Julianna Peña, actual campeona de peso gallo de UFC, ya se prepara para enfrentar nuevamente a la que muchos creyeron que era una peleadora invencible: la brasileña Amanda Nunes.
Peña sacudió al mundo deportivo al lograr en diciembre pasado una victoria por sumisión en el segundo asalto durante la velada de UFC 259 en Las Vegas, Nevada. Desde ese entonces, Nunes (21-5) se separó de su equipo, American Top Team, y comenzará su propio gimnasio, de cara a una revancha, la cual probablemente será este verano.
Peña (11-4) frustró la sexta defensa de la brasileña en una noche que pocos creyeron lo que sus propios ojos estaban viendo cuando la peleadora estadounidense de origen mexicano y venezolano se puso al tú por tú ante una oponente que ya había noqueado sin piedad a peleadoras como Holly Holm, Cris Cyborg y Ronda Rousey.
En entrevista reciente con Los Angeles Times en Español, Peña expresó que no estaba conforme con su propia presentación, porque “sabía que podía dar una mejor pelea”, pero que obviamente estaba contenta con la victoria y el campeonato.
La ‘Venezuelan Vixen’ señaló que esperaba lanzar golpes al tú por tú contra la campeona, y que todo era parte del plan.
“Sabía que la única manera de pelear contra una gran golpeadora como ella es pelear fuego con fuego. Tienes que estar dispuesta a pararte en la caja e intercambiar con este tipo de peleadoras, y se necesita un grupo muy selecto que esté dispuesto a correr ese riesgo. Soy una de esas personas. Mientras que a algunas chicas les gusta bailar alrededor del ring y subirse a su bicicleta y bailar todo el tiempo. Yo nunca ha sido ese tipo de peleadora. Soy el tipo de peleadora que busca contacto con contacto”, indicó Peña.
La originaria de Washington dijo que el juego mental fue muy importante ante la brasileña.
“Sabía que la única manera de pelear contra una gran golpeadora como ella es pelear fuego con fuego. Tienes que estar dispuesta a pararte en la caja e intercambiar con este tipo de peleadoras, y se necesita un grupo muy selecto que esté dispuesto a correr ese riesgo. Soy una de esas personas”
— Julianna Peña sobre su estrategia para vencer a Amanda Nunes
“Debes tenerlo arriba. Muchas veces se puede reducir al aspecto mental. Podemos entrenar la misma cantidad. Podemos hacer la misma cantidad de trabajo. Podemos saber la misma cantidad de cosas. Pero si tu mentalidad no está en el punto, esa es la cosa número uno que puede matarte. Entonces, para mí, quiero asegurarme de que mi mente esté fuerte es algo muy importante. A veces digo que es como un 90% mental”, aseveró la monarca.
Peña también compartió que no celebró mucho la victoria, como lo han hecho otras campeonas en el pasado, debido a que no es su estilo y tampoco ha sido en el pasado una peleadora que “se ha casado con las victorias o derrotas”.
“Y es un poco grosero estar gritando por todos lados. Sé que a otras personas les gusta celebrar así. Simplemente nunca ha sido mi estilo. Definitivamente también creo que esperaba que ella diera más pelea”, expresó la peleadora de 32 años.
De acuerdo a Peña, está segura de que la próxima contienda en su carrera será la revancha.
“Estoy 100% segura de que nos vamos a enfrentar en la revancha. No veo ninguna otra pelea. Alguien dijo, bueno, ¿y si sube a 145 y toma una pelea más fácil y cabalga hacia el horizonte? Eso absolutamente no puede suceder. Ella tiene que pelear conmigo”, expresó la ganadora de The Ultimate Fighter en 2013, quien también cree que esa revancha será la pelea más grande en la historia de UFC en la rama femenil.
Sus raíces mexicanas
De acuerdo a Peña, su abuelo materno es originario del estado de Chihuahua en México y su mamá nació en Nuevo México. La campeona explicó que creció cerca de su familia mexicana debido a la proximidad con sus parientes maternos.
“Mi abuelo es mexicano, él es de México y mi abuela es mexicana y nativa americana. Entonces, los padres de mi mamá son mexicanos y mientras crecía no pude ver mucho del lado de la familia de mi papá ya que él es de Venezuela y crecí en el lado de la familia de mi mamá. Así que mi abuelo fue pastor durante 50 años y cada vez que íbamos a visitarlos íbamos a la iglesia, pero nos sentábamos en primera fila y su iglesia era todo en español, así que nos sentábamos allí durante más de una hora, 2 horas porque sus sermones duraban mucho. Y así, mientras crecíamos, comíamos un montón de tortillas de comida mexicana con cada comida, arroz y frijoles para todo. La música, sobre todo la música, toneladas de música. Mi papá nos despertaba por la mañana con música en español a todo volumen todos los días. Y definitivamente siento que estuve en contacto con mis raíces desde una edad muy temprana”.
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