Stephen King habla sobre ‘The Life of Chuck’, el fin del mundo y la alegría
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NUEVA YORK — El primer editor de Stephen King, Bill Thompson, dijo alguna vez: “Steve tiene una cámara de cine en su cabeza”.
La ficción de King está tan vívidamente dibujada que ha servido de base para unas 50 películas. Durante medio siglo, desde el filme “Carrie” de Brian De Palma en 1976, Hollywood ha recurrido, una y otra vez, a los libros de King por su riqueza de personajes, pesadillas y puro entretenimiento.
Abre cualquiera de esos libros al azar, y hay una buena probabilidad de que también encuentres una referencia cinematográfica. Rita Hayworth. “The Wizard of Oz” (“El Mago de Oz”), “Singin’ in the Rain” (“Cantando bajo la lluvia”). A veces, incluso las películas basadas en los libros de King aparecen en sus novelas. Que los libros de King hayan sido tal material cinematográfico se debe, en parte, a que el mismo autor es todo un cinéfilo.
“Me encanta todo, desde ‘The 400 Blows’ (‘Los 400 golpes’) hasta algo con ese tipo Jason Statham”, dice King, hablando por teléfono desde su casa en Maine. “La peor película que he visto todavía fue una gran manera de pasar una tarde. La única película de la que me he salido fue ‘Transformers’. En cierto punto dije, ‘Esto es simplemente ridículo’”.
Con el tiempo, King ha desarrollado una política personal sobre cómo habla de las adaptaciones de sus libros. “Mi idea es: Si no puedes decir algo bueno, mantén la boca cerrada”, dice.
La excepción más notable fue “The Shining” (“El resplandor”) de Stanley Kubrick, que King calificó célebremente como “un gran y hermoso Cadillac sin motor”. Pero de vez en cuando, King es tan fan de una adaptación que se emociona al hablar de ella. Ese es el caso con “The Life of Chuck” (“La vida de Chuck”), la nueva adaptación de Mike Flanagan de la novela corta de King del mismo título, publicada en la colección de 2020 “If It Bleeds” (“La sangre manda”).
En “The Life of Chuck”, que Neon estrena en cines selectos de Estados Unidos el viernes (y a nivel nacional el 13 de junio), hay tramas separadas, pero la apertura que marca el tono es apocalíptica. Internet, como un boxeador aturdido, tambalea en sus últimas piernas antes de caer. Se dice que California se está despegando del continente como “como un viejo papel tapiz”.
Y sin embargo, en este relato del fin del mundo, King está en su momento más sincero. “The Life of Chuck”, el libro y la película, trata sobre lo que importa en la vida cuando todo lo demás se pierde. Hay baile, Walt Whitman y alegría.
“En ‘The Life of Chuck’, entendemos que la vida de este tipo se acorta, pero eso no significa que no experimente alegría”, dice King. “El miedo existencial y el dolor y las cosas son parte de la experiencia humana, pero también lo es la alegría”.
Stephen King, el humanista
Es revelador que cuando King, nuestro principal proveedor de horror, escribe sobre tiempos de perdición, termina reduciéndolo a una sola vida. Aunque la oscuridad y la perdición han marcado, y probablemente siempre marcarán, su obra — aunque King es un escritor más juguetón, instintivo y que suele saltar entre géneros de lo que solemos reconocer— “The Life of Chuck” es un ejemplo destacado del King humanista.
“Mucha gente asume, porque escribe tantas cosas que son tan aterradoras, que olvidan que la razón por la que su horror funciona tan bien es porque siempre lo contrapone con luz y con amor y con empatía”, dice Flanagan, quien ha adaptado a King dos veces antes (“Doctor Sleep”, “Gerald’s Game”) y está en medio de hacer una serie de “Carrie” para Amazon.
“Olvidas que ‘It’ (‘Eso’) no trata sobre el payaso, trata sobre los niños y su amistad”, añade Flanagan. “‘The Stand’ (‘Apocalipsis’) no trata sobre el virus o el demonio que toma el control del mundo, son personas comunes que tienen que unirse y enfrentarse a una fuerza que no pueden derrotar”.
King, de 77 años, ha escrito ahora alrededor de 80 libros, incluyendo el recién publicado “Never Flinch”. El thriller de misterio trae de vuelta a la reciente protagonista favorita de King, la investigadora privada Holly Gibney, quien hizo su debut en solitario en “If It Bleeds”. Son las inseguridades de Gibney, y su disposición a enfrentarlas, ha hecho que King regrese a ella.
“Me dio un gran placer ver a Holly convertirse en una persona más segura”, dice King. “Nunca supera todas sus inseguridades, sin embargo. Ninguno de nosotros lo hace”.
“Never Flinch” es un recordatorio de que King siempre ha sido menos un escritor de género que uno centrado en los personajes. Tiende a enamorarse de un personaje y seguirlo en las buenas y en las malas.
“Siempre estoy feliz escribiendo. Por eso lo hago tanto”, dice King, riendo. “Soy un tipo muy alegre porque me deshago de todas esas cosas oscuras en los libros”.
Ansiedades contemporáneas
Las cosas oscuras, como dice King, no han sido difíciles de encontrar últimamente, concede. El tipo de desastre por cambio climático que se encuentra en “The Life of Chuck”, dice King, a menudo domina sus ansiedades.
“Estamos acercándonos poco a poco a ser el único país que no reconoce que es un problema real con el carbono en la atmósfera”, dice King. “Eso es una locura. Ciertos políticos de derecha pueden hablar todo lo que quieran sobre cómo estamos salvando el mundo para nuestros nietos. No les importa eso. Les importa el dinero”.
En las redes sociales, King ha sido a veces crítico del presidente Donald Trump, cuyo segundo mandato ha incluido batallas con las artes, la academia y la financiación pública para PBS y NPR. En los próximos cuatro años, King predice, “La cultura va a irse al subsuelo”.
En “Never Flinch”, Holly Gibney es contratada como guardaespaldas por una activista de derechos de las mujeres cuya gira de conferencias está siendo acosada por actos de violencia misteriosos. En el epílogo del libro, King incluye un homenaje a “los defensores del derecho de las mujeres a elegir que han sido asesinados por cumplir con su deber”. “Estoy seguro de que no les va a gustar eso”, dice King sobre los críticos de derecha.
El germen original de “The Life of Chuck” no tenía nada que ver con los eventos actuales. Un día en Boston, King notó a un baterista tocando en la calle Boylston. Tuvo la visión de un hombre de negocios en traje que, al pasar, no puede resistirse a bailar con abandono al ritmo del baterista.
King, un bailarín autoproclamado (aunque solo en privado, señala), se aferró a una historia que giraría en torno a la naturaleza impredecible de las personas, trazando la vida interior de ese transeúnte imaginado. En la película, es interpretado por Tom Hiddleston. Chuck aparece por primera vez, curiosamente, en una cartelera que atormenta y confunde a un maestro local (Chiwetel Ejiofor) que está luchando por lograr que sus estudiantes se interesen por la literatura o la educación ante un fin del mundo que asecha.
Sinceridad para un mundo cínico
Es una ironía divertida, pero tal vez no casual, que muchas de las mejores adaptaciones de King, como “Stand By Me” y “The Shawshank Redemption”, provienen de las historias más afables del autor. “The Life of Chuck”, que ganó el Premio del Público el otoño pasado en el Festival Internacional de Cine de Toronto, busca un espíritu similar.
Cuando King se puso en contacto para asistir al estreno mundial en Festival Internacional de Cine de Toronto, Flanagan se sorprendió. La última vez que King había hecho eso para una de sus propias adaptaciones fue hace 26 años, para “The Green Mile” (“Milagros inesperados”). Esa película, al igual que “The Shawshank Redemption” (“Sueño de fuga”), fueron decepciones de taquilla, recuerda King, un destino que espera que “The Life of Chuck” pueda evitar.
“Él ve esta película como algo un poco precioso”, dice Flanagan. “Me ha dicho algunas cosas en el pasado sobre lo sincera que es, cómo esta es una historia sin una pizca de cinismo. Al ser estrenada en un mundo cínico, creo que se sintió protector con ella. Creo que esta realmente significa algo para él”.
El complejo industrial de Stephen King, mientras tanto, sigue avanzando. Solo este año vienen series de “Welcome to Derry” y “The Institute” y una película de “The Long Walk”. King, por su parte, acaba de terminar un borrador de “Talisman 3”.
Si “The Life of Chuck” tiene un significado particular para King, podría ser porque representa algo intrínseco sobre su propia vida. La pequeña y aparentemente insignificante existencia de Chuck tiene gracia y significado porque, como se cita a Whitman, “dentro de él hay multitudes” que lo sorprenden y deleitan. La ficción de King es evidencia —mucho— de que él también lo hace.
“Hay algunos días en los que me siento y pienso, ‘Este va a ser un muy buen día’, y no lo es, en absoluto”, dice King. “Luego, otros días me siento y pienso para mí mismo, ‘Estoy realmente cansado y no tengo ganas de hacer esto’, y luego prende fuego. Nunca sabes lo que vas a obtener”.
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