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RESEÑA: La primera incursión de ‘Pokémon’ en el cine de acción real es mucho mejor de lo que se esperaba

Para ser sincero, mi conocimiento sobre las historias vinculadas a la saga de Pokémon era sumamente ligero: se limitaba a los ocasionales vistazos que le daba a la versión de la serie televisiva que se veía a inicios de los 2000s, y que tenía en cambio completamente hipnotizada a mi hija, quien sigue siendo toda una fan.

De ese modo, hasta hace poco, ignoraba incluso que la franquicia no se inició en la pantalla chica, sino en el universo de los videojuegos; y no sabía tampoco que, en lugar de basarse en la serie que recordaba, la nueva película “Pokémon Detective Pikachu” se encuentra inspirada (de manera bastante fiel, por lo que leo ahora) en otro de esos juegos, esta vez de factura reciente (se lanzó en el 2016).

Tal y como van las cosas, y sin ser un especialista en la materia, siento que el filme, presentado como el primer producto de acción real de estos personajes, funciona de manera mucho más decorosa de lo que podría haberse esperado de la adaptación de un trabajo surgido de un medio como el descrito, hasta el punto de resultar completamente tolerable y hasta entretenido para quienes no se hayan interesado nunca en este mundo ficticio.

Lo más interesante es que, sin ser precisamente un prodigio de la narrativa, el guion escrito por Nicole Perlman, Alex Hirsch y Rob Letterman (quien también dirige) tiene la suficiente complejidad como para no ser completamente superficial y presenta algunos giros sorpresivos que resultan bastante creativos mientras sigue las aventuras de Tim Goodman (Justice Smith), un jovencito que, al tratar de dar con el paradero de su padre supuestamente asesinado, se encuentra con el Detective Pikachu (voz de Ryan Reynolds), a quien es capaz de comprender, a diferencia de los demás humanos, pero que sufre de amnesia.

Smith es un actor competente y carismático, pero el que llama más la atención pese a que no lucir su rostro es Reynolds, quien asume un papel que puede recordar sin duda al de “Deapool”, pero en una modalidad distinta y, claro está, mucho menos vulgar y agresiva.

La espectacularidad de la puesta en escena se encuentra también garantizada, y si bien hay algunas recreaciones en las que los efectos digitales no llegan a convencernos del todo (sobre todo cuando se refieren al ‘villano’ Mewtwo), el aspecto de Pikachu es ampliamente satisfactorio, ya que permite que el personaje sea capaz de ofrecer emociones que no resultan fáciles de transmitir a través de esta clase de tecnología.

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