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Clan Manson: ¿saldrán alguna vez de prisión los miembros que quedan vivos?

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Con la muerte de Charles Manson, el próximo capítulo de la saga de su clan involucrará a Leslie Van Houten, una de los varios seguidores de Manson que todavía están vivos y en prisión, y que periódicamente se presentan para una revisión de la libertad condicional, aunque a ninguno se le ha concedido.

Van Houten, quien fue declarada culpable junto con otros miembros del culto por los homicidios de Leno y Rosemary LaBianca en 1969, recibió la libertad condicional en septiembre pasado por parte de un panel de comisionados estatales, en Chino. Era la vigésimo primera vez que la detenida, de 68 años, comparecía ante un consejo de libertad condicional, y la segunda que los comisionados la encontraban apta para la liberación.

Debra Tate, hermana de Sharon Tate, una de las víctimas del clan Manson, expresó su preocupación por la liberación de Van Houten. “Es importante que la gente sepa que se trata de individuos que todavía son monstruos brutales, capaces de cometer crímenes atroces”, afirmó a ABC News. “Aunque he perdonado, no he olvidado, y creo que es muy importante que permanezcan exactamente donde están hasta que mueran”.

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“Charlie puede haber muerto, pero los que todavía están vivos son quienes perpetraron todo; dependía de sus imaginaciones las cosas brutales que irían a hacer”, agregó Tate. “Extrañamente, los veo como individuos mucho más peligrosos”.

El gobernador Jerry Brown ahora decidirá si libera a Van Houten después de más de cuatro décadas en prisión. El año pasado, Brown rechazó su libertad condicional y concluyó que Van Houten, la más joven de la llamada ‘familia Manson’, plantea “un peligro irrazonable para la sociedad si sale de la cárcel”.

Sus abogados argumentaron durante mucho tiempo que ella tenía sólo 19 años cuando participó en los crímenes y que ha sido una prisionera modelo. Pero las familias de las víctimas, los fiscales y otras personas se opusieron firmemente a su liberación.

Esta exreina de homecoming de Monrovia no participó en los asesinatos -el 9 de agosto de 1969- de Sharon Tate, la esposa embarazada del director de cine Roman Polanski, y otras cuatro personas en la casa de Benedict Canyon que Tate alquilaba. Pero al día siguiente fue parte del grupo que irrumpió en la vivienda de los LaBianca, en Los Feliz. Mientras Charles “Tex” Watson apuñalaba a Leno LaBianca, Van Houten y otra mujer sujetaban a la esposa de éste, Rosemary.

Después de que Watson apuñalara a Rosemary LaBianca con una bayoneta, le entregó un cuchillo a Van Houten. Ella testificó que apuñaló a Rosemary en la espalda al menos 14 veces más. La sangre de las víctimas se usó para garabatear mensajes en las paredes, tal como se había hecho en la casa de Benedict Canyon.

Van Houten, Manson y otros tres fueron condenados y sentenciados a muerte, pero después de que la Corte Suprema de California anulara la pena capital, sus condenas fueron conmutadas por cadena perpetua.

Un tribunal de apelaciones revocó la condena de Van Houten en 1976, y un segundo juicio al año siguiente finalizó sin que el jurado alcanzara un acuerdo. En su tercer proceso, en 1978, fue condenada por dos cargos de asesinato y un cargo de conspiración y sentenciada a siete años de prisión perpetua. A partir de 1979, Van Houten se presentó regularmente ante el consejo de libertad condicional.

En los últimos años, sus abogados la caracterizaron como reclusa modelo, que obtuvo una licenciatura en literatura inglesa y una maestría en humanidades mientras organizaba grupos de autoayuda para mujeres encarceladas.

En una audiencia de la junta de libertad condicional durante 2002, Van Houten afirmó que estaba “profundamente avergonzada” de lo que había hecho, y agregó: “Tomo en serio no sólo los asesinatos, sino también lo que me hizo estar disponible para alguien como Manson”.

Otra seguidora de Manson, Patricia Krenwinkel, fue declarada culpable de siete cargos de homicidio, incluido el de apuñalar a los LaBianca hasta causar el deceso y escribir “muerte a los cerdos” en la pared, con sangre de las víctimas. A Krenwinkel se le negó repetidamente la libertad condicional. Susan Atkins, también miembro del clan, murió en prisión en 2009.

Traducción: Valeria Agis

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí

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