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A medida que crece la pandemia de coronavirus, las ventas de armas están aumentando en muchos estados

David Stone closes a sale with a customer at Dong's Guns, Ammo and Reloading in Tulsa, Okla.
David Stone cierra una venta con un cliente en Dong’s Guns, Ammo and Reloading en Tulsa, Oklahoma.
(Ian Maule / For The Times)
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David Stone sacó una caja de cartón de municiones calibre .223 del estante y la deslizó sobre el mostrador, ofreciendo su argumento de venta: “Bienvenido a la mayor selección de municiones en todo Oklahoma”.

“No estoy seguro de poder seguir diciendo eso”, dijo Stone, explicando que el suministro de bienes en Dong’s Guns, Ammo and Reloading se ha agotado en los últimos días.

Boxes of ammo sits on shelves at Dong's Guns, Ammo and Reloading in Tulsa, Okla.
Cajas de munición en los estantes de Dong’s Guns, Ammo & Reloading en Tulsa, Oklahoma.
(Ian Maule / For The Times)
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“Cuando digo que las ventas han estado en auge”, dijo, “es un eufemismo”.

Las ventas de armas están aumentando en muchos estados de EE.UU, especialmente en los más afectados por el coronavirus: California, Nueva York y Washington. Pero también ha habido un repunte en las áreas menos afectadas, con algunos que compran armas por primera vez temiendo un desmoronamiento del orden social y varios propietarios de armas que temen que el gobierno pueda usar sus poderes de emergencia para restringir sus compras.

La tienda repleta de Stone comparte una pequeña franja de carretera con una iglesia, un cementerio y otra tienda de armas, y en los últimos días ha vendido varias armas de fuego a camioneros que viajan por la Interestatal 44 aquí en Oklahoma. Un camionero, que se dirigía a Arizona, compró $2.500 en armas de fuego y municiones, y otro, que se dirigía a Illinois, obtuvo $200 sólo en municiones.

“Tienes que estar protegido para todo tipo de cosas”, dijo Stone. “Parece que el mundo se ha vuelto loco”.

La fila en la tienda de armas Martin B. Retting en Culver City, el domingo, se extiende desde la puerta hasta la vuelta de la esquina.

En California, los posibles clientes formaron una larga fila afuera de la tienda de armas Martin B. Retting en Culver City el domingo, tal como lo hicieron otros sábados.

“Los políticos y las personas anti-armas nos han estado diciendo durante mucho tiempo que no las necesitamos”, manifestó John Gore, de 39 años, parte del grupo de clientes del sábado. “Pero en este momento, una gran cantidad de gente está realmente asustada y pueden tomar esa decisión por sí mismas”.

Ammo.com, un minorista en línea de municiones, también ha visto un aumento reciente en las ventas. Según la compañía, del 23 de febrero al 4 de marzo, las transacciones aumentaron un 68% en comparación con los 11 días anteriores al 23 de febrero, día en que Italia informó un brote importante del coronavirus que causa el COVID-19.

A customer shops at Dong's Guns, Ammo and Reloading in Tulsa, Okla.
Un cliente busca piezas para su pistola mientras compra en Dong’s Guns, Ammo and Reloading en Tulsa, Okla.
(Ian Maule / For The Times)

Algunos grupos de control de armas han expresado su preocupación por los niños que no van a la escuela durante las próximas semanas, lo que podría provocar la muerte de más pequeños y adolescentes en hogares con armas no aseguradas.

“La consecuencia involuntaria de estas compras inducidas por el pánico en respuesta a la pandemia de Covid-19 podría provocar un aumento trágico de muertes prevenibles por arma de fuego de los seres queridos que estas personas están tratando de proteger”, manifestó Kris Brown, presidente de la Brady Campaign to Prevent Gun Violence, en un comunicado el lunes.

La National Rifle Assn. y otros defensores de la 2da Enmienda han estado aplaudiendo el aumento en las ventas de armas de fuego, incluidas las armas automáticas. “No las necesitas hasta que las necesitas”, tuiteó Donald Trump Jr. el sábado.

Según varios informes, el aumento en las ventas de armas comenzó hace varias semanas en estados como Washington y California, e incluyó a un gran número de asiáticos estadounidenses, algunos temerosos de la reacción antiasiática por el coronavirus.

En Laguna Guns & Accessories en Elk Grove, al sur de Sacramento, el dueño de la tienda dijo que había visto una oleada reciente en su inventario, con muchos clientes asiáticos llegando a la tienda, pero otros clientes también. Durante la última semana en Elk Grove, una anciana murió de COVID-19 en un centro de atención para personas mayores, y el distrito escolar del área, uno de los más grandes de California, fue uno de los primeros que cerró el estado.

“Es pánico”, señaló George, el dueño de la tienda, quien sólo consentiría en usar su primer nombre.

Durante semanas, los clientes se han apiñado en Arcadia Firearm and Safety, una tienda de armas en el centro de la comunidad chino-estadounidense del sur de California. El dueño de la tienda, David Liu, dijo el domingo que era el día más ocupado que había visto en su vida, y no sólo por su clientela asiático-estadounidense.

“Son todos”, subrayó Liu, y agregó que sus principales proveedores han agotado existencias, lo que hace que sea imposible volver a realizar el pedido. “No es sólo California, es toda la nación la que ha comprado las existencias... Es como el papel higiénico”.

.45-caliber guns at Dong's Guns, Ammo and Reloading in Tulsa, Okla.
Varias armas calibre .45 están en una vitrina en Dong’s Guns, Ammo and Reloading in Tulsa, Okla.
(Ian Maule / For The Times)

Tres minutos antes del cierre de la tienda el domingo, Anna Carreras, en su primer compra de armas, era una de las clientas que quedaban esperando para ver qué inventario tenían aún.

“No es como un pánico activo, más bien es una preocupación por asegurarse de que todos estén preparados adecuadamente, yo, mi familia y amigos”, dijo. “Es mejor estar preparado y no necesitarlo a necesitarlo y no tenerlo”.

En Tulsa el domingo por la tarde, el chasquido de municiones atascadas dentro de las pistolas resonaron en las paredes de cemento de Dong. Docenas de personas, muchas de las cuales parecían completamente indiferentes ante las advertencias de quedarse en casa y practicar el distanciamiento social, entraron y salieron de la tienda.

Cuando un periodista se le acercó, un hombre se negó a responder preguntas si no podía obtener un apretón de manos. Cerca, otro hombre caminó por los pasillos en busca de un objetivo para su rifle.

Brandon Jay, de 37 años, dijo que su interés en la tienda de armas no tenía nada que ver con el coronavirus. Estaba ahí para protegerse de un vecino que ha hecho amenazas.

“Es la gripe 2.0”, expresó, sacudiendo la cabeza. “La gente tiene miedo de esto: es la gripe. Es algo inventado de las costas del país”.

Con siete casos confirmados de coronavirus y sin muertes, Oklahoma, a diferencia de California o Washington, no ha experimentado las actualizaciones hora por hora de la propagación de la pandemia. Aunque Jay es escéptico sobre los riesgos, dijo que lo alentó ver a más personas comprando armas.

“Si esta histeria está ayudando a la causa, entonces esto es genial”, exclamó. “Hay que armarse”.

A menos de una milla por una carretera de dos carriles desde Dong’s, Bryan Pratt agarró una pistola AR-15 de la parte trasera de su camioneta en el estacionamiento del Centro de Tiro 2A. Pratt, a quien le gusta disparar su arma de fuego por deporte la mayoría de los fines de semana, señaló que el estacionamiento estaba inusualmente lleno.

“No hay juegos deportivos”, consideró, “así que supongo que la gente quiere disparar”.

Pratt aseguró que aún no estaba preocupado por el virus, tal vez cuando haya más casos en el área, dijo.

“Todavía no llego a ese punto”, precisó, agarrando la caja de su arma y encaminándose hacia adentro.

Había reservado un carril por una hora y no quería perder el tiempo.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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