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California podría ser el primer estado en proteger a los negros de la discriminación hacia su cabello natural

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Kari Williams ha trabajado para hacer de su peluquería natural un refugio para los angelinos negros, incluidos aquellos que se han sentido presionados para cambiar sus peinados en pos de conservar un trabajo.

Algunos clientes le han pedido que corte sus locs (abreviatura en inglés de dreadlocks, o rastas) porque sus jefes las consideraban inaceptables. Otros no habían usado su cabello al natural en tanto tiempo que olvidaron cómo lucía. Es por eso que Williams está feliz con una legislación estatal propuesta, que haría de California el primer estado en proteger a los empleados negros de la discriminación por sus peinados.

“Esto es importante para mí, como mujer negra”, afirmó Williams, propietaria de Mahogany Hair Revolution, un salón de belleza en Beverly Hills. “El color de nuestra piel y nuestro cabello fueron usados para seguir privándonos de nuestros derechos”.

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La Ley CROWN, que fue aprobada en el Senado estatal en abril y podría ser votada en la Asamblea estatal este jueves, prohibiría las políticas que castigan a los empleados y estudiantes negros por sus peinados. Sus partidarios explican que el acrónimo en inglés del proyecto de ley refleja su intención: crear un lugar de trabajo respetuoso y abierto para el cabello natural.

De ser aprobada por la Legislatura y promulgada por el gobernador Gavin Newsom, la norma protegería legalmente a las personas en los lugares de trabajo y las escuelas públicas K-12 al prohibir las políticas de aseo que afecten de manera desproporcionada a las personas de color, especialmente a aquellos de raza negra. Esto incluye las restricciones a ciertos peinados, como afros, trenzas, torcidos (twists), trenzas africanas (cornrows) y rastas.

La senadora Holly Mitchell (D-Los Ángeles) propuso la medida después de que Chastity Jones, una mujer negra de Alabama, solicitó a la Corte Suprema la revisión de su caso, en 2018. Jones alegó que había perdido una oferta de trabajo por negarse a cortar sus rastas.

En California, los funcionarios escolares de Fresno y sus alrededores han enviado a estudiantes negros a sus hogares debido a sus rizos y cabezas rapadas. La Administración de Seguridad del Transporte (TSA) también comenzó a aplicar nuevas medidas después de enfrentar denuncias de “inspecciones de cabello innecesarias, irrazonables y racialmente discriminatorias” de mujeres negras en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles.

A nivel nacional, empleados negros han presentado varios juicios, alegando la pérdida de empleos y discriminación en sus lugares de trabajo debido al cabello.

La Ley CROWN extendería las protecciones contra la discriminación en la Ley de Vivienda y Empleo Justos y en el Código de Educación de California, para incluir la textura y los estilos del cabello. También enmendaría los códigos del gobierno de California y de educación para proteger contra la discriminación basada en rasgos históricamente asociados con la raza, afirmando que apuntar contra los peinados vinculados a la etnia es discriminatorio.

La ciudad de Nueva York prohibió oficialmente la discriminación por el cabello natural en febrero. Entonces se alegó que los peinados están protegidos por las leyes contra la segregación existentes en la urbe porque el control sobre el cabello negro es una forma de racismo y de prejuicios generalizados. Los legisladores de los estados de Nueva York y Nueva Jersey también propusieron una norma inspirada en la Ley CROWN, en junio.

El cambio se produce 20 años después de que Sisterlocks, una compañía de gestión de cuidado del cabello natural con sede en San Diego, peleó con éxito un caso relacionado con la discriminación capilar. La compañía argumentó que no se debía exigir a sus profesionales la realización de 1.600 horas de capacitación para obtener una licencia estatal porque el cuidado del cabello natural no se enseña en las escuelas de cosmetología y es, en gran parte, una práctica cultural.

“Esta legislación podría sentar un precedente a nivel nacional, como lo hizo nuestro caso”, afirmó JoAnne Cornwell, la fundadora de Sisterlocks.

La senadora Mitchell fue la autora de la propuesta SB 188, y antes de que el Senado la aprobara, describió su doble propósito: disipar los mitos sobre el cabello negro, su textura y la experiencia de llevarlo, y cuestionar lo que constituye el “profesionalismo” en el lugar de trabajo.

“Los estándares de belleza eurocéntricos han establecido los fundamentos de lo que era aceptable y atractivo en los medios, en los entornos académicos y los sitios de trabajo. Entonces, aunque los afroamericanos ya no estaban excluidos explícitamente de los empleos, las características y modales negros siguieron siendo inaceptables y “no profesionales”, expuso Mitchell, quien es negra.

El proyecto de ley establece que la “negrura” y sus rasgos físicos asociados (piel oscura, pelo rizado) han sido durante mucho tiempo equivalentes a “una insignia de inferioridad” debido a las ideologías racistas. Y cuando los empleados negros se conforman con ideas estrechas y eurocéntricas de “profesionalismo” al alterar sus apariencias, tienen serias consecuencias económicas y de salud debido a los altos costos y los productos químicos agresivos, remarca el proyecto de ley.

“El capital racial se refiere a la idea de que cuanto más lejos se encuentre alguien de los estándares eurocéntricos, más difícil será todo para esa persona”, dijo Nourbese Flint, directora de políticas de Black Women for Wellness, una organización de educación y divulgación sobre justicia reproductiva. “Si eres más delgado y con un cabello más lacio, piel y ojos más claros, eso abre diferentes puertas para ti. Cuanto más lejos estés de [esos estándares], más difícil será entrar en ciertos espacios de privilegio”.

Flint expuso que su grupo trabajó en temas relacionados con el cuidado del cabello, en parte porque las mujeres negras son las mayores consumidoras de productos capilares en todo el país, y porque alterar la cabellera puede tener consecuencias graves para la salud. “Sabemos que los artículos para tratar el pelo que usan las mujeres negras tienen algunos de los químicos más tóxicos del mercado”, consideró, y agregó como ejemplo los que usan para alisados permanentes. “Para ajustarnos a los estándares [eurocéntricos], terminamos utilizando muchos productos químicos distintos, que son perjudiciales para nuestra salud”.

Un estudio revisado por expertos en 2018 examinó los peligros de los productos capilares, incluidos los tratamientos con aceite caliente, los barnices antifrizz, los estimuladores de raíces y los relajantes. El informe, preparado por el Instituto Silent Spring, que estudia la salud de las mujeres y el medio ambiente, encontró que los artículos eran fabricados con químicos vinculados con el asma, los defectos de nacimiento, los problemas reproductivos y el cáncer.

Estas preocupaciones por la salud, en parte, inspiraron a algunos estilistas a enfatizar la educación, para que sus clientes no deban elegir entre su peinado o su salud.

Williams, la dueña del salón, tiene un doctorado en tricología, que se centra en el cuidado del cabello y el cuero cabelludo, para ayudar a las mujeres a lidiar con las consecuencias de los alisados y el tratamiento químico de su pelo. “Las escuelas de cosmetología pasan 1.600 horas enseñándonos cómo destruir nuestra cabellera. Realmente no tenemos instrucción ni capacitación formal sobre cómo cuidarlo, así que quería posicionarme como un recurso para ello”, afirmó Williams, miembro de la Junta de Peluquería y Cosmetología de California. “Eso me llevó a abrir mi propio salón”.

En Stockton, Valonne Smith dejó su carrera en biotecnología y desarrollo de negocios para abrir Natural Do, un salón donde enseña a las personas los beneficios para la salud de usar el cabello al natural. “Una de las razones del por qué las personas lo hacen es a causa de que están perdiendo el pelo, ya sea por los productos químicos, o el aliviamiento o la tensión de las ondas”, explicó Smith.

Michelle Laron Bryant creció en Los Ángeles practicando trenzas en muñecas, mientras que su abuela le enseñaba a cuidar de su cabello natural. Ahora Bryant, una cosmetóloga autorizada y autora de “Celebrating Natural Hair: For Braids, Twists, Locks and Sisterlocks” (Una celebración del cabello al natural: trenzas, torcidos, rastas y Sisterlocks), es entrenadora de Sisterlocks.

Cuando tuvo a su hija, Bryant quería dejarle el cabello al natural en casa, de la misma manera que su abuela lo había hecho con ella. Otras mamás querían hacer lo mismo.

“Durante un largo tiempo, trabajé con muchas madres e hijas que estaban interesadas en mostrarse naturales, en un momento en que no se incitaba a ello porque nos enseñaron que para ser contratadas o lucir aceptables debíamos modificar nuestra textura capilar”, contó Bryant. “Literalmente tuvimos que construir una comunidad para poder apoyarnos entre sí”.

La SB 188 está patrocinada por CROWN Coalition, una alianza nacional compuesta por la National Urban League, el Western Centre on Law & Poverty, Color Of Change y Dove. Grupos como la ACLU de California, las Mujeres Negras Organizadas para la Acción Política, la Cámara de Comercio Negra de California y la Asociación de Juntas Escolares de California también han apoyado la legislación, que probablemente llegue al escritorio del gobernador Newsom, ya que no enfrenta oposición oficial.

Eso complace a Williams, la propietaria del salón, que una vez se reunió con la senadora Mitchell en una oficina de campaña en Crenshaw Boulevard, en el sur de Los Ángeles. La estilista recuerda su emoción al ver a una mujer negra con rastas, hablando sobre cómo las personas pueden sentirse seguras, bellas y saludables llevando su cabellera al natural. “A lo largo de la historia, el cabello se ha usado en contra de nosotros”, dijo Williams. “Es difícil avanzar cuando nuestra identidad ha sido tan atacada”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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