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Los apagones en Texas demuestran que la red eléctrica no está preparada para el cambio climático

A woman wrapped in a blanket crosses the street near downtown Dallas
Una mujer envuelta en una manta cruza la calle el martes cerca del centro de Dallas. Las temperaturas cayeron a un solo dígito, y la nieve cerró el transporte aéreo y las tiendas de comestibles.
(LM Otero / Associated Press )
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Cuando unos cientos de miles de hogares y negocios de California se quedaron sin electricidad durante varias horas el verano pasado, el senador de Texas, Ted Cruz, escribió que el Estado Dorado “ahora no puede realizar ni siquiera las funciones básicas de la civilización, como tener electricidad confiable”.

Lo que han experimentado los texanos en los últimos días fue mucho peor.

Más de 4 millones de hogares y empresas vieron cómo se cortó la electricidad debido a que una poderosa ola de frío envió las temperaturas a un dígito, lo que aumentó la demanda de calefacción y, al mismo tiempo, congeló gran parte de la infraestructura energética que normalmente mantendría a la gente caliente. Los apagones continuos comenzaron en las primeras horas del lunes por la mañana y continuaron hasta el martes por la noche.

Se informó que al menos 20 personas murieron en incidentes relacionados con tormentas en la mitad este del país, incluidos varios en Texas, y los expertos dijeron que era casi seguro que el número de muertos aumentaría. El condado de Harris, hogar de Houston, informó cientos de casos de intoxicación por monóxido de carbono, cuando las personas intentaban mantenerse calientes usando generadores portátiles o haciendo funcionar sus autos en interiores.

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Pero a pesar de todas las diferencias entre los eventos en Texas y los apagones continuos, pero más limitados de California el año pasado, hay una lección en común: los eventos meteorológicos extremos se están volviendo más frecuentes y severos a medida que empeora la crisis climática. Y la red eléctrica de Estados Unidos no está preparada para manejar las tormentas de calor más calientes, las olas de frío más heladas y los huracanes más fuertes de un planeta cambiante.

“Va a estar mal”, señaló Ed Hirs, economista energético de la Universidad de Houston.

Además del desafío, los esfuerzos para fortalecer la infraestructura existente contra el clima extremo no serán suficientes.

La mayor parte de la energía del país proviene del carbón, el petróleo y el gas natural, los mismos combustibles que impulsan el cambio climático. La red del futuro deberá ser alimentada principalmente por fuentes de electricidad sin carbono, como la solar y la eólica, y tendrá que reconstruirse de arriba a abajo, sin interrumpir aún más el suministro de energía, será un delicado acto de equilibrio.

California y Texas ofrecen una vista previa de los riesgos y las posibles soluciones.

En Texas, algunos escépticos del cambio climático culparon de los apagones continuos a las turbinas eólicas congeladas. La junta editorial del Wall Street Journal utilizó la emergencia para argumentar que la red eléctrica del país “se está volviendo menos confiable debido a la creciente dependencia de la energía eólica y solar, que no pueden proporcionar energía las 24 horas del día, los siete días de la semana”.

El ganado pasta entre las turbinas eólicas cerca de Stanton, Texas.
(Brandon Thibodeaux / New York Times)

El Consejo de Confiabilidad Eléctrica de Texas, que opera la red eléctrica en la mayor parte del estado, contó una historia diferente.

Los datos de ERCOT mostraron que los parques eólicos generaron menos electricidad en general de lo que el operador de la red hubiera esperado durante una ola de frío, aunque en ocasiones superaron las expectativas. Pero las fuentes de energía que tuvieron un desempeño inferior en la escala más grande fueron las plantas de carbón y gas que tenían equipos congelados, o que no podían obtener suficiente combustible en el sitio debido a que las operaciones de perforación y las tuberías tenían dificultades para funcionar correctamente. En un momento, 34 gigavatios de energía estaban desconectados, más de un tercio de la capacidad de generación del estado.

Los precios mayoristas de la electricidad subieron más de un 10,000% el lunes, a medida que escaseaban los suministros de energía.

“Si creemos que el cambio climático está alimentando estos eventos, no podemos seguir haciendo más de lo mismo, o estaremos en el mismo barco en un futuro no muy lejano”, comentó Joshua Rhodes, investigador de energía en la Universidad de Texas en Austin.

Es un barco en el que los tejanos que perdieron energía durante las últimas 48 horas no tienen deseos de volver a abordar.

En Austin, Lezli Regis, de 42 años, quedó atrapada por la tormenta en su apartamento de una habitación con su hijo, Theo, de 9 años y sus tres gatos, con todos los caminos circundantes intransitables. El sábado intentó ir a trabajar a la clínica veterinaria que administra, pero tuvo que dar la vuelta. Se quedó sin electricidad y agua caliente al comienzo de la tormenta y la mayor parte del contenido de su refrigerador se echó a perder.

Para el martes, se estaba quedando sin comida.

“Podríamos empezar a comer comida para gatos, porque literalmente no hay nada más”, señaló.

Texas no fue el único estado que tuvo escasez de energía en medio de la tormenta. Southwest Power Pool, que supervisa la red eléctrica en partes de 14 estados desde Luisiana hasta Montana, también ordenó cortes rotativos el lunes y martes.

Pero Texas ha sufrido los peores apagones y los residentes han expresado su frustración en las redes sociales, muchos han pedido ayuda a ERCOT, el gobernador Greg Abbott y los senadores Cruz y John Cornyn. Algunos tejanos escribieron que estaban luchando por cuidar a los recién nacidos y a los bebés sin electricidad ni calefacción. A otros les preocupaban los asilos de ancianos, que habían estado sin electricidad durante la noche.

Vanessa Daniel, una veterana del ejército de los Estados Unidos, se refugió con su hijo de 11 años en su casa de Killeen, donde se quedaron sin electricidad y con un refrigerador lleno de comida debido a la tormenta. Daniel, de 32 años, dijo que estaba preocupada por los vecinos ancianos y los que tenían bebés, así como por un centro de calentamiento cercano donde podría propagarse el coronavirus.

“Es increíblemente descuidado por parte de nuestros líderes dejar a la gente sin energía durante días”, comentó.

Austin, Texas, está cubierta de nieve el 15 de febrero de 2021,
Austin, Texas, está cubierta de nieve el 15 de febrero de 2021, después de que una tormenta dejara caer varios centímetros de nieve en la ciudad.
(Tamir Kalifa / New York Times)

Si bien el aumento de las temperaturas globales es la consecuencia más conocida de la quema de combustibles fósiles, también existe creciente evidencia científica que vincula este tipo de olas de frío en el centro del país con las condiciones de rápido calentamiento en el Ártico.

Si bien los mecanismos exactos que subyacen a esos vínculos aún no están claros, la simple realidad es que el calor, el frío y los huracanes están “todos en la misma cubeta”, indicó Jennifer Francis, científica principal del Woodwell Climate Research Center en Massachusetts.

“A medida que básicamente continuamos vertiendo nuestros productos de desecho de la quema de combustibles fósiles en la atmósfera y aumentamos el espesor de la capa de invernadero alrededor de la Tierra, estamos cambiando el sistema climático de muchas maneras”, señaló Francis. “Los eventos extremos de muchos tipos serán más frecuentes, más intensos y más duraderos”.

El grupo de investigación sin fines de lucro Climate Central analizó datos federales el año pasado y descubrió que huracanes, incendios forestales, tormentas de calor y otros eventos climáticos extremos causaron un 67% más de cortes de energía en los Estados Unidos durante la década que terminó en 2019, que durante la década previa.

El cambio climático fue un factor en los apagones de California en agosto pasado; los funcionarios dijeron que el estado experimentó cuatro de los cinco días más calurosos de agosto en los últimos 35 años. Los récords de temperatura se rompieron en todo el oeste, lo que limitó la capacidad de la entidad para compensar su déficit energético importando electrones de otros estados. La energía se necesitaba en otra parte.

Al mismo tiempo, el calentamiento global por sí solo no obligó a apagar las luces. Los funcionarios estatales atribuyeron parte de la culpa a su propia mala planificación, incluida la falta de obligar a las empresas de servicios públicos a construir suficiente infraestructura de energía limpia que pueda alimentar la red cuando los paneles solares dejan de generar suministro cada noche, como baterías de iones de litio o plantas de energía geotérmica.

A diferencia de California, que tiene como objetivo la electricidad 100% respetuosa con el clima para 2045, Texas no tiene requisitos para eliminar gradualmente los combustibles fósiles.

Pero a pesar de todo el poder político y económico que las compañías de petróleo y gas todavía ejercen en Texas, y por todo el tiempo que Cruz y algunos otros conservadores pasan criticando las energías renovables, esta entidad obtuvo el 23% de su electricidad de turbinas eólicas el año pasado.

Casi dos tercios de la energía de Texas proviene de combustibles fósiles, en comparación con solo un tercio en California. Pero todavía hay mucho espacio para que Texas desarrolle sus industrias eólica y solar, y los expertos dicen que puede hacerlo mientras se prepara mejor para el clima extremo.

Por un lado, el estado opera la mayor parte de su red energética como una isla separada del resto del país, con pocas conexiones a los dos principales sistemas eléctricos que unen a la mayoría de los 48 estados más bajos. Concebido originalmente como un medio para evitar la regulación federal de los mercados energéticos de Texas, el aislamiento actual significa que ERCOT tiene una capacidad relativamente limitada para importar suministros de otros estados.

“Hay mucho exceso de energía en este país, pero simplemente no tenemos los cables de extensión para traerlo aquí”, comentó Rhodes.

Líneas de transmisión eléctrica a lo largo de un
Líneas de transmisión eléctrica a lo largo de un corredor de energía cerca de la subestación Vincent de Southern California Edison al norte de Los Ángeles.
(Gary Coronado / Los Angeles Times)

También podría haber beneficios climáticos al construir más líneas eléctricas para conectar Texas con otras partes del país, principalmente al facilitar el acceso a la energía solar y eólica lejana. Los investigadores dicen que es más fácil y más barato reducir las emisiones que calientan el planeta en las redes eléctricas más grandes, porque incluso si está nublado en algunos lugares, generalmente hace sol y viento en otros.

La construcción de viviendas mejor aisladas podría ser otro cambio importante.

En las regiones del noreste y de los Grandes Lagos, las casas se construyen típicamente para retener el calor durante temperaturas cercanas a cero. No es así en Texas, donde los períodos cálidos, en lugar de los períodos fríos, suelen ser la mayor preocupación.

Mejorar edificios con paredes más gruesas, ventanas colocadas estratégicamente y otras medidas de eficiencia energética salvaría vidas, protegería a las personas que no pueden pagar facturas de energía más altas y reduciría la necesidad de gastar grandes sumas de dinero en expandir la red eléctrica, señaló Emily Grubert, una científica e ingeniera de Georgia Tech. Pero los programas de “climatización” que ayudan a las personas con los costos iniciales de esos arreglos deben mejorarse, agregó, porque a menudo excluyen a quienes más los necesitan.

“Quizás el edificio esté declarado como inhabitable, o hay agujeros en el techo, o en las paredes que terminan haciendo que estos edificios no sean elegibles para los programas de apoyo, porque se considera que está en tan mal estado que no vale la pena invertir en él”. Grubert agregó. “Los programas no le permiten gastar dinero en reparaciones, solo actualizaciones”.

La energía solar en la azotea combinada con baterías es otra posible respuesta para los tejanos y los californianos que buscan mantener las luces encendidas.

En el suburbio de Sugar Land en Houston, el martes, Mark LeClair, de 43 años, estaba tratando de detener los daños causados por la tormenta en su cocina, donde una tubería estalló incluso después de que la envolvió en aislamiento. Trabaja de forma remota para una empresa de construcción con sede en California, administrando software y recuerda haber tenido que trabajar durante los apagones de la entidad en agosto. Nativo de Texas y republicano de toda la vida, atribuye al petróleo y al gas el impulso de la economía del estado. Pero dijo que los apagones de esta semana lo llevaron a instalar paneles solares en su casa.

“Necesitamos avanzar hacia la energía sostenible”, señaló.

Cruz no está de acuerdo. Durante la emergencia de la red de California el verano pasado, escribió que Joe Biden, Kamala Harris y la diputada Alexandria Ocasio-Cortez (demócrata de Nueva York), una de las principales defensoras del Green New Deal, “quieren que la fallida política energética de California sea el estándar a nivel nacional”.

Con el presidente Biden prometiendo lograr un 100% de energía limpia para 2035, y con la energía solar y eólica como las fuentes de electricidad más baratas en la mayor parte del mundo, el país ha decidido avanzar. La pregunta clave es si los legisladores como Cruz están dispuestos a ser creativos para que funcione o si duplicarán una red energética que ya está comenzando a fallar.

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