Las reformas del Dodger Stadium son la última obra maestra diseñada por Janet Marie Smith
El Dodger Stadium fue renovado antes de la temporada 2020, pero los fanáticos aún no han experimentado nada de eso. ¿Qué pueden esperar en 2021?
El 6 de agosto de 2012, a los tres meses de estar al servicio de los nuevos dueños de los Dodgers, el equipo hizo tres transacciones. Los Dodgers cortaron al jardinero Tony Gwynn Jr., llamaron al jardinero Jerry Sands y contrataron a la ejecutiva Janet Marie Smith.
Gwynn no volvió a jugar una temporada completa en las Grandes Ligas. Sands nunca lo hizo. Smith sigue aquí, y su última obra maestra para los Dodgers es solo el ejemplo más reciente de por qué debería ser incluida en el Salón de la Fama.
Smith es la principal diseñadora de parques de béisbol de Estados Unidos. Se dio a conocer en Baltimore, donde Larry Lucchino, entonces presidente de los Orioles, imaginó un parque de béisbol íntimo y de barrio.
“Fue al mismo tiempo que los Blue Jays construían la octava maravilla del mundo”, dijo Lucchino en una entrevista.
El estadio de Toronto, conocido como Skydome, se inauguró con bombo y platillo en 1989, con un techo retráctil que inspiraba asombro. Los Blue Jays promocionaron su nuevo hogar como “el mayor centro de entretenimiento del mundo”. Acertaron con la ubicación en el centro de la ciudad, pero se equivocaron con el concepto de multiuso, y ahora quieren irse.
Smith diseñó Camden Yards, que integró en su entorno un almacén en ruinas. Lucchino recordó que un columnista de Baltimore se burló del almacén como “una trampa de fuego vacía e infestada de ratas”, pero se convirtió en un elemento de diseño característico, tan querido que inspiró a los Padres de San Diego a incorporar el antiguo edificio de Western Metal Supply Co. al Petco Park.
Camden Yards se inauguró en 1992 y, de repente, todos los equipos querían uno igual: no una copia, sino una instalación exclusivamente de béisbol con sus propias características y peculiaridades.
“Los estadios de béisbol son diferentes a los de otros deportes”, dijo Lucchino. “Cada uno de ellos tiene una personalidad distintiva”.
Cuando los Bravos de Atlanta recibieron el estadio olímpico de esa ciudad en 1996, a Smith le llegó el encargo de convertirlo en un estadio de béisbol. Cuando los Medias Rojas de Boston quisieron renovar el Fenway Park para darle un segundo siglo de uso, Smith también obtuvo ese encargo, incorporando edificios de oficinas, instalaciones de lavandería e incluso espacio aéreo sobre una calle adyacente para ampliar un estadio de béisbol encajado en una cuadra.
“El segundo nombre de Janet”, dijo Lucchino, “es preservación”.
Eso la convirtió en la elección perfecta para los nuevos propietarios de los Dodgers. La renovación que los Dodgers dieron a conocer el miércoles es su segundo gran proyecto para el equipo, y uno que hará sonreír a los aficionados de los Dodgers - y exhalar.
El concepto de añadir una plaza de entrada al Dodger Stadium en el campo central no es nuevo. Nuestro viejo amigo Frank McCourt lanzó la idea antes de quedarse sin dinero: Quince acres de restaurantes y tiendas y un museo de los Dodgers, con oficinas del equipo y estructuras de estacionamiento.
La versión de Smith abarca dos acres y medio. Hace honor al sentido del lugar.
El Dodger Stadium es nuestro oasis en una colina, un escape del mundo cotidiano. No necesitamos que el Dodger Stadium sea un centro comercial, ni un centro de entretenimiento, ni una aldea urbana.
“Ya es suficiente”, dijo Smith. “Seguimos queriendo intimidad. Seguimos estando aquí para ver el partido y celebrar a los Dodgers”.
“No buscábamos crear un parque temático. Buscábamos crear el tipo de comodidades que tienen otros parques de béisbol, pero de una manera que respetara la arquitectura original del Dodger Stadium”.
Hay puestos de concesión y mesas de picnic, no restaurantes para sentarse. Hay un remolque Airstream convertido en un puesto de gorras de béisbol, un camión de helados vintage y un camión de bomberos azul de los Dodgers con grifos para limonada y cerveza.
Smith amplió el estilo de mediados de siglo del estadio, en lugar de ocultarlo en nombre de la modernización. Los colores del arco iris en la zona de asientos del club han vuelto, los carteles tienen la forma de los clásicos hexágonos de los marcadores del Dodger Stadium y un salón inspirado en Tommy Lasorda evoca las décadas anteriores a la música disco. Smith utilizó juguetonamente pelotas de playa en un motivo de iluminación, e incluso plantó dos pelotas naranjas del Union 76 en el terreno, como sorpresas nostálgicas para los aficionados que recuerdan la antigua gasolinera del estacionamiento del estadio.
En el suelo, fuera de la puerta del campo central, se han colocado marcas que indican dónde deben situarse los aficionados.
Ningún deporte une a las generaciones como lo hace el béisbol. En lugar de reunir artefactos en un edificio, los Dodgers aprovecharon su última renovación para crear lo que el presidente del equipo, Stan Kasten, llamó un “museo de historia del béisbol al aire libre”.
Los niños pueden utilizar las zonas de juego, situarse detrás del centro del campo y ver a los Dodgers hacer prácticas de bateo, entrar en una jaula para hacer sus propias prácticas de bateo y posar con una imagen virtual de su jugador favorito para hacerse una foto. A lo largo del recorrido, los padres pueden compartir la historia del equipo al pasar por la estatua de Jackie Robinson, las exposiciones en honor a Lasorda y Fernando Valenzuela, los carteles de la calle de la antigua sede de primavera de los Dodgers en Vero Beach, Florida, y las tarjetas de puntuación del locutor Joe Buck de las Series Mundiales de 2020.
En Baltimore, Smith reinventó la arquitectura de los estadios para la era moderna. En Boston, y de nuevo en Los Ángeles, su conservación y mejora evitó que dos de las franquicias más importantes del béisbol tuvieran que tomar una dolorosa decisión: ¿permanecer en un estadio venerado pero estrecho, o trasladarse a uno nuevo con servicios contemporáneos?
Los arquitectos que han entrado en el Salón de la Fama son arquitectos de equipos, no de estadios. Para Lucchino, y para Kasten, Smith merece ser llevada al Salón de la Fama.
“Tiene unas habilidades increíbles”, dijo Kasten. “Su trabajo es extraordinario. Más gente se está dando cuenta de ello, y estoy seguro de que el Salón de la Fama también lo hará”.
Los jugadores de béisbol van y vienen, pero pocos tienen el impacto duradero de Smith. Cuando Cooperstown reconozca la década en la que una franquicia orgullosa pero en bancarrota recuperó la gloria, los inducidos deberían ser Clayton Kershaw y Janet Marie Smith.
A look at the new changes awaiting fans returning to Dodger Stadium on Friday.
Para leer esta nota en inglés haga clic aquí.
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