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La pelea legal por ‘Matrix’, de Warner Bros. expone el cambio de prioridades en Hollywood

Keanu Reeves en “The Matrix Resurrections”
Keanu Reeves como Neo/Thomas Anderson en “The Matrix Resurrections”, de Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures y Venus Castina Productions, y estrenada por Warner Bros.
(Warner Bros.)
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Para los especialistas en negocios de Hollywood, la brecha entre el estudio de cine Warner Bros. y su socio financiero Village Roadshow Entertainment Group ha sido similar a ver la ruptura de Neo y Trinity en “The Matrix”.

Durante 25 años, Village Roadshow, con sede en Los Ángeles, y Warner Bros. disfrutaron de una fructífera relación, durante la cual, Village aportó unos 4.500 millones de dólares para cofinanciar 91 películas, incluidos éxitos como “The Matrix”, “Sherlock Holmes” y “Joker”.

Village Roadshow compartió el botín de las victorias de Warner Bros. mientras suavizaba el golpe de fracasos como “Jupiter Ascending” y “King Arthur: Legend of the Sword”.

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Pero la asociación de la poderosa pareja se vio envuelta en un conflicto que rivaliza con el desordenado divorcio de una celebridad.

Village Roadshow demandó este mes a Warner Bros. por incumplimiento de contrato, acusando al estudio de “esfuerzos coordinados deliberados y consistentes” para “quitarle el valor significativo de la propiedad intelectual y apuntalar” su servicio hermano de transmisión, HBO Max. Warner Bros. niega haber actuado mal y califica las acciones de Village como “engañosas”.

La disputa cada vez mayor es una ventana a las drásticas reformas que enfrentan las compañías y los cambios estratégicos que han definido el negocio del entretenimiento durante los últimos años. Éstos incluyen la carrera hacia los servicios de transmisión, los cambios en el ADN de las empresas y la cancelación de los acuerdos tradicionales de cofinanciamiento a medida que los estudios quieren controlar cada vez más las franquicias establecidas para reversiones y spin-offs. Mientras estas tendencias se aceleran, es probable que las peleas no desaparezcan.

Scarlett Johansson and Walt Disney Co. are locked in a legal fight and war of words over “Black Widow’s” online release. It’s the latest flashpoint where talent pay practices have yet to catch up to broader industry changes.

Ago. 16, 2021

La pieza central del litigio es “The Matrix Resurrections”, que Warner Bros. cambió de un estreno exclusivo en cines a un debut compartido vía transmisión el mismo día en HBO Max, el servicio que la empresa madre WarnerMedia lanzó en 2020 para competir con Netflix.

Según Village Roadshow, el estreno simultáneo de diciembre recortó la taquilla de la película, que ascendió a unos escasos 37.6 millones de dólares en EE.UU y Canadá.

La secuela de “Matrix” fue parte de la controvertida estrategia de Warner Bros. de lanzamientos -en el mismo día- de películas de HBO Max durante 2021, apodada ‘Proyecto palomitas de maíz’, que pretendía ser tanto una adaptación a la pandemia como una inyección de adrenalina para su nuevo negocio de transmisión. Los cineastas y las compañías productoras estaban enojados por la pérdida de ganancias potenciales, por lo cual, la empresa llegó a acuerdos con estrellas, directores y socios financieros.

Pero Warner Bros. y Village Roadshow no pudieron llegar a un convenio antes del debut de la cuarta entrega de “Matrix”, y ahora las acusaciones son rampantes.

Warner Bros. afirmó que Village Roadshow se negó a pagar los más de 100 millones de dólares que acordó brindar para financiar la película. No obstante, debido a que el filme estaba asegurado, el logotipo de Village Roadshow apareció en los créditos iniciales, y también recibió más de 40 entradas para el estreno, según documentos legales.

“Las acciones de Village han sido engañosas y esta disputa es igualmente artificial”, destacó el estudio en un comunicado.

“Village estaba feliz de ver su nombre en los créditos de la película, viajó al estreno mundial en San Francisco y se presentó ante los medios como productor... No es así como hacemos negocios, ciertamente no con socios de confianza”.

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Jun. 8, 2021

Sin embargo, la disputa es mucho más amplia que “The Matrix” y el ‘Proyecto palomitas de maíz’. Warner Bros. planea lanzar la mitad de sus películas directamente en streaming en lugar de en los cines. Village Roadshow sostiene que algunas de ellas son derivadas (secuelas o spin-offs) de obras de las que es copropietario.

Más allá de las preocupaciones por transmisión, Village Roadshow acusó a Warner Bros. de impedir que la compañía participara en obras basadas en sus películas en contra de sus derechos.

Además, aseguró que Warner Bros. no le permitió invertir en la próxima película “Wonka”, protagonizada por Timothée Chalamet, a pesar de que cofinanció la adaptación de Roald Dahl de 2005 “Charlie and the Chocolate Factory”. Warner Bros. argumenta que la nueva cinta no es una precuela directa del filme de Johnny Depp, por lo cual, el estudio no estaba obligado a dejar participar a Village Roadshow, según los términos de su contrato.

Village Roadshow también destacó que Warner Bros. exigió que renunciara a sus derechos para cofinanciar un programa de televisión basado en la película de Tom Cruise, “Edge of Tomorrow”, que invirtió en conjunto antes de avanzar. El estudio optó por cancelar la emisión después de que Village Roadshow declinara, según la demanda.

“Cuando Village Roadshow se negó, WB expresó en voz alta lo que venía susurrando: que no permitirá que Village Roadshow se beneficie de ninguno de sus derechos derivados en el futuro”, destacó la compañía en su denuncia.

Productores que trabajaron con Warner Bros. y Village Roadshow, que hablaron de forma anónima para proteger dichas relaciones, señalaron rápidamente que ninguna de las dos empresas es la misma que cuando comenzó el pacto, en 1997.

En ese momento, Village Roadshow Pictures era la subsidiaria cinematográfica de Village Roadshow Ltd., con sede en Melbourne, Australia, el gigante del entretenimiento fundado por Roc Kirby. Los jefes de Warner mantuvieron estrechas relaciones con la familia Kirby a lo largo de los años. En 2013, los ejecutivos de Village Roadshow volaron desde Australia para asistir a la fiesta de jubilación del presidente de Warner Bros., Barry Meyer, luego de una dura batalla por la sucesión.

Pero Village Roadshow ahora está en manos de la firma de capital privado Vine Alternative Investments, que adquirió una participación mayoritaria con Falcon Investment Advisors, en 2017. Los antiguos líderes centrados en el cine de Village Roadshow, incluido Bruce Berman, quien alguna vez fue ejecutivo de Warner Bros., se han ido desde entonces. La compañía ahora está dirigida por Steve Mosko, un veterano de la televisión que fue contratado como director ejecutivo después de una larga carrera en Sony Pictures Television.

Por su parte, Warner Bros. ha pasado por múltiples sagas corporativas desordenadas a lo largo de los años. Las relaciones con los talentos se deterioraron bajo la propiedad de AT&T, que se hizo cargo de WB en 2018 como parte de una adquisición de Time Warner por 85 mil millones de dólares. Ahora, el gigante de los teléfonos está a punto de escindir WarnerMedia y fusionarlo con Discovery, en un acuerdo que, se espera, se concrete en abril.

Muchos de quienes supervisaron Warner Bros. durante los buenos tiempos de la relación Village Roadshow, desde Bob Daly y Terry Semel hasta Meyer y Alan Horn y Kevin Tsujihara, ya no están. Sin embargo, algunas de las personas que administran los negocios diarios de WB, incluida la directora de operaciones, Carolyn Blackwood, han seguido en la compañía por años.

Si Village Roadshow y Warner Bros. se separaran definitivamente, sería el último acuerdo de cofinanciamiento en quedar trunco. Los estudios solían dar la bienvenida a los socios para que invirtieran conjuntamente en películas, con el fin de mitigar el riesgo a través de acuerdos amplios. Ahora que la propiedad intelectual lo es todo para las empresas de entretenimiento, quieren quedarse con más de sus franquicias.

La transición a los servicios de transmisión hogareña también ha puesto patas arriba la cofinanciación tradicional. Con el modelo comercial cinematográfico, los financistas compartirían las ganancias de un éxito de taquilla. Pero si una película se transmite en HBO Max, donde es una pequeña parte de una oferta de suscripción más grande, el financista no obtiene la misma ventaja.

Legendary Entertainment invirtió en las películas de Warner Bros. “The Hangover” y “Dark Knight” a través de un acuerdo de cofinanciación que finalizó en 2013. Ahora, Legendary hace filmes con Warner Bros. mediante una estrategia diferente, en la que el estudio estrena cintas de ésta, incluidas las recientes “Godzilla vs. Kong” y “Dune”, al tiempo que invierte en sus producciones.

Warner Bros. en 2018 decidió no renovar su acuerdo de cofinanciación con RatPac-Dune después de que The Times informara que el director y productor Brett Ratner había sido acusado por varias mujeres de acoso sexual y mala conducta. El realizador negó las imputaciones. WB en 2019 compró las participaciones financieras de RatPac-Dune en películas como “Wonder Woman”.

El cofinanciamiento todavía existe en Hollywood a través de empresas como Bron Creative, de Canadá, aunque tales acuerdos ahora sirven en gran medida para eliminar el riesgo de apuestas costosas en dramas para adultos como “Cyrano” y “House of Gucci”, de MGM. Los estudios no están tan inclinados a compartir las ganancias de los éxitos de taquilla más seguros, como las películas de superhéroes de DC.

Se prevé que el caso Village Roadshow-Warner Bros. comenzará en serio con una audiencia programada para el 11 de marzo próximo. El estudio quiere forzar la disputa a arbitraje y tiene grandes figuras para presentar su defensa. Daniel Petrocelli, el litigante que representó a Walt Disney Co. en su pelea relacionada con la transmisión con Scarlett Johansson, es abogado externo del estudio.

Zev Raben, un letrado especialista en entretenimiento de Ramo Law, que no está involucrado en la disputa, espera que el caso finalmente se resuelva mediante arbitraje o a través de un acuerdo. Tal resultado reflejaría la forma en que Disney y Johansson solucionaron sus diferencias, en septiembre, con términos no revelados. “Muchas partes prefieren el arbitraje en la industria del entretenimiento, y una de las razones principales es que mantiene la ropa sucia un poco fuera de la vista”, explicó Raben. “Mi temor es que seguiremos sin saber bien sobre cómo se están resolviendo estas cosas”.

Para leer esta nota en inglés, haga clic aquí.

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