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David Morrell recuerda el sacrificio que hizo al salir de Cuba; quiere retos más grandes como David Benavídez

El cubano David Morrell previo a su combate contra Kelvin Handerson.
El cubano David Morrell previo a su combate contra Kelvin Handerson.
(HANDOUT / Hossana Rull / iRull Fotos)

El boxeador cubano David Morrell recuerda el sacrificio que tuvo que hacer para abandonar Cuba y alcanzar sus sueños. Quiere un reto grande como el de enfrentar a David Benavídez.

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Con tan solo seis peleas en su récord como profesional desde que inició su carrera en 2019, muchas miradas han empezado a voltear hacia David Morrell por su eficacia en el cuadrilátero y por el poco tiempo que toma para acabar con sus rivales.

Cinco de sus victorias han llegado por la vía del nocaut, en una exhibición de potencia y rapidez. Aunque los nombres de sus rivales no son precisamente grandes como para lanzar bombos y platillos, ayudó haber derrotado y enviado al hospital en su penúltimo combate a Mario Cazares, quien acababa de vencer a Julio César Chávez Jr. por decisión en 2021.

Si bien Cazares tuvo un poco de atención, Morrell (6-0, 5 KOs) se encargó de robarle el show y continuar con una victoria sobre Alantez Fox en diciembre en el Armory, de Minneapolis, recinto en donde enfrentará el sábado (6 p.m. PT, SHOWTIME) a quien espera será su siguiente victima: Kalvin Henderson (15-1-1, 11 KOs).

Morrell estará arriesgando su título super mediano del AMB en el combate coestelar de la velada de Stephen Fulton contra Danny Román.

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De vencer a Henderson, las murmuraciones empezarían a sonar cada vez más fuertes entre un posible combate ante David Benavídez Jr., quien hace poco destruyó a David Lemieux e insiste en un combate con Saúl Álvarez. Sin embargo, Canelo parece se mantendrá ocupado en su trilogía ante Gennadiy Golovkin en septiembre y quizá irá por la revancha ante el ruso Dmitry Bivol.

El cubano ve todo eso como una buena oportunidad para enfrentar a Benavidez.

“Primero que todo sería una pelea que todo el mundo tendría mucho interés”, dijo el peleador de 24 años a LA Times en Español. “Tanto yo como él, como la afición cubana, la afición mexicana también, estamos esperando esta pelea. De mi parte, sería una manera de demostrar qué tipo de boxeador soy y el nivel en el que estoy”.

Benavidez se ha quejado en numerosas ocasiones que nadie en la división desea enfrentarlo, pero Morrell ha levantado el brazo para llevar a cabo un combate entre ellos.

“Le digo que ‘estoy dispuesto a pelear contigo’”, señaló Morell. “Ya después ya se puede ir a pelear con cualquiera, sea con Canelo Álvarez o con otro”.

Como muchas otras historias, Morrell abandonó su casa en busca en Cuba de un mejor futuro y cumplir el sueño de ser boxeador profesional y campeón mundial. Su trayecto para llegar a Estados Unidos no fue fácil y comenzó en 2017 cuando tomó la decisión más importante de su vida.

Morrell fue parte de un evento nacional en la isla en la que ganó una medalla de oro, convirtiéndose en la figura del equipo nacional, pero no obtuvo el apoyo que esperaba para ser parte del equipo olímpico. Esa desilusión hizo más fuerte su convencimiento de que debía probar suerte en tierras extranjeras.

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Al momento de su salida de Cuba, tuvo que dejar atrás a su padre, quien no alcanzó a ser parte del viaje.

“Mi papá desgraciadamente no alcanzó a montarse a la balsa y no pudo viajar con nosotros porque llegaron los oficiales de la frontera, pero mi hermano sí pudo y tuvimos que arrancar”, recordó Morrell. “Mi objetivo era llegar a este pueblo (Minneapolis) por avión y gracias a Dios se logró”.

Antes de llegar a su primera parada fue en México, en donde llegó en lancha y estuvo un año y medio tratando de solucionar su situación migratoria.

“Creo que llegué a Mérida”, recontó el boxeador. “Ahí obtuve mi residencia y las cosas que necesitaba para entrar a Estados Unidos con una visa B-1. Gracias a Dios después pude entrar con una visa P-1”.

Su padre sigue en Cuba, en una “mejor situación”, pues cuando Morrell y su hermano partieron, los oficiales fronterizos lo habían acusado de ser el orquestador de la salida de sus hijos de la isla de manera clandestina.

“Él no había organizado nada, eso lo hicimos todos”, explicó.

A pesar de no haber tenido la mejor de las infancias debido a la situación económica de su familia, Morrell dice extrañar a Santa Clara, que es la capital de la provincia de Villa Clara.

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Cuando chico, él disfrutaba jugar futbol, trompos, bañarse en el rio, sentarse en frente de la casa de sus amigos a escuchar música y molestar a su abuela, de quien se escapaba cuando lo llamaba de regreso a la casa a dormir.

“Le decía ‘ya voy, ya voy’ y me escapaba (risas)… Estoy orgulloso de ese tiempo por muchas cosas, por lo que me enseñaron mis padres, mis abuelos y es lo que tengo aquí [en el corazón]”, dijo orgullosamente Morrell. “Tengo dos hermanos menores en Magua… mi mamá fue padre y madre por un período de tiempo”.

Morrell inició en el boxeo más por la necesidad y porque vio una posible salida de Cuba. El deporte le permitió ver el mundo y su apuesta ya pagó dividendos… y aún le falta mucho más por alcanzar.

“No estaba acostumbrado a viajar y cuando lo hacía, veía como que ‘¿dónde estamos?’”, contó Morrell. “Cuando fuimos a Rusia, probé algo en el aeropuerto que quedé sorprendido porque nunca había probado algo así y quedé ‘guau’, pensando que era la mejor comida del mundo, pero ahora estando aquí… nada que ver. Es algo de lo que ahora te ríes, pero en realidad es triste que uno tenga que pasar por este tipo de cosas”.

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