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Un Capitán América sij: cómo la diversidad religiosa transforma el universo de los cómics

Vishavjit Singh, que informa a los jóvenes sobre el sijismo mediante su personaje del Capitán América Sij
Vishavjit Singh, que informa a los jóvenes sobre el sijismo mediante su personaje del Capitán América Sij, posa para una foto con su disfraz en el Riverbank State Park, en el vecindario de Harlem de Nueva york, el viernes 30 de mayo de 2025.
(Richard Drew / Associated Press)

¿Un Capitán América sij? Por qué la diversidad religiosa importa en el universo de los comics

“El Capitán América no lleva barba ni turbante, y es blanco”.

Vishavjit Singh miró al niño que pronunció esas palabras y luego se miró a sí mismo: un sij delgado, con gafas, turbante y barba, vestido con un traje del Capitán América.

“No me ofendí, porque sabía que este niño tendría para siempre en su mente esta imagen de mí, un Capitán América sij”, dijo Singh. “Esta imagen tiene tanto poder que abre conversaciones sobre lo que significa ser estadounidense”.

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La representación de religiones y tradiciones espirituales no abrahámicas, particularmente en el universo de los cómics convencionales, es mínima. Incluso cuando se representan en ese medio, su presentación, como señalan Singh y otras personas especializadas, no suele ser auténtica y a veces resulta negativa.

Recientemente, sin embargo, escritores de cómics y académicos que estudian la intersección de la religión y los cómics observan una especie de renacimiento que, en su opinión, ocurre porque personas cercanas a estas tradiciones de fe cuentan estas historias con una reverencia y sinceridad que resuenan con un público más amplio.

Un superhéroe sij con un mensaje

El viaje de Singh para hacer esa conexión comenzó después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, que desencadenaron incidentes de odio contra los sijs. Tras haber enfrentado el odio y la exclusión a lo largo de su vida, decidió difundir su mensaje de amabilidad e inclusión aprovechando el atractivo de los cómics y los superhéroes, un área donde encontró que la representación sij era “prácticamente nula”.

Se vistió como el Capitán América Sij en Manhattan por primera vez en el verano de 2013, un año después de que un autoproclamado supremacista blanco abriera fuego en un templo de esa fe en Oak Creek, Wisconsin, matando a seis personas e hiriendo a otras cuatro.

La reacción de Nueva York al Capitán América Sij fue jubilosa.

“Personas desconocidas se acercaban y me abrazaban”, dijo Singh. “Los policías querían tomarse fotos conmigo. Una pareja deseaba que fuera parte de su ceremonia de boda. Sentí que tenía un cierto privilegio que nunca había tenido”.

En 2016, Singh dejó su trabajo a tiempo completo para viajar por el país a escuelas, agencias gubernamentales y corporaciones para compartir su historia y educar a los jóvenes sobre su cultura y su fe. No habla directamente sobre religión, sino sobre los valores fundamentales del sijismo.

“Hablo sobre igualdad, justicia y sobre la luz universal presente en cada partícula de la creación”, expresó.

Religiones africanas en los cómics

Black Panther de Marvel anunció una mejor representación de las religiones africanas en Estados Unidos, según Yvonne Chireau, profesora de religión del Swarthmore College en Pensilvania. Sin embargo, lo que se ve en ese u otros cómics es una síntesis de diferentes religiones africanas y prácticas culturales, dijo.

Por ejemplo, en una página podría hablarse sobre los orishas, espíritus divinos que tienen una función clave en la fe yoruba de África Occidental, mientras que en otra podrían presentarse dioses egipcios. Uno de los primeros superhéroes con raíces religiosas africanas, afirma Chireau, fue Hermano Vudú, creado en la década de 1970 por el editor de Marvel Stan Lee, el escritor Len Wein y el artista John Romita. Fue el primer superhéroe haitiano.

El cambio de siglo fue un momento de resurgimiento para los cómics centrados en las personas negras, agregó, señalando que la inmigración de países africanos y caribeños, como Haití, produjo una mayor comprensión de las prácticas religiosas originarias de esos lugares.

“Definitivamente ha mejorado mucho y es mucho más auténtico porque las personas que cuentan estas historias se preocupan por esas prácticas religiosas”, dijo.

Incorporando la mitología y la espiritualidad negra

El escritor de cómics haitiano-estadounidense nacido en Brooklyn, Greg Anderson Elysée, dijo que no aprendió sobre las tradiciones religiosas africanas y caribeñas hasta que era adolescente. Fue criado como católico, pero ahora se considera agnóstico. Durante la última década, ha escrito cómics sobre Is’nana, el hijo de Anansi la Araña, el dios de la sabiduría, el conocimiento y la travesura en la religión Akan de África Occidental.

Lo que impulsa su visión y creatividad, dijo Elysée, es la necesidad de ver que más mitología, deidades y espiritualidad negra se muestren con el mismo nivel de respeto que los cuentos de hadas europeos y la mitología griega.

“Cuando fui a buscar algo sobre espiritualidad africana en la librería, lo encontré en la sección de ocultismo y no en la de religión o mitología”, afirmó. Las representaciones comunes de la fe africana como vudú y brujería son narrativas colonialistas destinadas a satanizar las prácticas espirituales indígenas, dijo.

“Cuando comencé a asistir a ceremonias y rituales, vi cuánto poder hay en ello. Cuando sabemos quiénes somos, ya sea que creas en la religión o no, te llena de alegría, propósito y un sentido de ser”.

Elysée se siente emocionado y aliviado por la reacción a su trabajo.

“Aunque esto es entretenimiento, tampoco quieres ofender a aquellos que creen y realmente obtienen tanto poder de ello”, dijo. “Algunas de mis representaciones de estas religiones en mis cómics pueden no ser 100% auténticas, pero hay un nivel de investigación y respeto que se pone en cada pieza”.

Cómics zen que sanan, arraigan y centran

El budismo zen ha alimentado gran parte del trabajo de John Porcellino. Por más de tres décadas, ha producido y autoeditado King-Cat Comics and Stories, una serie de minicómics en gran parte autobiográfica. Porcellino se sintió atraído por el budismo cuando tenía alrededor de 20 años después de lo que describe como un período de intenso sufrimiento mental y problemas de salud.

Como fanático del punk rock, Porcellino vio similitudes entre ese género musical y el zen porque “ambos se preocupan por la esencia de las cosas en lugar de las apariencias”. Ambos son formas de vida, simples pero matizadas.

Dio el ejemplo de una historia sin palabras titulada “Octubre”, presentada en el número 30 de King-Cat, que lo muestra como un estudiante de secundaria caminando a casa una noche desde la escuela. Cuando llega a casa, su madre le pide que saque al perro y, al salir, ve las estrellas.

“Es la experiencia de estar en la vida cotidiana, mundana... y luego, de repente, irrumpir en algún tipo de trascendencia”, explicó.

Porcellino ve estos cómics como una presencia sanadora en su vida.

“Son una parte importante de mi práctica espiritual”, señaló. “Cada vez que tengo una crisis importante en mi vida, mi primera reacción es sentarme y comenzar a hacer cómics y enfocarme en eso. Simplemente me ayuda a arraigarme”.

Por qué la representación es importante para los niños

Teresa Robeson, quien escribió una novela gráfica sobre el 14to Dalai Lama, dijo que, aunque su madre era católica y la crió en esa fe, su abuela era budista. Creció en Hong Kong, con recuerdos de familiares rezando a dioses budistas, absorbiendo la fragancia del incienso ardiente y el sonido de los cantos de esa fe.

Aunque no practica ni el catolicismo ni el budismo en este momento, Robeson aprovechó la oportunidad de contar la historia del Dalai Lama en forma de novela gráfica porque el libro se centraba en un momento crucial de la vida del líder espiritual, cuando huyó del Tíbet hacia India después de la ocupación china.

A Robeson le gustó la idea de representar una religión y cultura que no reciben mucha atención en los medios.

“Los libros infantiles son como espejos y ventanas para los niños”, dijo. “Es útil especialmente para los hijos de inmigrantes que no suelen verse a ellos mismos en la literatura convencional. No ven a nadie que se les parezca o que rece como ellos. Al mismo tiempo, también ayuda a los niños que no son asiáticos o budistas a aprender algo sobre esas comunidades”.

El renacimiento de los cómics en India

Amar Chitra Katha era una empresa de cómics iniciada por el fallecido Anant Pai en Mumbai en 1967 como una forma de enseñar a los niños indios sobre su propia mitología y cultura. El primer título fue “Krishna”, un dios importante en el hinduismo y protagonista del Bhagavad Gita, uno de los principales textos sagrados de la religión.

Pai era un ingeniero convertido en vendedor de cómics que utilizó diversas técnicas de marketing, como caminar con tablones, clavos y martillos en su bolsa para poder construir estantes en las librerías que se negaban a exhibir sus cómics porque carecían de espacio, dijo Reena I. Puri, editora ejecutiva de la compañía y veterana de 35 años en el negocio.

Pai comenzó con la mitología y los dioses hindúes, pero pronto se expandió a otras religiones, lanzando un cómic de éxito mundial titulado “Jesucristo” y otros sobre Buda, gurús sij y Mahavira, fundador del jainismo. Más tarde vinieron cómics seculares sobre figuras históricas y cuentos populares.

Pero la religión sigue siendo el pilar de Amar Chitra Katha, y los libros que enseñan a los niños sobre fe, historia y cultura también son los más populares en la diáspora, dijo Puri.

“Recientemente, también hemos retratado religiones (autóctonas) y hemos recopilado cuentos populares relacionados con estas tradiciones de toda la India”, comentó.

Los cómics de Amar Chitra Katha enfrentaron críticas en el pasado por su representación de los dioses como seres de piel clara y de los “asuras”, a menudo sus antagonistas, como criaturas de piel oscura con rasgos faciales demoníacos. Pero eso ha cambiado, dijo Puri.

“Nos hemos informado y nos dimos cuenta de que nuestros textos antiguos no eran tan racistas ni mostraban tantos prejuicios basados en el color de la piel como podrían serlo hoy”, dijo. “Estamos corrigiendo esos conceptos erróneos”.

Ateísmo, paganismo y... Lucifer

El escritor de cómics británico Mike Carey es conocido por su serie de DC Comics “Lucifer”, publicada de 2000 a 2006, en la que narra las aventuras del personaje titular en la Tierra, en el cielo y en varios reinos después de abandonar el infierno. Carey se considera ateo y asistió a la escuela dominical solo “por la diversión, las historias y el chocolate”.

El artista retrató a Lucifer como el “hijo de Dios, pero como un hijo rebelde y desobediente que quiere encontrarse a sí mismo como distinto de su padre”.

También ha explorado temas paganos, particularmente lo que llamó la “extraña interfaz entre el folclore y las tradiciones religiosas británicas”.

Carey profundizó en los conceptos de fe, Dios y moralidad en una serie titulada “My Faith in Frankie” (“Mi fe en Frankie”), que cuenta la historia de una adolescente con un dios personal llamado Jeriven que se pone celoso de su novio.

Aunque muchos de sus cómics y novelas exploran la religión y la ética, Carey dijo que nunca ha “sentido absolutamente ninguna tentación de creer”.

“Me he vuelto más y más arraigado en esa posición, porque las religiones organizadas son como cualquier organización que se sostiene a sí misma, acumula poder, riqueza y autoridad”, dijo. “Así que nunca he lidiado realmente con cuestiones religiosas. Lo que a veces hago es explorar, jugar y desentrañar cuestiones morales que eran importantes y significativas para mí”.

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La cobertura de temas religiosos de The Associated Press recibe apoyo a través de la colaboración de la AP con The Conversation US, con financiación de Lilly Endowment Inc. La AP es la única responsable del contenido.

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Esta historia fue traducida del inglés por un editor de AP con la ayuda de una herramienta de inteligencia artificial generativa.

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