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Columna: La NFL debería dejar de huir de su historia racial

Two Black players and white coach kneel in black-and-white photo
Woody Strode, left, and Kenny Washington with Rams coach Adam Walsh in 1946.
(Phil Bath / Los Angeles Times)

Fueron Kenny Washington y los Rams los que rompieron la barrera del color de la liga, un año antes de que Jackie Robinson y los Dodgers integraran las Grandes Ligas.

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Espere que se hable mucho del Super Bowl cuando los Rams de Los Ángeles se enfrenten a los Buccaneers de Tampa Bay en Los Ángeles el domingo. Primero, el mariscal de campo de los ‘Bucs’, Tom Brady, es básicamente sinónimo de Super Bowl, y su equipo es el campeón defensor. En segundo lugar, es una especie de anticipo, ya que L.A. acogerá el Super Bowl esta temporada, por primera vez desde 1993.

El gran partido de febrero no es solo una oportunidad perfecta para mostrar la joya de la corona, el estadio SoFi, de $5.000 millones, inaugurado hace un año. También es el momento y el lugar lógicos para que la liga corrija una injusticia histórica.

Corrección:

8:16 a.m. sept. 24, 2021Una versión anterior de este artículo declaró incorrectamente que Kenny Washington fue el primer jugador negro en firmar un contrato con la NFL. Fue el primero en la era moderna.

¿Cómo es posible que en la ciudad de Jackie Robinson y los Dodgers, el nombre de Kenny Washington no inspire absolutamente nada?

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¿Quién es Kenny Washington?

Bueno, en marzo de 1946 se convirtió en el primer jugador negro de la era moderna en firmar un contrato con la NFL. ¿El equipo? Los Rams de Los Ángeles.

Es una historia poco contada, sobre todo teniendo en cuenta que tanto Washington como Woody Strode, que firmó con los Rams dos meses después de Washington, fueron compañeros de equipo de Robinson en el programa de futbol americano de la UCLA. Aunque los Bruins retiraron el número de Washington y este está en el Salón de la Fama del Fútbol Universitario, no es ni de lejos tan celebrado por la NFL como lo es Robinson por la MLB y por la cultura estadounidense en general.

Y Washington incluso rompió la barrera del color un año antes que Robinson.

De hecho, en parte gracias al éxito de Washington y Strode, el presidente de los Dodgers de Brooklyn, Branch Rickey, decidió eliminar las barreras raciales en el béisbol y fichar a Robinson. Otros dos datos ayudaron: En 1946, Marion Motley y Bill Willis hicieron lo mismo con los Browns de Cleveland que entonces formaban parte de la All-America Football Conference.

Qué tremendo pedazo de historia, uno digno de celebrar por la liga deportiva más popular del país. ¿Qué mejor manera para que la NFL ponga un poco más de fuerza detrás de las palabras “acabar con el racismo” que rescatar las historias de estos cuatro hombres negros en el Super Bowl, durante el Mes de la Historia Negra, en la misma ciudad donde comenzó el viaje de la NFL para “acabar con el racismo”?

“Antes se podía narrar la historia de la NFL omitiendo este suceso, pero ya no”, dijo Keyshawn Johnson, antiguo jugador de la NFL, quien es coautor de un nuevo libro sobre Washington y los demás, “The Forgotten First”, con el columnista de fútbol americano del Newsday, Bob Glauber.

“Tiene que haber algún tipo de fecha en honor a estos cuatro hombres, de la misma manera que el béisbol tomó la decisión de tener el Día de Jackie Robinson”, consideró Johnson. “El comisionado y su equipo ciertamente deberían hacer algo”.

Kevin Demoff, director de operaciones de los Rams, dijo que cuando el equipo se trasladó a Los Ángeles, comenzó a trabajar con la familia de Washington para ayudar a promover su historia. Los Rams planean un evento hacia el final de esta temporada para conmemorar el 75º aniversario del fichaje de Washington por los Rams. “Creo que la historia de Kenny debería ser bien contada en la NFL y conocida por los jugadores, los equipos y todos los que aman el juego”, dijo. “Los cuatro jugadores deberían tener sus historias en alto”.

Entonces, ¿por qué no se conoce ya la historia de la integración del fútbol profesional?

“El fútbol no era tan popular como el béisbol cuando Kenny y Woody se unieron a los Rams”, dijo Glauber. “Simplemente no se le prestaba tanta atención. Pero el racismo al que se enfrentaban era real”.

“The Forgotten First” (Los primeros olvidados) es un relato bellamente escrito. Las entrevistas con los miembros de la familia, junto con los detalles de la política entre bastidores, hacen que el manuscrito deje de ser simplemente un libro de deportes para convertirse en uno que toca la complicada historia racial de Estados Unidos, así como la forma en que se desarrolla en la actualidad.

La luz que arroja es poco halagüeña.

“La integración de la NFL fue el punto más bajo de mi vida”, dijo Strode a Sports Illustrated. “No hubo nada agradable en ello. La historia no sabe quiénes somos. Kenny fue uno de los mejores backs de la historia del juego, y los niños de hoy no tienen ni idea de quién es”.

“Si tengo que integrarme al cielo... no quiero ir”.

Pasajes como ese son dolorosos de leer, especialmente sabiendo lo que sabemos sobre las siete décadas que siguieron. Solo el año pasado la franquicia de Washington, D.C., decidió dejar de utilizar un insulto racista como nombre del equipo.

Solo reconociendo los obstáculos se puede apreciar plenamente el avance. La NFL puede proporcionar ese foco de atención. Si la liga diera un paso en el relato de la integración, millones escucharían.

Glauber atribuye a Paul Brown, cofundador de los Browns de Cleveland la integración de esa liga: “Lo hizo con un propósito. No un propósito de derechos civiles, sino que quería el mejor equipo posible y deseaba fichar a los mejores jugadores posibles. Eso era todo”.

Resulta extraño, teniendo en cuenta lo descarada que es la NFL a la hora de promocionarse, que dude en reivindicar este importante momento de la historia. Tal vez sea porque la liga tendría que hablar de propietarios como George Preston Marshall, de quien “The Forgotten First” cita que dijo: “Empezaremos a fichar negros cuando los Harlem Globetrotters empiecen a fichar blancos”. Quizá la liga no quiera recordar a los aficionados que otros propietarios estaban de acuerdo con Marshall o, como señala el libro, eran cómplices.

Marshall, propietario del equipo de Washington, “básicamente dijo que no se podía jugar en Washington con jugadores negros”, según Jim Rooney, nieto del fundador y propietario de los Steelers, Art Rooney. “Mi abuelo, nuevo en la liga, siguió la norma que prevalecía allí, lo que ha admitido que fue el mayor error de su vida”.

El padre de Jim Rooney, Dan, dirigió el comité de diversidad de la NFL que ideó la “regla Rooney”, una política de la liga que obliga a los equipos a entrevistar a candidatos de minorías siempre que cubran un puesto de liderazgo.

La historia racial de la NFL es incómoda de contar, pues en ella se mezclan la vergüenza y el orgullo. Pero también es importante.

¿La liga quiere poner de su parte para “acabar con el racismo” y conmemorar a los pioneros ya olvidados? ¿Qué mejor lugar para empezar que el Super Bowl que se va a celebrar en la ciudad donde comenzó la integración de la NFL?

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