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Comentario: El Mes de la Herencia Hispana ahora es un meme (porque estamos agotados)

Various emojis conveying humor
Este año, la generación de los emojis se enfocó en el Mes de la Herencia Hispana.
(Illustration by Micah Fluellen / Los Angeles Times; Apple)

Los grandes medios de comunicación podrían ofrecernos un programa de variedades de celebridades latinas que se explayen sobre el Mes de la Herencia Hispana. La generación emoji tiene otras ideas.

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Mamá Coco es uno de los personajes más venerados en la historia de la cultura pop animada de Pixar, la abuela de la película de 2017 “Coco”, una inusual historia centrada en los latinos y construida en torno al tema del Día de los Muertos.

Cualquiera puede imaginar, entonces, el impacto de ver a la anciana abuelita en forma humana y enmascarada, corriendo por una calle, ganándole a un joven en una lucha de pulsos y besándose con un desconocido en uno de los memes más candentes de la semana.

El video de TikTok -del usuario JuanDaMC, de Colombia- pertenece a la temporada de Halloween 2020, pero era nuevo para mí y esta semana lo volvieron a publicar en Twitter con una leyenda perfecta: “Feliz Mes de la Herencia Hispana”. Lo miré otra vez y me reí a carcajadas muchas veces en las últimas 24 horas. Y no fue el único que apareció.

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Llevamos unos 10 días de este “mes” que ocurre entre mitad de septiembre y mitad de octubre, dedicado al limitado reconocimiento de las contribuciones de los latinos a la sociedad de Estados Unidos, y mi pantalla se colmó de ironías o de mensajes de “feliz herencia hispana”, publicaciones relacionadas con la observancia de la fecha, sin mucho más.

Si bien los grandes medios de comunicación quisieran que todos nos reuniéramos alrededor de la vieja TV para ver algún programa de variedades con antiguas celebridades, la generación del emoji tuvo otras ideas.
Algunos de los memes son divertidos; otros son perturbadores -como los que detallan las formas en que una institución corporativa o académica abusó o explota bajo los supuestos de iniciativas de diversidad-. Los mejores muestran a niños portándose mal, boomers contestando con enojo o -un fuerte contendiente para el número uno- un clip de NSFW de alguien vestido como Selena, que ataca ferozmente a una piñata con la cara de la asesina de la estrella de la música tejana, Yolanda Saldívar.

Mientras avanza el discurso digital, las minúsculas en “feliz mes de la herencia hispana” son intencionales: se utilizan para aplanar el prestigio o la seriedad de una palabra, en pos de un efecto cómico. Después de todo, los latinos apenas pasamos por los pasillos del poder de tomas de decisiones en Hollywood y los medios de comunicación, según datos federales publicados recientemente.

Para mí, el auge de estos memes es un resumen del ingenio comunitario en las redes sociales. Los memes nos unen con nuestras cohortes en Sudamérica, Centroamérica y México. Más profundamente, también reflejan la ambivalencia que tenemos sobre nosotros mismos, y que los estadounidenses no latinos igualmente siguen teniendo.

Gran parte del caos se centra en la molesta cuestión de cómo etiquetarnos exactamente. Los partidarios de la etiqueta latinx, que elimina el género, presionan para que la forma se adopte por completo en el discurso liberal dominante, aunque la respuesta dentro de la comunidad en general sigue siendo limitada.

La disonancia ahora es desenfrenada. Por lo tanto, Spotify utiliza “Mes de la Herencia Latinx”, Target eligió “Mes de la Herencia Latina” y el Museo Smithsonian de Historia Estadounidense mantuvo el siempre sobrio “Mes de la Herencia Hispana”, que refleja la opción más utilizada hasta hoy. Superando a la competencia por la alternativa más progresista, Pinterest y otros este año eligieron al más marginal de todos los nuevos unificadores potenciales: “Latiné”.

Con tantas dudas de codificación sobre la comunidad en todo momento, y frente a nuestra persistente subrepresentación, los memes son un consuelo ante el ruido y el agotamiento por todo. “Este es el único Mes de la Herencia Hispana que me ha importado”, reconoció un contacto y prolífico ‘compartidor’ de memes que trabaja en el mundo corporativo en Los Ángeles y se negó a ser identificado en este artículo.

Anteriormente, otra amiga me envió una publicación particularmente irresistible. Es sobre Juan Gabriel y tiene la intención de hacernos llorar, pero de la risa. A mí me resultaba familiar, pero era nueva para ella. En el clip, un joven queer canta una canción de Juan Gabriel mientras toma una copa, sentado con amigos en una de esas conocidas cantinas LGBT+ al sur de la frontera. El joven comienza con una sonrisa que luego se vuelve pensativa y después nostálgica. Finalmente, el muchacho llora mientras canta y recuerda a esa persona especial que cambió su vida. Hay una serie completa de cuestiones involucradas, y ese es el estándar de oro para viralizar algo que sea relevante.

El video me evoca momentos similares en México, en esas pestilentes cantinas gay donde todos son bienvenidos. El tocadiscos siempre está encendido y el bajo resuena profundamente en los parlantes, rebotando en pisos y paredes de baldosas mojadas. Las canciones duelen más en esos sitios.

Volver a ver este video en particular en el contexto del Mes de la Herencia Hispana me hizo dar cuenta de que no importa en qué parte del mundo estemos, ser latina, latino, latinx o latiné significa, en última instancia, compartir un denominador común en el momento contemporáneo. Identificarse de esta manera se reduce a estar siempre dispuesto a permanecer atado, en las buenas y en las malas, la diversión y la locura, a una diáspora, ya sea en México, Colombia, El Salvador, Cuba, Argentina o cualquiera de los países de América Latina, incluida la región del Caribe.

Decir “feliz mes de la herencia hispana” con un meme en estos días es un recordatorio de que, a pesar de todas nuestras diferencias, los latinos estadounidenses podemos unirnos en torno a la tradición de encontrar humor, a menudo en las peores circunstancias. Cuando todo lo demás falla, podemos volver a la alegría y la liberación que compartimos en el arte de ser malhablados.

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