dodgers a poner fin a una sequía de campeonato de 29 años.

Por el contrario, la derrota del Juego 5 se convirtió en una prueba más de que el mejor lanzador de su generación estaba psicológicamente predispuesto a fallar en la postemporada.

El pensamiento se hizo presente en la mente de Kershaw, al menos hasta cierto punto. Después de que su aparición de alivio fallida contribuyó a la eliminación de los Dodgers de los playoffs en 2019, Kershaw admitió: “Todo lo que la gente dice es cierto en este momento sobre la postemporada”.

También estaba Kenley Jansen.

Jansen es el líder de salvaciones de todos los tiempos de la franquicia, pero la mayoría de los aficionados se han perdido un porcentaje significativo de sus heroicas actuaciones en la temporada regular debido al apagón televisivo de los Dodgers en toda la ciudad. Las personas solo recuerdan lo que ven y lo que vieron hacer a Jansen es desgarrador. Lanzó un salvamento en una derrota del Juego 2 en la Serie Mundial 2017 y fue el lanzador récord en la derrota del Juego 5.

Si Jansen hubiera logrado el último out de la Serie Mundial 2017, el momento lo habría convertido en uno de los relevistas más queridos, si no el más querido, en la historia de la franquicia. En cambio, fue castigado con abucheos la temporada pasada cuando sus habilidades iban de capa caída.

Y hubo otros.

Pero nadie fue afectado tanto como Darvish.

El lanzador derecho japonés se definió casi por completo en este país por su actuación en la Serie Mundial de 2017. Solo registró cinco outs en una derrota del Juego 3 en el Minute Maid Park. Hizo lo mismo en la derrota del Juego 7 en el Dodger Stadium.

Desde afuera, lo que sucedió parecía ser claro: Darvish se desvaneció bajo los reflectores. La percepción de que él era un jugador suave lo siguió a Chicago. En una miserable primera temporada plagada de lesiones con los Cachorros, la gerencia del equipo cuestionó si estaba realmente lesionado. (Lo estaba. Un examen de resonancia magnética en agosto mostró que desarrolló una reacción de estrés en su codo de su brazo derecho con el que lanza).

Había más en la historia.

El día del primer partido de postemporada de los Dodgers en 2018, Los Angeles Times publicó una historia de 5,494 palabras sobre el Juego 5 de la Serie Mundial del año anterior. Más de dos docenas de jugadores, entrenadores, ejecutivos y locutores fueron entrevistados para la pieza. Ninguno de ellos mencionó la posibilidad de que los Astros robaran señas.

La verdad surgió solo debido a una entrevista que el exlanzador de los Astros, Mike Fiers, le dio al Athletic.

A raíz de la confesión de Fiers, Darvish no ha mostrado interés en revisar los resultados, diciendo que aceptar su fracaso y superar su decepción es lo que lo convirtió en la persona que es hoy. Si bien expresó su agradecimiento por la forma en que los fanáticos de los Dodgers le enviaron mensajes a través de las plataformas de redes sociales para disculparse por la forma en que lo trataron, ha insistido en que tales gestos son innecesarios.

La gracia que Darvish ha exhibido le ha ganado una gran admiración. Pero independientemente de las cualidades dignas de alabanza que haya demostrado como persona, todavía no se lo conoce como campeón en el campo.

Los Astros se lo robaron cuando le robaron sus señales.

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