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Por qué arranca la temporada de ferias de arte a pesar de las preocupaciones por Ómicron

A large room full of booths displaying art.
La feria de arte de Los Ángeles en el Centro de Convenciones del centro de la ciudad en julio de 2021.
(Birdman Photos)

Las ferias de arte son eventos logísticamente complicados en los mejores tiempos. Por eso, LA Art Show, Frieze Los Ángeles y otros dicen que el espectáculo debe continuar en medio de la pandemia.

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La temporada de ferias de arte está encima. Pero, ¿qué significa eso en la temporada de Ómicron?

El miércoles abrió sus puertas el LA Art Show, la primera de las cinco ferias de arte a gran escala y en persona que tendrán lugar hasta finales de febrero en la región. Aunque Ómicron está en auge y muchos eventos culturales en directo han sido cancelados o pospuestos -como los premios Grammy, el Festival Internacional de Cine de Palm Springs y las representaciones, hasta el 9 de febrero, de “Hamilton” en el Teatro Pantages- el sentimiento predominante en el mundo de las ferias de arte parece ser: el espectáculo debe continuar.

“Necesitamos una feria de arte física en Los Ángeles para volver a reunir a la comunidad creativa”, explica a The Times la directora de LA Art Show, Kassandra Voyagis, por correo electrónico. “Estamos siguiendo todos los protocolos de la ciudad y del CDC para garantizar no solo un espacio seguro, sino un lugar cómodo para dar el banderazo de salida a la temporada de arte de Los Ángeles 2022”.

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Pero lo de cómodo es relativo. Estamos en un momento especialmente individualizado -y para muchos, confuso- con respecto a la pandemia. ¿Socializar o aislarse? ¿Comer en el interior o en el exterior? ¿Celebrar eventos en directo, cancelarlos o esperar a ver qué pasa? A medida que las directrices de salud pública continúan evolucionando y la fatiga de la pandemia crece aún más, las perspectivas ampliamente variadas sobre la seguridad personal e institucional se suman a una especie de enfoque de “elige tu propia aventura”.

La feria de arte de Los Ángeles dice que ha tomado precauciones adicionales con respecto al COVID. En su 27ª edición, con 70 galerías de todo el país y del extranjero, la feria ocupará la sala de exposiciones más grande del Centro de Convenciones del centro de Los Ángeles, con 180.000 pies cuadrados de espacio. Al mismo tiempo, se ha limitado el aforo en un 50%; se esperan unos 30.000 visitantes en cinco días, antes de la pandemia, esta feria recibía alrededor de 60.000 personas en cuatro días. Los asistentes tendrán que presentar una prueba de vacunación completa o un resultado negativo reciente de la prueba COVID.

“Tras el éxito de la feria de Los Ángeles de hace seis meses”, dice Voyagis sobre una versión reducida de la feria en julio, “hemos tenido la suerte de entrar en la fase de planificación con experiencia real sobre cómo mantener la seguridad de nuestros asistentes, galerías, museos y personal”.

Aun así, algunos directores de ferias de arte, como Ray Beldner, de StARTup LA, creen que un evento en persona en la era de Ómicron es “demasiado arriesgado”.

“Entiendo perfectamente que la gente tenga que reanudar sus negocios. Todo el mundo tiene que hacer lo que tiene que hacer”, dice Beldner. “Pero yo, desde luego, no lo haría: todavía no me parece lo suficientemente seguro”.

StARTup LA, que presenta artistas emergentes e independientes no representados por galerías, normalmente formaría parte de la bonanza de ferias de arte de este año -ha celebrado cinco ferias en los años anteriores a la pandemia-. Pero StARTup LA no tendrá lugar este año, ni tampoco celebró un evento a finales del año pasado, como se había planteado; esta última es una decisión a la que Beldner dice haber llegado después de encuestar a una muestra de los expositores de su feria esa primavera.

“El 100% dijo que no”, afirma. “No creo que vaya a haber suficiente público [este año] con bastantes ventas como para justificar el riesgo que tendrían los artistas y el público”.

En febrero, la escena de las ferias de arte se enciende. Intersect Palm Springs tendrá lugar del 10 al 13 de febrero; la semana siguiente, Frieze Los Ángeles, Felix LA y Spring Break Los Ángeles se celebran simultáneamente del 17 al 20 de febrero. Art Los Angeles Contemporary no tendrá lugar esta primavera. “El alcance y la escala de ALAC están cambiando”, dice el fundador de ALAC, Tim Fleming, “y pronto anunciaremos exactamente cuándo tendrá lugar”.

La semana de ferias de arte que se celebra a mediados de febrero, denominada Frieze Week, suele atraer a creadores, vendedores, coleccionistas y espectadores de todo el mundo, lo que a su vez da lugar a fiestas, actuaciones, charlas sobre arte y otros acontecimientos artísticos en toda la ciudad.

La Semana Frieze será sin duda diferente este año, con fiestas más íntimas y eventos al aire libre; pero algunas galerías siguen siendo cautelosas.

“Es muy pronto para que participemos”, dice Eva Chimento, directora de la galería Band of Vices de West Adams. “Creo que las ferias están siendo extremadamente cuidadosas. Pero cuando todo el mundo volvió de Miami Basel [en diciembre] -yo no fui por la variante- no puedo decir cuánta gente, entre mis amigos y colegas, tenía COVID”.

Jeffrey Deitch dice que su galería con sede en Nueva York y Los Ángeles, Jeffrey Deitch, no tuvo “ningún problema” durante Art Basel Miami Beach el mes pasado y que expondrá en Frieze Los Ángeles en febrero. “La pandemia es la nueva normalidad”, dice. “Puede durar algún tiempo y no podemos cerrar nuestras vidas y profesiones. Solo tenemos que adaptarnos de forma segura y prudente”.

People stream past a banner that reads "Frieze Los Angeles."
Los asistentes entran a la feria de arte Frieze Los Ángeles en febrero de 2020.
(Carolyn Cole / Los Angeles Times)

Atraer a multitudes de fuera de la ciudad no es algo que preocupe a Frieze. La directora de Frieze Los Ángeles, Christine Messineo, dice que la feria de arte espera sus usuales 35.000 asistentes durante cuatro días. La participación de las galerías está en su punto más alto -más de 100 expositores frente a los 70 de anteriores ediciones en Los Ángeles- y todavía no se ha dado de baja ningún participante a pesar de los crecientes índices de infección de Ómicron.

“Hay una especie de entusiasmo general para que la exposición continúe”, dice Messineo. “Sigo recibiendo correos electrónicos preguntando: ‘¿Hay alguna vacante? ¿Puedo participar todavía?’”.

Este año, Frieze Los Ángeles se traslada de los estudios Paramount Pictures de Hollywood a una carpa cerrada en un solar junto al Beverly Hilton. La carpa es un 40% más grande que la de la Paramount y, entre los protocolos de seguridad, un sistema de entrada cronometrada limitará el aforo en un momento dado y regulará el flujo del tráfico peatonal. La feria también está dando protagonismo a la programación al aire libre, con una exposición gratuita de esculturas que tendrá lugar, por primera vez en Los Ángeles, en Beverly Gardens Park.

El hecho de que Frieze se centre en la escena artística local -el 40% de las galerías expositoras son de Los Ángeles este año- está “funcionando a nuestro favor en este momento”, dice Messineo, y añade: “Están aquí y están participando, no es que tengan que viajar tan lejos”.

La semana pasada, Frieze anunció que la directora de su consejo de administración, Victoria Siddall, que llevaba 18 años en la empresa, renunció inesperadamente. Se quedará hasta el final de la feria de Los Ángeles y su salida, dice Messineo, “no está relacionada en absoluto” con los problemas de la pandemia. “Ha sido colaboradora, empleada y un miembro crucial de Frieze por tanto tiempo”, dice Messineo. “No se va a ir del todo, sino que va a permanecer en la junta directiva de Frieze”.

A neon sign reads "Don't stop" and a human figure hangs from a chandelier.
Un cartel de neón de Deborah Kass y una escultura de araña de Luis Flores en el vestíbulo del Hollywood Roosevelt como parte de la feria de arte Felix en febrero de 2020.
(Christopher Knight / Los Angeles Times )

Las ferias de arte son eventos logísticamente complicados en el mejor de los casos. Hay que enviar el arte desde otros países, planificar la programación y construir los espacios físicos de exposición, lo que requiere materiales de construcción y mano de obra. Todo ello podría verse frenado por posibles problemas en la cadena de suministro o por la escasez de personal.

¿Así que Ómicron está complicando los preparativos cuando las ferias están a punto de abrir?

Dean Valentine, cofundador de Felix, que se celebra en el hotel Hollywood Roosevelt, afirma que la feria no está sufriendo retrasos relacionados con Ómicron. Pero “hay preocupaciones”, dice.

“Lo que más nos preocupa es que nuestra feria funciona en un hotel y el hotel tiene problemas ocasionales de personal. Tenemos que asegurarnos de que pueden acomodar a la gran cantidad de gente que viene”.

Felix canceló su feria de febrero de 2021 y en su lugar organizó una versión reducida para 29 galerías locales junto a la piscina del hotel en julio. Este año vuelve a su formato anterior a COVID. Esto significa que 60 galerías locales e internacionales expondrán en cabañas al aire libre alrededor de la piscina, así como en el interior de las habitaciones del hotel en dos plantas. Tiene previsto limitar el aforo interior, aumentar la ventilación y exigir pruebas de doble vacunación y refuerzo, entre otros protocolos de seguridad.

“Tomamos una decisión muy bien estudiada”, dice Valentine, “de que había una posibilidad muy, muy buena de que para cuando Felix y Frieze se llevaran a cabo a mediados de febrero, estuviéramos al otro lado de la pandemia de Ómicron”.

Si el virus se vuelve más agresivo, según las directrices de los CDC, añade Valentine, es probable que Felix se cancele. “La gente prefiere su vida que el arte”, subraya. “Pero no creo que esa sea la situación en este momento”.

Desde la pandemia, la galería Sprüth Magers ha reducido el número de ferias de arte internacionales en las que participa, pero Frieze Los Ángeles será sin duda una de ellas. “Es importante participar en Frieze porque es un momento de difusión”, dice Marta Fontolan, directora de la sede de la galería en Los Ángeles. “Tenemos exposiciones próximamente y las ferias de arte funcionan de forma promocional. Queremos asegurarnos de que se vea nuestra presencia”.

Apoyar a la ciudad es una de las principales razones por las que la galería David Kordansky participa en Frieze, dice uno de sus directores, Kurt Mueller. “Como galería con sede en Los Ángeles, es muy importante para nosotros apoyar el ecosistema local, y Frieze L.A. se ha convertido en parte de ello. Ha contribuido a que L.A. avance como capital mundial del arte: su éxito es el éxito de L.A. y el nuestro”.

No todos participan. La galería William Turner, con sede en Santa Mónica, no participa en ninguna de las ferias de arte locales de este año. “Hemos hecho ferias antes, pero lo tomamos caso por caso, año por año”, dice William Turner. “Son un compromiso financiero suficiente como para que, dados los caprichos de cómo se desarrollará esta pandemia, nos hayamos contenido. Hay tanta competencia en torno a las ferias que puedes tener un gran espectáculo y los beneficios siguen siendo imprevisibles. Cuando se tiene en cuenta el COVID, todo es imprevisible”.

En última instancia, la capacidad de una feria de arte para movilizar a la comunidad y proporcionar una sensación de normalidad tiene su valor, dice Messineo de Frieze.

“Lo vimos en Nueva York cuando hicimos Frieze Nueva York [en mayo]: Hay una sensación de creación de comunidad”, dice. “Y algo transformador ocurre cuando miramos el arte en persona”.

Ese “propósito social”, añade Valentine, no podría ser más oportuno.

“Parte de lo que es el arte contemporáneo son esas conversaciones sobre el arte”, dice. “Ahora más que nunca eso es importante; no más que la salud pública, pero sí importante”.

Para leer esta nota en inglés haga clic aquí

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