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Tanto la izquierda como la derecha se apresuran a culpar a los extremistas externos por la violencia en las protestas

A demonstration in Minneapolis turned violent
Una manifestación en Minneapolis se volvió violenta.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)
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Billy Williams, el principal fiscal federal en Oregón y designado por el presidente Trump, tiene pocas dudas de quién está detrás de la violencia y la destrucción que ha acompañado las protestas nacionales contra el racismo por parte de la policía: el movimiento ultraizquierdista conocido como “Antifa”.

“En algún momento durante cada protesta en diferentes ciudades, la policía ha notado un esfuerzo más organizado”, dijo el lunes durante una conferencia de prensa en Portland. “Los manifestantes se despliegan y participan con el mismo tipo de conducta criminal”.

Jo Ann Hardesty, quien el año pasado se convirtió en la primera mujer negra en servir en el Concejo Municipal de Portland, también culpa a los intrusos: el grupo de odio ultraderechista Proud Boys.

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“Permitimos a los nacionalistas y supremacistas blancos infiltrarse en nuestras protestas pacíficas... y luego crear caos y daño en nuestra comunidad”, manifestó en una grabación de video publicada el martes. “Debemos hacer que esto pare”.

A medida que las ciudades se tambalean y Trump amenaza con desplegar a los militares, las figuras de todo el espectro político se han apresurado a defender a sus propios ciudadanos identificándolos como manifestantes pacíficos mientras acusan a los externos de fomentar los disturbios.

Pero han presentado poca evidencia para respaldar sus acusaciones, y como mucho en la política altamente polarizada de esta época, la mayoría de las personas ven lo que quieren ver.

Por un lado se dice que hombres blancos y violentos se están presentando en manifestaciones con mochilas llenas de rocas, tubos y otros proyectiles, con el objetivo de desacreditar al movimiento de masas contra la brutalidad policial y obtener apoyo para su propia agenda racista. Por otro lado, la administración Trump y sus partidarios dicen que la violencia está siendo perpetrada por anarquistas que buscan sembrar el caos y desestabilizar al gobierno.

Pero la evidencia disponible públicamente para ambas perspectivas sigue siendo anecdótica, como un incidente del lunes por la noche en el Centennial Olympic Park en Atlanta.

Terrance Holt, un hombre negro de 27 años, estaba de pie en medio de una pequeña multitud de manifestantes en su mayoría negros cuando una roca voló por el aire y aterrizó a pocos metros de la larga fila de miembros de la Guardia Nacional de EE.UU.

Cuando la multitud se dispersó, los manifestantes identificaron al lanzador de rocas como un hombre blanco solitario con jeans oscuros, chaqueta oscura, gorra de béisbol y mascarilla.

“Amigo, estamos aquí tratando de encontrar una mejor manera, y tú estás intentando comenzar el caos”, gritó Holt al hombre, que salió del parque.

Terrance Holt, trabajador metalúrgico y boxeador de 27 años, se enfrenta a un hombre blanco en el centro de Atlanta, quien dijo que arrojó una piedra cuando una multitud de manifestantes se enfrentaron a la Guardia Nacional.

Las imágenes de televisión de alborotadores que rompen ventanas y saquean víveres, ropa, bicicletas y cualquier otra cosa que puedan tomar sugieren un oportunismo económico en lugar de motivos políticos.

En algunos casos, las acusaciones de interferencia externa se contradicen con los registros de quién ha sido arrestado en los últimos días.

En Minnesota, el gobernador demócrata Tim Walz expuso el sábado que grupos bien organizados entrenados en tácticas de guerra urbana fueron responsables de incendios provocados, saqueos y disparos contra policías y bomberos. El alcalde de Minneapolis, Jacob Frey, comentó que los autores no eran residentes de Minneapolis.

“Vienen en gran parte de fuera de esta ciudad, de fuera de la región, para aprovecharse de todo lo que hemos construido en las últimas décadas”, manifestó.

Pero Walz se vio obligado a enmendar su declaración después de que comenzó a quedar claro que más locales habían sido arrestados de lo que se había dado cuenta.

Un extraño que llamó la atención de las autoridades fue Matthew Lee Rupert, quien viajó desde Illinois a las protestas de Minneapolis y fue acusado el lunes de desorden civil, por disturbios y posesión de dispositivos destructivos no registrados.

Según una declaración jurada presentada por un agente del FBI, parte de la evidencia contra Rupert proviene de un video en vivo de dos horas donde saquea negocios, parece encender un edificio en llamas y distribuye explosivos y alienta a los manifestantes a tirarlos a los policías.

“Una explosión se escucha en el video, y Rupert gritó repetidamente: ‘Buen disparo muchacho’”, expuso el agente.

En Atlanta, la alcaldesa Keisha Lance Bottoms dijo que personas de fuera del área metropolitana encendieron la violencia durante tres noches de protesta. Aproximadamente 400 individuos han sido arrestados, principalmente por conducta desordenada y violaciones del toque de queda. Pero según el Atlanta Journal-Constitution, la mayoría de las 82 personas cuyos nombres han sido revelados son del área metropolitana.

En Washington, D.C., el alcalde Muriel Bowser comentó el lunes en una conferencia de prensa que la ciudad había contactado a activistas de la comunidad para obtener información que pudiera ayudar a obstaculizar la violencia.

“Estamos trabajando con toda nuestra inteligencia para descubrir quién ha venido desde fuera aquí”, dijo.

Los grupos extremistas tienen un historial de viajes para provocar problemas. Miembros de Proud Boys, que el Southern Poverty Law Center ha designado como una organización de odio, han viajado a Portland en los últimos años y se han enfrentado repetidamente con activistas Antifa enmascarados y vestidos de negro.

Pero Joe Biggs, organizador del grupo de extrema derecha a quien se contactó por teléfono el lunes en su casa de Daytona Beach, Florida, dijo que el grupo estaba evitando las protestas actuales y negó que sus miembros tuvieran algún papel en la violencia.

Biggs atribuyó el saqueo a los delincuentes de ninguna franja política particular.

“La gente mala existe”, comentó. “Lo que realmente quieren es un nuevo televisor de pantalla plana de 72 pulgadas”.

Antifa es un movimiento poco organizado cuyos seguidores dicen que no hay una lista de miembros o una estructura de liderazgo formal. Trump escribió en un tuit el domingo que Estados Unidos designaría a Antifa una organización terrorista, aunque no está claro que eso sea legal.

Contactado por teléfono el lunes, un hombre que habla por el grupo en el área de Portland pero oculta su identidad negó que Antifa haya estado involucrado en la violencia durante las protestas. También señaló que los activistas no habían visto una participación significativa de los grupos de extrema derecha.

Entre una multitud de miles de personas que protestaron el martes en los escalones del Capitolio de Minnesota en St. Paul había una latina de 33 años de Nueva York que dijo que apoya a Antifa y pidió que la identificaran sólo por su primer nombre, Stina.

Ella dijo que Antifa no es un grupo terrorista y que el saqueo puede tener un propósito político.

“En lugar de llamarlo ‘saqueo’, podríamos llamarlo ‘reclamar’”, manifestó. “Hablemos de reparar. Tan pronto como nos demos cuenta de que el racismo es un pilar del capitalismo, podemos llegar a alguna parte”.

Edward Maguire, profesor de criminología en la Universidad Estatal de Arizona, expuso que la idea del agitador externo o los manifestantes profesionales ha sido durante mucho tiempo una narración exagerada impulsada por funcionarios y políticos locales para minimizar el nivel de conflicto real dentro de una comunidad.

“Hay gente de derecha que culpa a la izquierda y gente de izquierda que culpa a la derecha, y nada de eso es útil”, enfatizó. “Todo es divisivo y dañino”.

“Hay muchas personas locales involucradas en estas protestas, y necesitamos elaborar nuestra respuesta a ellas. Es un tanto conveniente simplemente culpar a los agitadores externos”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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