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La llegada de Miss Universo a México causa sensación

La llegada de la nueva Miss Universo a su país causó revuelo entre sus compatriotas.
(Agencia Reforma)
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Como toda una “rockstar” fue recibida la chihuahuense Andrea Meza en su retorno a Ciudad de México como la flamante Miss Universo.

La mexicana, quien ganó la corona en el máximo certamen de belleza del planeta en mayo pasado, arribó procedente de Nueva York, su residencia por un año.

Su presencia en la Terminal 2 del aeropuerto provocó algarabía, asombro y un montón de fans desenfrenados.

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“Vengo con una gira bastante ocupada. Me siento feliz de volver a México, vengo con todo el interés de generar conversación, de hablar con diversos organismos sobre la violencia de género, la violencia en contra de la mujer. Es vital hablar de ello”, expresó Andrea en su encuentro con los reporteros.

Lupita Jones, titular de Mexicana Universal, fue la encargada de recibirla
Lupita Jones, titular de Mexicana Universal, fue la encargada de recibirla en cuanto abrieron las puertas de cristal de la sala de llegadas.
(Agencia Reforma)

Desde media tarde, llegaron alrededor de unos cien admiradores de la ingeniera de software.

Ya al inicio de la noche, se sumaron unos cincuenta más, y junto con medios, la multitud era de unas 250 personas.

Lupita Jones, titular de Mexicana Universal, fue la encargada de recibirla en cuanto abrieron las puertas de cristal de la sala de llegadas.

Primero, ambas posaron con cubrebocas por las restricciones de la pandemia. Después, se lo quitaron para la foto.

“Feliz de este recibimiento y muy agradecida con Lupita por todo su apoyo”, exclamó Meza.

Meza reiteró que solicitó una audiencia con el Presidente Andrés Manuel López Obrador, pero que hasta ayer no tenía certeza de si la recibiría para hablar de sus compromisos sociales.

Muchos fans se dieron con la sorpresa de poder ver de cerca a la reina de la belleza universal.
(Agencia Reforma)

Muchos viajeros, intrigados por el tumulto en el lugar, al percatarse de la identidad de la “famosa” en turno, se quedaron con la esperanza de tomarse una selfie.

Ella se detuvo unos minutos para dar algunas declaraciones y escoltada por unos 10 elementos de seguridad, emprendió caminata hacia la salida.
Sus seguidores le hicieron pancartas, le regalaron muñecos de peluche, chocolates y libros. La joven de 26 años se hizo algunas fotos y no paró de sonreír.

Su comitiva de Miss Universo no le quitó el ojo de encima, porque las personas se arremolinaron a su alrededor y casi todo se sale de control.
Dio, también, algunos autógrafos, se encaminó al vehículo que la llevaría a su hotel y se fue. Como toda una “rockstar”.

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