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OPINIÓN: Los latinos y el COVID o la juventud que necesita Estados Unidos

A pesar de los primeros indicios que mostraban que los latinos estaban resultando más afectados por el coronavirus, los datos de numerosos estados arrojan que no es así.
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Poco a poco se va conociendo de mejor manera, con datos más abundantes y precisos, el comportamiento de los efectos del COVID en los diferentes grupos étnicos en Estados Unidos. Una de las conclusiones más importantes es que los latinos no son especialmente afectados a pesar de que tienen menor acceso a servicios de salud e indicadores de diabetes, sobrepeso e hipertensión por encima del promedio nacional.

Como el primer estado de la unión americana que arrojó datos según raza y grupo étnico fue Nueva York y ahí en los primeros cortes de información, el porcentaje de los fallecimientos por COVID que correspondía a latinos era sensiblemente superior al que representan en la población de ese estado, muchos nos aventuramos a pensar que ese sería el caso en todo el país y que en función del poco acceso a servicios de salud y los indicadores mencionados, los latinos estarían sobrerrepresentados en el número de decesos. Para decirlo de manera más simple, habría más muertes de latinos que los que uno esperaría, pues bien, no es el caso. Hay menos.

Si el COVID provocara decesos sin distinguir raza o grupo étnico, debería haber en porcentaje, tantas muertes de un grupo específico como el peso que tiene ese grupo en la población. Es decir, si por ejemplo la población afroamericana representa el 13% de la población total, se esperaría que el 13% de los fallecimientos por COVID fuera de afroamericanos. Al 30 de abril, 38 de los 50 estados, los más grandes, reportan las muertes asociadas al COVID según grupo étnico.

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El APM Research Lab sistematizó la información que hasta ese día se tiene. Sin duda el grupo más perjudicado es el de los afroamericanos que representan el 13% de la población, pero el 27% de los fallecidos por COVID pertenecen a ese grupo y en algunos estados como Michigan, casi triplican el porcentaje que representan.

La comunidad latina, contrariamente a lo que se esperaba, salvo en los estados de Nueva York y New Hampshire, el porcentaje de las muertes de latinos está por debajo del porcentaje de la población que es latina. En los 38 estados mencionados, los hispanos representan el 19% de la población y el 16% de los decesos. En Nueva York los latinos son el 19% de la población, pero el 26% de los fallecidos.

Si tratamos de analizar esos datos, pero referidos sólo a la parte de los hispanos que son de origen mexicano (que aún no son reportados con ese nivel de desagregación por las autoridades de salud de los estados), encontramos datos interesantes. Tomemos estados en los cuales la comunidad hispana es abrumadoramente mexicana (que no es el caso de NY por cierto) como California o Texas. En el primero de esos estados los latinos representan el 39% de la población y el 34% de los fallecidos por COVID mientras que, en Texas, los hispanos representan el 40% de la población y el 26% de los decesos.

¿Es posible concluir que los latinos y en especial los mexicanos son más resistentes al COVID? ¿AMLO tiene razón cuando dice (o decía) que somos más resistentes? ¿por lo menos en lo que a decesos se refiere? Desafortunadamente los datos de los que se dispone no permiten una conclusión de esa naturaleza. Menos aún las afirmaciones que alegremente formula el gobernador de Puebla al decir que el COVID sólo les da a “los ricos”.

Quizá la respuesta está en la edad de los hispanos, ya que se trata de un grupo poblacional sensiblemente más joven. Particularmente en el caso de los mexicanos. La comunidad de origen mexicano tiene una edad promedio de 30 años mientras que los afroamericanos tienen una edad promedio de 36 años y los blancos no hispanos de 42 años.

Los datos, que debemos tener a la mano para cuando empiecen las descalificaciones de esta comunidad, dicen más cosas. Por ejemplo, que aún sin darles el mismo acceso a los servicios de salud (son la población que menor acceso tiene), los hispanos requieren menos de esos servicios.

Que como sucede en tantos otros temas, los hispanos aportan más a la sociedad estadounidense que lo que reciben de ella, que por su juventud representan el futuro de Estados Unidos y que lo que más le conviene a esta sociedad, pensando de manera egoísta, en su agenda, no por razones humanitarias, sino estrictamente de conveniencia, es una comunidad hispana sana, con acceso a servicios de salud y con oportunidades de desarrollo, porque al final ahí estarán cuando la crisis pase. Para ayudar a recuperar lo perdido.

* Jorge Santibáñez es presidente de Mexa Institute

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